Cristóbal

Suspiro antes de entrar a la casa del Chamán. Nadie sabe su verdadero nombre y él no hace nada por acabar con el misterio.

La puerta como siempre se encuentra abierta, y del marco cuelgan unas tiras de cuero.

–Sabía que venías, muchacho –murmura mirando las cartas de un naipe español, repartidas sin ton ni son, en toda la mesa redonda de centro que tiene.

Niego con la cabeza divertido. –No me digas, ¿lo viste en las cartas? –me burlo como siempre lo hago.

Asiente, con su sonrisa perezosa.

–Claro que sabías que vendría –murmuro–. Mi tío te avisó. Vengo a dejarte el dinero por las ventas. Los Guerra pagaron.

Sonríe nuevamente. –Sabía que lo harían.

Me siento frente a él y dejo el bolso al lado de sus pies. –Vaya, genio, dime algo, si sabías que pagarían, ¿por qué demonios nos contrataste?

Mira hacia el techo de su casa. –Gente escéptica. –Me estudia con sus ojos grises como el día nublado de hoy y sonríe–. Los contraté porque las cartas me dijeron que era la única manera en que los Guerra me pagarían.

Rio sin poder contenerme. –Claro, las cartas. –Levanto mis manos haciendo unas comillas en el aire–. No tiene nada que ver con nuestro impecable registro. –Niego con la cabeza divertido–. Lo que pasa, Chamán, es que sabes que el señor Reyes no falla.

Asiente. –Eso ayudó también –termina y ambos reímos. Junta las cartas y las revuelve–. Veamos que depara tu futuro, muchacho.

Levanto mis manos. –Sabes que no creo en esas cosas…

–Perfecto. Nada tienes que perder –me corta. Pone el mazo ya revuelto en el centro y me mira–. Baraja –pide.

Respiro profundamente antes de hacerlo. –Sabes que no tengo tiempo, ¿no?

–Será rápido, muchacho. –Toma la baraja que aparté y comienza a darlas vueltas sobre la mesa, formando una especie de círculo–. Vaya, llevas una vida bastante movida, las mujeres te llueven.

–Todo el mundo sabe eso, Chamán.

Sonríe. –Tu familia es distinta a las demás, pero son felices y tú lo eres a su lado.

–Sí, y dos más dos son cuatro. ¿Terminaste? –pregunto.

Niega con la cabeza. –Veo a dos mujeres que entrarán a tu vida para desordenarlo todo. –Ladea la cabeza y arruga su ceño, concentrado. Voltea otra carta y sonríe–. Una morenita cambiará tu vida. –Mi cuerpo se enfría y comienzo a ponerme nervioso–. Te obligará a enfrentarte a tu pasado, a tus demonios.

–Yo no tengo…

–Sí –interrumpe–. Otra mujer entrará a tu vida, será muy doloroso para ti. –Golpea la mesa con sus uñas, que las tiene un poco más largas de lo normal para un hombre–. Esa mujer traerá sorpresas. Te hará enfrentarte a la verdad, a su verdad.

Paso mi mano por mi brazo derecho, ya incómodo. –Chamán, me tengo que ir.

–Tu familia se romperá. La armonía que existía hasta ahora desaparecerá. Veo peleas, traiciones, dolor y separaciones.

Me relajo. Me asustó con lo de la morenita porque de inmediato pensé en Rapunzel, sigo sin poder sacármela de la cabeza. Y respecto a la otra mujer puede ser… ella. Pero claramente no sabe lo que hace, porque es imposible que mi familia se separe. Somos todos muy unidos.

–Se vienen tiempos dolorosos para ti, muchacho, pero crecerás. Ya lo verás.

Me levanto y sonrío. –Gracias, Chamán.

–Volverás –concluye–. Llegará el día en que necesites conversar conmigo y aquí estaré.

Me rio. –Me voy. ¿No vas a contar el dinero? –Niega con la cabeza–. Ah, ya sé, las cartas te dicen que está todo.

–Tú ríete ahora, luego me pedirás perdón, muchacho.

–Sigue soñando, Chamán –digo antes de salir.

