La pelean comenzó y el contrincante de Audin es un ropero de cinco puertas. Tiemblo al verlo, pero Audin está tranquilo. A mi lado Gastón esta igual de tranquilo, quiero señalar semejante búfalo como diciendo no está equilibrado el asunto, pero el me ve y me sonríe.
—No te preocupes —me dice Gastón y siento mi quijada caer.
—¿Cómo que no me preocupe? ¿Viste lo enorme que es? —digo señalando lo obvio.
—Ya verás, es grande al pedo —dice y trato de confiar en sus decires
—Espero que así sea.
Me acomodo a su lado y mientras la comienza pelea y veo como el primer golpe del ropero va a parar a la linda cara de Audin, me paro presa del terror. Los gritos de la gente alrededor inundan el lugar y cuando el tipo quiere encertar otro golpe, Audin lo esquiva y arremete contra él. Me quedo congelada viendo como sus puños eterizan en el cuerpo de ropero que no esquiva ninguno.
Luego Audin se posiciona en uno de los laterales y el búfalo gruñe y trata de volver a pegarle, pero él no lo deja esquiva y pega y así hasta que el búfalo ropero termina de cara en el piso dándole un beso al cuadrilátero y a mi chico la victoria.
—Te dije, era solo la pinta nada más —me susurra Gastón y se acerca a su amigo, le da una botella con agua que él toma sin dudar. Yo me quedo en mi lugar mirándolo, él me sonríe.
La gente a su alrededor grita y victorea, las chicas se acercan a él para felicitarlo. Él se baja del ring y mientras las babosas se arrastran a su alrededor el solo me mira a mí. Las pirañas que lo siguen al ver que no le hacen caso me miran con odio y yo solo sonrió como una babosa más del clan de las pirañas.
Como para que no, si me mira con esa sonrisa pícara, su cuerpo sudado brilla, sus brazos que siempre me abrazan se los ve más apetecibles que nunca y ni hablar de su tableta de chocolate pintada y si miro más abajo... mejor me concentro en sus ojos de arcoíris antes que recuerde las veces que lo vi desnudo. No puedo evitarlo y un escalofrió recorre mi columna.
—¿Qué pasara por esa mente tuya? —pregunta llegando a mi lado y atrayéndome a él.
—Nada... tus fans me miran con ganas de matarme —digo señalando con el mentón el grupo de pirañas listas para dar el primer mordisco cuando él se distraiga.
—Mmm... preparamos una piscina con gel así se pelean por mi —murmura muy feliz con su idea.
—Si, que buena idea —digo y él se ríe al escuchar me voz cargada de sarcasmo—. Por lo visto el puñetazo que te dio el ropero ese no te basto —digo cruzándome de brazos.
—Me gusta ese lado celoso tuyo.
—No son celos —digo descruzando mis brazos para colgarme de su cuello ya que las pirañas están tratando de llamar su atención.
—Lo que tu digas, mi gata bella —me besa de una forma que me deja descolocada y sin neuronas haciendo su trabajo, cuando me suelta, lentamente abro mis ojos y me encuentro con las miradas asesinas de las pirañas. Sonrió.
Audin me lleva hacia un lado, donde está el biombo donde se había cambiado y vuelve a colocarse la ropa que tenía. Las descaradas esas lo espían, pero el solo sigue con lo suyo mientras me cuenta que la pelea fue fácil pero el que sigue ahora es bueno y si gana le tocara pelear con él.
Termina de vestirse justo a tiempo cuando anuncian la próxima pelea. Salimos del biombo y nos acercamos a ver la pelea. Gastón se acerca con unos vasos nebros y me pasa uno, huelo lo que tiene y me percato que es cerveza. Mientras tomo escucho como ella hablan en susurros y yo me concentro en la pelea.
El tipo es bueno da buenos golpes, pero tiene un patrón. Siempre los mismos movimientos y me parece raro que su contrincante no se haya dado cuenta. De vez en cuando convine golpes con sus piernas, pero es más de lo mismo.
—Si peleas con ese, le ganaras fácil —le digo en un susurro a mi chico.
—¿Por qué lo dices? —lo miro alzando una ceja, si hablara menos y viera la pelea se daría cuanta.
