Daniel wolf parte 2

Él, estaba sentado con la pierna cruzada, sus dos manos descansaban sobre la rodilla. No expresaba ninguna emoción.

Del otro lado del escritorio, se hallaba sentado Charles. Él sonreía de forma muy amistosa.

—Has crecido mucho, ¿Cuándo fue la última vez qué nos vimos?

—Hmmm —quedó pensativo—. Creo que fue hace más de siete u ocho años.

Charle negó.

—Fue cuando —hizo una pausa—. Claro que no se acordará, en ese tiempo estaba... —murmuró— No importa, veo que tu salud ha mejorado.

Daniel asintió.

—¿Cómo está ella?

—Bien, todos los días le hablo por teléfono —una sonrisa se dibujó en su rostro.

—¿Sabes algo de tu padre?

—Supongo que está bien, casi no voy a casa.

—Tu relación aún no ha mejorado con él

—No es eso, es que no tengo mucho tiempo disponible. Además, las malas noticias viajan a la misma velocidad de la luz, así que, de seguro, está bien.

—Eso es cierto —se puso de pie.

Daniel se levantó de la silla.

—Acompáñame, te presentaré a todos.

Ambos salieron de la oficina

—¡¡Atención!! —golpeó la mano.

Los oficiales, que se encontraban en sus respectivos escritorios, miraron a los dos hombres que estaban parados.

—Desde hoy, él comenzará a trabajar con nosotros.

Daniel permaneció en silencio

Algunos oficiales murmuraron.

—Preséntate.

—Soy Daniel Wolf, desde hoy oficialmente comenzaré a trabajar aquí.

—U-usted es el hijo del detective Wolf

A Daniel no le gusta que lo comparen con su padre, pero, aun así, asintió con la cabeza.

—¿Entonces es usted el del de la chica sin corazón? —dijo Luka levantándose.

—¿Hablas de aquel caso controversial? —miró un oficial a Luka.

Él asintió.

Varios meses atrás, todo un pueblo se había conmocionado al enterarse de que una joven que había desaparecido días atrás, fue hallada sin vida. No solo eso, a ella le faltaba el corazón. En ese entonces, las noticias como los periódicos lo habían titulado "La chica a la que le robaron el corazón" Al principio, se creyó que se podría tratar de una secta y luego se llegó a la conclusión de que se trataba de traficantes de órganos, que operaban por esos lados. Grande fue la sorpresa de todos, cuando se descubrió que la responsable de la muerte de la joven, era la madre de la amiga de la víctima. Según ella, era para salvar la vida de su hija. De ahí viene lo controversial, ¿Qué tanto harías para salvar a tu ser amado?, ¿matarías a la hija de una persona para salvar a la tuya?

Ese caso catapultó la carrera de Daniel, a tal punto de que muchos dejaron de compararlo con su padre.

Los jóvenes oficiales se acercaron a él y lo rodearon. Ellos realmente lo admiraban.

Agatha entró a la estación.

—No debí ponerme una camisa blanca —suspiró.

Alguien le dio una fuerte palmada en la espalda.

Ella se quejó por un instante y luego movió su cabeza hacia el costado. Lo miró con una de esas miradas que solo ella podía hacer (ceño fruncido y pupilas en forma de rayo láser) A esa expresión, Alex lo había bautizado "la mirada matadora"

—No me mires así, me das miedo —dijo el hombre de aspecto considerable, entre risa—. ¿Qué está pasando?

Ella encogió los hombros.

—No sé, acabo de llegar.

—Están aquí —Charles elevó su voz al verlos.

—¿Qué ocurre? —caminó con seguridad.

Los oficiales que rodearon a Daniel, se hicieron aún lado.

—Lo estaba presentado.

Agatha se detuvo frente al hombre que vestía pantalones negros y camisa blanca, su cuello estaba desarreglado. Sobre la camisa, llevaba puesta una chaqueta del mismo color que los pantalones.

—Es el hijo de tu ídolo —susurró Luka.

—Ya lo sé, ya nos habíamos conocido.

—Cuando lo vi el otro día, no creí que fuera él —su ojo brillaba.

—Mi nombre es Daniel Wolf —se volvió a presentar extendiendo su mano hacia ella.

—Soy Agatha Rossi —tomó su mano.

En el momento en el que sus manos se tocaron, Daniel sintió una sensación que no podría explicar. Era como si hubiera agarrado un cable pelado, era electrizante. Parecía que todos sus sentidos se habían paralizado.

Charles golpeó la mano y todos los oficiales se dispersaron para seguir con sus quehaceres.

—Síganme.

Ambos movieron la cabeza y caminaron detrás de él.

—De hoy en adelante, estarán en el mismo equipo. Si necesitas algo —miró a Daniel—. No dudes en hacérselo saber a la chica que está a tu lado.

Él asintió.

—Ella te pondrá al día con algunos de los casos —se detuvieron frente a una puerta—. Esta oficina será para ambos.

—No está nada mal —dijo, Agatha observando por todos lados.

—En este lugar pasamos muchas horas de trabajo con tu padre.

Daniel caminó hasta el escritorio que estaba al frente, deslizó su mano sobre la placa acrílica.

Agatha se acercó al escritorio que se ubicaba aún lado de la puerta. Las dos mesas estaban enfrentadas.

—Los dejaré para que se acomoden.

Daniel asintió.

—Está bien, señor —contestó ella.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***