Odio venir a este lugar, no sólo por las locuras de Chamán, sino también por el fuerte olor a incienso.

Me subo a mi auto y miro la hora en mi celular. –Mierda.

Enciendo el auto y acelero. Debo vigilar un intercambio de drogas por armas. Ambas bandas son nuestros clientes, pero todos sabemos que los narcos se descontrolan a veces.

Mi celular suena y sonrío. Contesto con el manos libre.

–Hola, mamá.

–Hola, cielo. ¿Ocupado?

Me detengo en un semáforo y suspiro. –Siempre lo estoy, mami, me conoces.

Ríe. –Sí, mi niño, te conozco.

Escucho unos gritos de fondo y escucho a mi mamá suspirar.

–¿Mila y papá?

–Así es. Estoy a dos gritos de matar a tu padre –me rio.

Mis hermanos y yo crecimos viendo el fuerte amor que se tienen nuestros padres. Además, recuerdo ese doloroso momento en el que estuvieron separados, cuando mamá se fue a Italia para alejarse de papá antes de que se casaran. Fui testigo de cómo ambos sufrieron. Por suerte, mamá volvió a Chile e hizo su vida al lado de papá. No mucho después de casarse, nos adoptaron.

Siempre recordaré ese momento como el más feliz de mi vida.

–Trataré de hablar con él, mamá.

–Gracias, mi amor. Está furioso porque Mila le pidió permiso para salir una tarde con sus amigas y se enteró, por algo que dijo Lily, que su hija estuvo con Migue a solas toda una tarde –masculla–. ¿Te imaginas lo que haría si supiera que Mila se fue todo un fin de semana con Migue?

Hago una mueca al pensarlo. El semáforo cambia y sigo mi camino.

–No quiero imaginarlo.

Papá enloquecería.

–¿Cuándo pasarás por la casa? –pregunta triste.

Sonrío. –Mamá, cenamos juntos hace dos días.

–¡Te extraño! –exclama–. No me acostumbro a no verte todos los días. Y ahora Claudio se va a casar –susurra tan triste que mi corazón duele–. Estoy perdiendo a mis bebés.

–Mami, nunca nos perderás. Ningún hijo ha amado tanto a su madre como nosotros te amamos a ti, y lo sabes.

Suspira, triste. –Gracias, mi niño hermoso. Te amo, cariño, te amo tanto.

Mi pecho se siente cálido y sonrío.

–Lo sé, mami, me amas tanto como yo te amo.

–Tramposo –me acusa como siempre–. Cariño, casi se me olvidaba, ¿sabes qué le pasa a Claudio?

Mierda.

–¿Por qué preguntas?

–No lo sé, amor, pero lleva tres días muy raro. He hablado con él, pero me dice que no es nada.

–Ahí lo tienes –la interrumpo.

–Conozco a mi hijo, cariño. Sé que algo le pasa. Habla con él, ¿sí?

Claro que hablaré con Claudio, le diré que no asuste a mamá.

–Claro, mamá. –Cuando llego a destino me estaciono y apago el motor–. Lo haré, pero no te preocupes. Debe ser la boda.

–Mmm, no lo sé. Espero que sea eso. Prométeme que te veré pronto, por favor –ruega como si de una niña se tratara.

Sonrío. –Claro, mamá. Si no alcanzo hoy, pasaré mañana.

Ríe feliz. –Gracias, mi amor. Nos vemos.

–Nos vemos, mamá.

Cuelgo y sonrío. Siempre que hablo con mamá me siento mejor. No importa que haya tenido un día de mierda, escuchar su voz o su risa me hace sentir feliz.

Me sobresalto al escuchar unos golpes en el vidrio, me giro y veo a Aníbal.

–Señor, hay una mujer a unos trescientos metros de aquí –dice apuntando hacia el sur.

¡Rapunzel!

–Yo me encargo –me apresuro en decir–. Vigilen la entrega, yo me encargo de ella.

–Sí, señor –responde y camina hacia la casa. Una de las tantas que tenemos alejadas de la ciudad, necesarias para estos tipos de intercambios.