—Tiene un patrón, deja de hablar pavadas y mira como pelea —lo reto y muevo su linda cara para que vea la pelea, pero llego tarde porque la pelea ya termino y el robotito gano—. Mierda ya termino la pelea.
—¿Tu viste un patrón? —pregunta Gastón. Asiento—. Mañana cuando vallas al gimnasio me lo dices así practicamos con Audin sus pasos para que lo venza rápido.
—Con una condición —digo mirando a las pirañas.
—¿Cuál? —lo miro y mira a mi chico, el niega.
—No vas a pelear —dice muy seguro él.
—¿Y si lo hago como dijiste tu? —sugiero sonriendo de lado.
—¿En una piscina de gel, con un bikini diminuto toda resbalosa? —pregunta con los ojos brillantes yo vuelvo a asentir, pero el cambia la cara—. No ni loco, no quiero que a mi novia la vean todos estos babosos que vienen acá.
—Entonces pelea tradicional —repongo más cómoda con la idea. Yo tampoco me veo peleando con otras chicas solo para poner cachondo a unos cuantos pervertidos.
—No, ni hablar...
—Audin... —dice Gastón suplicando por saber ese patrón que vi.
—No... —lo mira con su cara de no se habla más y mi amigo bufa frustrado. Luego su mirada se posa en un grupo de chicos que esta al fondo y mira a Gastón el asiente y se levanta. Lo imito, pero me frena—. Quédate aquí con Gastón.
Se aleja y trato de seguirlo con la mirada al rato Gastón va a buscar más cerveza y me dejan sola. De pronto estoy rodeada por las pirañas.
—Dejaron sola a la muñequita —dice una de ellas mirándome de arriba abajo.
—Yo no lo vería así, pero de momento —digo mirándola como ella me ve.
—¿Quisiera saber que te vio para que deje de llamarme? —dice la piraña y eso me hace tragar en seco. Esa, esa se acostaba con el... la miro y ella sonríe ante su pequeña victoria.
—Habrá visto que no soy una zorra arrastrada —respondo y esquivo su puño. Lo tomo y lo retuerzo.
La tiro al piso, sus amigas la miran, pero saben que no es su pelea y se hacen a un lado. Ella patalea e intenta pegarme, pero no la dejo.
—Dicen que la verdad no ofende, ¿Qué pasa no te gusta que te llamen así?
—Si yo era su zorra ahora lo serás tú —espeta tratando de defenderse el suelto y me alejo un paso.
—No, querida yo no me entrego fácil —le digo marcando mi diferencia.
—¿Qué te hace pensar que cuando lo hagas no te vea como una más? —replica ella y yo sonrió.
—Yo sé que no soy una más —digo muy segura y ella se enfurece y trata de pegarme, pero yo salto sobre ella enredo mis piernas en su cuerpo y la tiro al suelo, con mis manos aprisiono las de ella para que no se mueva—. No me conoces no te conviene pelear conmigo —digo susurrando en su oído.
—¿Qué mierda acabas de hacer? —noto que esta confundida ya que mis movimientos fueron tan rápidos que no le di tiempo a reaccionar.
—Los gatos son rápidos y sigilosos —digo siempre susurrando y miro a mi alrededor. Todos nos miran sorprendidos y es cuando me doy cuenta que hasta la música a parado.
Me levanto y la ayudo a pararse, ella lo hace, pero la noto irritada, pobrecita.
—No te vuelva a acercar a mi —le digo señalándola.
—¿Qué paso acá? —pregunta Audin mientras la música vuelve a sonar—. ¿Qué quieres tu? —le pregunta a la reina del drama.
—Nada —dice la piraña y se pierde con sus amigas.
—¿No me digas que peleaste con ella? —pregunta volteándome para que lo mire de frente, pero no necesita que le responda porque alguien grita que tiene toda la pelea grabada.
—Si te preocupa tanto su bienestar ve y consuélala —digo zafándome de su agarre.
Me alejo de él buscando a Gastón, pero él me toma del brazo y tirando me mi a la vez que trato de zafarme me lleva hasta donde dejo su moto. Me coloca el casco con una mano para no soltarme yo solo bufo como niña caprichosa. Se sube a su moto y tratándome como me dijo la perra esa, una muñeca, me sienta en frente suyo y arranca el vehículo y acelerando derrapa en el pavimento y toma camino a mi deprimente departamento.
