Daniel wolf parte 1

A pesar de que la lluvia no se había detenido en ningún momento, ahora solo lloviznaba. Parece que el invierno se ha adelantado. En la radio se informa que en algún lugar de la ciudad hubo un bombardeo.

En la tenue habitación se pueden percibir algunas cajas cerradas que estaban apiladas una sobre otra. Sus ojos se abrieron de golpe al escuchar el despertador, se quedó observando por unos instantes el grisáceo techo. Él estaba agitado y sudoroso, extrañas imágenes aparecen en su mente. Parece que una pesadilla ocasionó que despertara. Solo recuerda el vuelco de un auto y a una mujer.

Se sentó en la cama, tomó un cuadro que se encontraba en la mesita de luz y se quedó observando: el retrato era el de una pequeña niña sonriente que lo estaba abrazando. Volvió a ubicarlo en su lugar.

Caminó hasta el baño y se lavó la cara. Mientras se reflejaba en el espejo, llevó su mano hasta la nuca para luego masajear con movimientos circulares. Había dormido en una posición incómoda, por ello le dolía el cuello.

Se dirigió hasta la cocina en cámara lenta, abrió la puerta de la heladera. No había nada. Él se había mudado recientemente, y por eso no tuvo tiempo de ir a comprar víveres.

Se vistió para luego salir de casa. Antes de llegar, se detuvo en una cafetería que no quedaba muy lejos de su lugar de trabajo.

—Un espresso, por favor.

El sonido de una campanilla se escuchó: Una mujer de cabello color cobrizo, caminó hasta el mostrador. Apoyó su brazo en la barra.

—Por favor, haz todo lo posible para que se borre ese vídeo —dijo mientras sostenía el celular—. Te debo una —colgó el teléfono.

Ella suspiró.

—Espero que aún no lo haya visto —pensó en voz alta.

—No veo a tu guardián —se escuchó una voz en la cocina.

—¿Quién? ¿Alex? —contestó una suave y pausada voz.

—¿Quién más? Es el único que no te deja en paz. Algunas veces me pregunto ¿La acompañará en el baño también?

Ella dejó escapar una risa.

—Acabo de hablar con él, pero... de igual manera él se tomó unos cuantos días.

—¿Lo de siempre?

Ella asintió.

—Capuchino saliendo —contestó el joven y salió de la cocina—. Hoy te ves hermosa —le dijo con una voz pícara—. Deslizó el capuchino hasta la chica.

—¿Me estás diciendo que siempre que vengo aquí luz horrible?

Él negó.

—Es solo que hoy estás más hermosa de lo habitual.

—¿Será por qué no vino Alex que me estás coqueteando?

—Me atrapaste.

—Eres como un libro abierto para mí.

—Deberíamos salir uno de estos días —le susurró al oído.

—No, gracias —susurró—. ¿No tenías novia? —dijo en voz alta.

Negó con la cabeza.

—Yo soy como una pecera, en mi interior no puede haber un solo pez.

—Viendo tu actitud, podría jurar que ella te dejó.

—Corrección, yo la dejé.

—¿Qué hiciste esta vez?

—Le dije que estoy enamorado de alguien más —le guiñó el ojo.

—A mí no me metas en tus problemas —interrumpió ella.

—Así que ahora estoy completamente libre. Sal conmigo.

—Sigue soñando.

—No seas mala —contestó con un tono juguetón.

El detective dirigió su mirada hacia el costado. La joven seguía hablando y riendo, ella jugueteaba con un mechón de su cabello.

Él sabía que ella no era la persona que estaba buscando, después de todo, ella estaba muerta. Sin embargo, su forma de actuar, de caminar y sobre todo de juguetear con su cabello lo hacía recordar a esa persona. Eran tan distintas físicamente, pero por alguna razón, la imagen de aquella mujer siempre aparecía en su mente.

Agitó su cabeza.

—Ella ya está muerta, deja de buscarla —pensó

—Señor, aquí está su espresso.

—Gracias —tomó su pedido y caminó hasta el auto.

Mientras se acomodaba en el asiento, pudo ver a través del espejo retrovisor a la investigadora. Su sencillo vestuario (vaquero y camisa lisa) no podía opacar su elegancia, por el contrario, la hacía resaltar aún más. Ella caminaba con pasos suaves y ligeros. Uno de sus tacos pisó un adoquín que sobresalía, esto provocó que ella perdiera el equilibrio. Se aferró a la pared y pudo incorporarse.

El detective no quería reír, pero, esa escena le pareció tan graciosa que no pudo aguantar que se le escapara una mueca. El semáforo dio luz verde y él se puso en marcha. No podía perder el tiempo.

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Comments

Magda Alvm

Magda Alvm

Será que renca o en ella 🤔

2024-01-31

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