Me despierto algo asustada, sentía una presión en mi estómago y cuando enfoco un gran brazo tatuado esta sobre mi piel. Sonrió y recuerdo la noche pasada. Volteo y miro a mi acompañante profundamente dormido. Miro sus labios y con mis dedos sigo la línea de ellos, concentrando mi mirada en sus pliegues.
Levanto la vista y me encuentro con su mirada de arcoíris mirándome. Sonrió y el me devuelve el gesto para acercarme más al juntar nuestros labios. Mi boca se abre para recibirlo bienvenido y nuestras lenguas chocan gustosas del reencuentro. Su mano en mi cintura hace presión, pronto me encuentro sobre él.
El beso se vuelve desesperado y mojado, muy mojado. Mi cadera cobra vida sobre la suya y un gemido escapa de nuestras comisuras. Otra vez sus manos se ajustan a mi cadera, pero esta vez para detener mis movimientos involuntarios.
—Si sigues moviéndote así, tu virginidad pasara a la historia —me advierte cerrando sus ojos para calmar su excitación.
—¿Y que si quiero que pase a la historia? —susurro sobre su boca.
—En este momento no me contendría, sería muy bruto y no quiero eso, ahora, un baño frio y al colegio.
Bufo y salgo de sus piernas para hacer lo que me pide. Mas que un baño frio necesito internarme una semana en el polo norte. Me baño primero y luego cuando salgo entra el. Me cambio echando chispas.
Sale del baño y se cambia con la ropa que tenía puesta. Necesito salir urgentemente de aquí o mis hormonas alborotadas se olvidarán de que puede ser bruto y todas esas cursilerías.
Salimos a la calle, yo voy refunfuñando por lo bajo y el con una sonrisa de oreja a oreja que no borra de su cara. Sube a su moto y me tiende un casco. Me quiero subir atrás pero como siempre no me deja y me jala para que me ubiqué entre sus brazos, adelante. Vuelvo a refunfuñar. Vuelve a reír, pero esta vez mas audible y en venganza refriego mi trasero en su entrepierna. Eso hace que se calle.
—Eso estaba demás, gata bella —susurra en mi oído y besa mi cuello.
Arranca la moto y tomamos camino a su casa. Llegamos y su madre nos recibe.
—Al fin llegan, apuren que se enfría el desayuno —dice ella y entramos detrás.
En la cocina esta Sylvanas y un señor. Ambos con sus tazas en mano. El hombre mira a la mama de Audin y le sonríe. Luego dirige su atención a nosotros. Me mira y su seño se junta y luego al mirar a su hijo sonríe, pero lo mira serio.
—¿Otra vez en las peleas, hijo? —pregunta y yo quiero que la tierra me trague. Espero que no estalle una guerra en mi presencia—. ¿Quién es tu acompañante?
—Mi novia papa, Amy, Alexander, mi padre —nos presenta y yo saludo con un movimiento de mano y me siento en la banqueta que me señala Roxana su madre—. Con respecto a las peleas, sabes que sí. Tengo información para darte luego.
Miro a ambos y me quedo pensando en lo último que dijo, con razón desaparición en un momento.
Roxana me trae una taza de café, un plato con fruta y unos panqueques. Miro toda esa comida y luego a la mujer que me lo tiende para agradecer. Ella me sonríe y se sienta al lado de su esposo. Tomo mi café algo cohibido todos me miran como esperando que haga algo mal.
—Dejen de mirarla así, no ven que la asustan —dice Audin a mi lado, y ellos solo se ríen.
—Lo siento es que es tan raro ver que mi hijo tiene novia que por un momento pensé que era gay —dice su padre y yo casi escupo el café que tenía en la boca.
—Valla, gracias papa —responde el.
—No se preocupe que le puedo asegurar que de gay no tiene nada —digo y al instante me arrepiento, ellos me miran con los ojos como plato y con sus tazas a medio camino. Siento que mis mejillas están por reventar de lo roja que las siento.
—Es bueno saberlo —dice Alex, con un encogimiento de hombros como restándole importancia y toma de su café.
—Sacare un turno para la ginecóloga, estos niños me harán abuela y juro que los mato a ambos —habla Roxana haciéndome quedar como una promiscua y miro a mi novio para que diga algo, el solo sonríe y sigue comiendo.
—Te dije que es exagerada —me susurra—, pero mejor que te prepares —termina diciendo y deja un beso en mi mejilla acalorada por el significado de sus palabras.
Lo veo partir a las escaleras y supongo que se cambiara de ropa ya que esta con la de anoche. Sus padres siguen conversando y Sylvanas al percatarse de que su hermano no esta se acerca a mí.
—Bueno cuñada ahora que oficialmente lo eres, ¿Esta tarde me acompañas al centro comercial? —pregunta juntando sus manos en modo de súplica. Sus ojos violetas brillas expectativos.
—Tengo que entrenar —digo en modo de disculpa.
—O, pero puedes dejarlo solo por hoy... por fis... —dice juntando sus manos nuevamente me suplica.
—Bueno está bien —digo rendida—, pero luego me acompañas al gym.
—Si, eso estaría perfecto —dice y creo que vi un brillo en sus ojos.
Audin baja y se acerca a mí, toma mi mano y tira de mi para que lo siga. Saludo con la mano despidiéndome ante la mirada atónita de sus padres y salimos al exterior. Sube a su moto y lo miro bien. ¿Por qué esta tan lindo esta criaturita del señor?
—¿Vas a dejar de comerme con la mirada y tomar el casco así vamos al colegio? —pregunta algo divertido al verme tan embelesada mirándolo.
—Las miradas no comen —respondo tomando el casco que me tiende.
—La tuya te puedo asegurar que sí.
—Tan creído me salió el chico —digo y trato de subir atrás pero como siempre me arrastra adelante de su motocicleta. Me siento y antes de arrancar besa mi mejilla.
Llegamos al colegio y como en otras ocasiones, los estudiantes nos miran y susurran. Yo como siempre le restó importancia. Llega Sylvamas y se coloca a mi lado al igual que la araña pollito de su amiga Cecilia. Scott nos saluda a todos y juntos entramos a clases.
La mañana pasa volando y luego del almuerzo Audin espera que todos se alejen y toma mi mano para llevarme hacia la salida.
—¿Dónde vamos? —pregunto ya que si me tengo que escapar quiero saber dónde vamos.
—Al lago de la otra vez, quiero comer esa boca tuya sin miradas impertinentes —dice y ahora soy yo quien apura el paso a su moto—Algo me dice que tú también quieres lo mismo.
—Presumido —sigo y el rompe a reír mientras me coloca el casco y deja que esta vez me siente detrás en su moto—. Guau, me dejas ir atrás.
—Estoy muy caliente como para tenerte adelante —ahora soy yo la que ríe a carcajadas y el refunfuña.
De camino al lago me siento feliz de poder abrazar a mi chico mientras la brisa despeina mi cabello.
Llegamos y me bajo, de la mano caminamos entre malezas y llegamos al lago. Nos sentamos en la gran roca y sin dejar un minuto atrás toma mi cara para juntarla con la suya y así cumplir con su promesa de comer mi boca.
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Comments
Lourdes Mendez
audin no que muyyy tímido
no lo creo solo no había la indicada
2024-08-17
2
Karen Fernandez
no entendí si es hermana de ella anda con el tío ?
2024-06-21
1
GiovannaXchelMayaCejudo
son cachondos y hermosos a la vez
2024-03-30
3