Llegamos, me bajo, pero él no me suelta, me saca el casco y mi cabello casi se va con el casco, gruño porque me dolió. Sin importarle mi bienestar, se saca el suyo y vuelve a tirar de mi hasta mi apartamento.
Tantea mi trasero buscando las llaves y cierro los ojos, estoy enojada, no excitada. Saca las llaves y abre la puerta y me empuja dentro. Escucho el chasquido de la puerta al cerrarse y pronto siento sus manos en mi cara que me atrae a él para besar mis labios de una forma que nunca creí posible.
Terminamos enredados sobre el pequeño sofá de la sala mientras su lengua toca mi garganta y mi cadera baila sobre la de él.
—Me vuelves loco —dice apenas separándose de mis labios—. Sea lo que sea que te haya dicho esa, solo te digo que, si estuve con ella, pero ella también estaba con todos. Solo era sexo y contigo es distinto, contigo apunto a más.
—Lo sé —digo y me saco mi sudadera ya que comienzo a sentir que hace mucho calor. El acaricia mi cuerpo y me mira con adoración.
Recuerdo la vez que estuvimos en la ducha, también cuando mi mano toco su piel excitada y siento la necesidad de repetir y ver hasta donde llego. Mi mano para entre medio de los dos y sin romper el contacto visual llego a su entrepierna excitada. El gime al sentir el contacto de mis dedos exploradores.
—Quiero tocarte —digo con confianza.
—Ya lo haces cariño —responde con voz ronca.
—Piel a piel —remarco y trato de desprender su pantalón.
—Dios, ¿Quieres matarme? —pregunta con voz excitada.
(...)ambos exploramos nuestros cuerpos hasta quedar saciados.
Espero a que se duerma, pero el sueño me gana y me duermo.
Un ruido molesto me despierta y tratando de ubicar de donde viene ese sonido noto que se trata del celular de Audin. La curiosidad me lleva a querer saber quién es y cuando alcanzo el aparato me percato que se trata de su madre.
—¡Mocoso, donde andas! —gritan del otro lado apenas respondo la llamada.
—Lo siento, señora el mocoso esta dormido... —respondo y el silencio se instala en la línea— ¿Hola?
—Hola, ¿Amy? ¿Verdad?
—Si, ¿Quiere que lo despierte? —pregunto mirando la cara de mi mocoso dormido.
—No, espero que se estén cuidando, no quiero ser abuela, aunque ya lo soy. ¡Pero son jóvenes! —espeta preocupada su madre y yo no puedo estar más roja en mi vida.
—No se preocupe señora sigo siendo tan virgen como ayer —escupo rápido y cierro los ojos al darme cuenta de la pequeña información que acabo de dar.
—Ho, bueno. Mejor así. Bueno no quiero decir que el sexo no es bueno, pero si lo hacen deben protegerse porque se pueden arruinar la vida tan joven y además... —Audin saca el teléfono de mis manos.
—Mama deja de asustar a mi novia —le dice el al tomar el teléfono en sus manos—. No te preocupes iremos al colegio, no te preocupes —termina, cortando la llamada—. Mi madre tiende a exagerar las cosas, no te recomiendo que atiendas sus llamadas si no estas preparada para su larga perorata.
—Ya quisiera poder hablar con mi madre, aunque sea un momento —digo mirando mis dedos.
—Lo siento —acaricia mi mejilla—. Acuéstate, falta un buen rato para ir al instituto.
Me acurruco de nuevo en su pecho, el me acuna con sus brazos y pronto se vuelve a quedar dormido, yo me quedo escuchando el latido de su corazón hasta que nuevamente me quedo dormida.
este capitulo es mas largo pero por políticas de la app lo tuve que recortar.
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Updated 23 Episodes
Comments
Bettzi Iseth Nieto Peralta
faltó la parte cachonda🤭
2024-12-28
1
Lourdes Mendez
esa mana de audin es única sale con cada comentario
2024-08-16
2
Maury yadira Martínez fajardo
claro tiene una hija q parió empezando ellos a conocerse
2024-05-24
1