Salgo apurado del auto, sin preocuparme de cerrar con seguro. Estamos tan lejos de todo, que no hay nadie aquí a excepción de nosotros.

Bueno, nosotros y Rapunzel.

Saco mi arma y voy listo para cualquier eventualidad. Estamos en terreno poco amistoso mientras dure el intercambio. Subo el camino empinado y veo a una mujer de pelo largo y oscuro dándome la espalda. Se encuentra sacando fotos al paisaje. Sin embargo, antes de llegar sé que no se trata de Rapunzel.

El color de su pelo no tiene esos reflejos color vino tinto que tanto me gustan.

–Señorita, ¿necesita algo? –pregunto escondiendo mi arma en el interior de mi chaqueta.

Se gira con la cámara y sólo entonces me doy cuenta que se trata de un hombre muy delgado y con el pelo largo.

–¿Te molesta o algo? –masculla molesto.

–Es terreno privado, señor.

Mira a su alrededor y hace una mueca. –Terreno privado y una mierda. Estoy sacando fotos, amigo. Piérdete –masculla y me da la espalda una vez más.

¿Qué mierda?

Pongo mi mano en su hombro y lo giro bruscamente. –Tienes dos minutos para irte del lugar –digo quitándole la cámara–. No quieres saber lo que te pasará si no me haces caso –siseo mostrándole el arma bajo mi chaqueta.

Sus ojos se agrandan dos veces su tamaño, pero luego levanta su barbilla. –Es mi cámara.

–Ya no. –Saco mi billetera y le paso un fajo de billetes–. Debe haber más que suficiente para que compres una nueva. Considéralo una beca para renovar tu equipo. Ahora piérdete –ordeno.

Saco mi arma y lo apunto. Nunca se sabe.

Guarda el dinero rápidamente en su mochila y sale corriendo.

Bajo la colina con una cámara que no necesito, maldiciendo la tierra que piso. Ignoro la desilusión que siento y me obligo a pensar en el trabajo. Para eso me pagan.

Luego de casi dos horas de vigilar, varios momentos tensos y una intervención de mi parte para evitar un tiroteo, que increíblemente no fue entre las bandas sino que fue entre los hombres de los Silva, los narco de la zona Norte de la ciudad, doy por terminado mi día laboral.

Creo que iré dónde mamá. Necesito descansar y un plato de comida casera.

Abro la puerta de mi auto, y me tenso al encontrar una nota en mi asiento.

La tomo y sonrío.

“Hola, Woody, sé que me extrañaste, pero preferí perderme el placer de estar a tu lado y trabajar. Después de todo, para eso me pagan. Buena suerte entrando a tu casa esta noche.

Rapunzel       (sigue sin gustarme)

Por cierto, Woody es perfecto para ti. Te conseguiremos ese sombrero de vaquero, amigo. Recuerda que ya tienes mi pañuelo rojo, puedes cortarlo y amarrarlo en tu cuello. Y estoy casi segura que ya tienes un arma ;)”

Rio como hace tiempo no lo hacía. Esa mujer siempre me sorprende.

Busco mis cosas en el auto y por supuesto mi bolso con mi computador personal, documentos y mi llave, no está.

Pobre, Rapunzel, no la dejarán subir a mi departamento. La seguridad es excelente. Sin embargo, necesito mi bolso.

Subo a mi auto y acelero. La adrenalina recorre mi cuerpo y me siento más vivo que nunca.

Round tres, Rapunzel.

Más populares

Comments

Adriana Romero

Adriana Romero

Lo lleva loco Rapunzel y con la adrenalina a millón, claro que el chaman tiene razón esta va a ser la que lo ponga en cintura, parece un huracán /Facepalm//Grin//Joyful/

2025-04-01

1

Adriana Romero

Adriana Romero

Esta vez te tocará pagar Rapunzel, te volverá loca Cristobal cuando te cobre la factura /Drool/

2025-04-01

1

Mauren Coronado

Mauren Coronado

Noo no quiero que los guerrero se separen!!

2025-01-06

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play