Pétalos De Rosas

Pétalos De Rosas

Pétalos de Rosas

Las lágrimas de Agatha recorrían su mejilla.

Daniel levantó la vista y vio a un hombre colgado del techo. Sus dos manos se hallaban amarradas de un extremo de la soga y la otra punta traspasaba la barra de madera. Aquellas muñecas soportaban todo el peso del hombre.

—Pa-papá... —Agatha tartamudeaba.

—¡Señor Rossi! —murmuró Daniel.

El detective Daniel vio como Agatha se cubría el rostro con las dos manos, ella se dejó caer al piso. En su mente seguía viendo aquella escena.

Daniel se le acercó.

—No veas —rodeó su brazo en el hombro de ella y con suavidad la atrajo hasta su pecho. Él la abrazó con mucha fuerza.

Muchos meses antes...

Varios autos se habían estacionado en la entrada del estudio de fotografía. Tres de ellos eran patrulleros. Un modesto cordón policial protegía la escena del crimen de posibles curiosos. Después de mostrar su identificación a uno de los oficiales, levantó la cinta amarilla e ingresó.

—¿Cómo se encuentra la escena? —se cubrió las manos con unos guantes de látex.

—Está todo muy limpio. No se halló ninguna huella —contestó el oficial que caminaba a su lado.

—¿Ya están todos?

Él movió la cabeza.

—Bien —continuó caminando.

Ella observó de reojo el interior del estudio.

A medio camino entre ella y la víctima, un hombre con traje negro, parece haberse dado cuenta de su llegada.

El sujeto se alejó de un grupo de oficiales que se encontraban interrogando a la fémina que había notificado el crimen.

Se acercó a Agatha.

—Nuevamente tarde, señorita.

—S-señor, siento mi tardanza —agachó la cabeza—. Hubo un inconveniente mientras me dirigía hacia aquí.

El hombre llamado Charles desordenó su cabello canoso y seguido de ello, suspiró.

—Ya me dirás después lo que sucedió. Tenemos cosas más importantes de las cuales debemos hacernos cargo.

—Sí.

El comandante retomó el paso hacia la occisa.

Ella apuró su ritmo para alcanzarlo.

Charles se detuvo y señaló la escena.

La investigadora posó su mirada sobre la espalda de un hombre que estaba inclinado hacia la víctima.

—¿Quién es? —miró a su jefe.

—Ven, te lo presento.

Ella caminó detrás de Charles.

—Hola, señor Wolf.

Él se puso de pie.

—¡Espera un minuto! —se detuvo—. No puedo creer que por fin conoceré a la persona que más admiro —pensó.

—¡Acércate!

Ella se apresuró.

—H-hola, señor, soy una admiradora su... —extendió su brazo—. Creí que el detective Wolf sería un hombre mucho mayor que yo. Él parece tener mi misma edad o tal vez unos cuantos más —pensó.

—Mucho gusto —respondió—. Soy el detective Daniel Wolf.

Se estrecharon la mano.

Ante aquel contacto, ella se estremeció. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro.

—Se llamaba Emily Peyrou —dijo él mientras señalaba a la víctima.

A pesar de que lo conoció hace unos segundos, ella no podía dejar de verlo. El sujeto que se encontraba frente suyo, le llamaba mucho su atención, siente que ya lo había visto alguna vez y por eso se sentía tan cómoda antes su presencia.

Agatha respiró profundo para luego volver a la realidad. Giró hacia el cadáver, permaneció en silencio y observó con mucha atención.

En el centro del estudio de fotografía, sobre una ligera capa de pétalos de rosas, yacía el cuerpo de una mujer de unos veinte años aproximadamente. Su rostro se encontraba relajados como si estuviera durmiendo, plácidamente y a la vez teniendo un hermoso sueño. Su carnoso labio se encontraba teñido de un color rojo carmesí. El cuerpo de la mujer estaba cubierto por una suave tela de seda blanca que simulaba ser un vestido. La escena parecía sacada de una portada para alguna revista de moda.

Ella se inclinó hacia la víctima, tomó uno de los pétalos y lo contempló. Tiene la impresión de haber visto algo parecido.

—¿Quién podría ser tan perverso como para hacerle algo así a una bella mujer? —se preguntaba a sí misma—. ¡Pobre chica! —dijo en voz alta—. Así que te llamas Emily Peyrou —habló al cuerpo.

Se puso de pie para dar paso a los dos oficiales que se encargarían de fotografiar a la joven. El flash iluminó toda la escena.

—La víctima no tiene ninguna marca —comentó Daniel—. Eso podría indicar que ella no fue estrangulada.

—Sabemos que esta muerte fue provocada, ¿por qué? Bueno, nadie decoraría la escena minuciosamente antes de morir, así que... es más que obvio que su muerte se trata de un asesinato, pero... ¿Cómo?

—Fue inyectada —Daniel señaló el brazo de la joven.

A pesar de que la lesión rojiza que tenía la víctima en su antebrazo era casi imperceptible, el detective pudo notarlo.

Más populares

Comments

Ana Rivas

Ana Rivas

Me encanta el misterio

2023-12-01

1

Hebe Leen

Hebe Leen

espero leer sus comentarios

2022-10-31

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play