Cosas de magia

Suandarya se acostó pronto esa noche con Nemir. Llevaban unos días con poco tiempo, y estaban muy apasionados. Incluso esa noche, durmió en su cama. Ya estaba completamente dormido, cuando Saundarya se despertó de nuevo. Tenía que convencer al resto de que había una hechicera, pero ir tras la hermana de Nemir era absurdo. La relación que tenían era fuerte, y aunque la hubiera molestado en alguna ocasión, tan solo la ponía a prueba. Nemir jamás creería que su hermana era hechicera, sino que la inculpaban.

Entonces recordó a la doncella. Ella misma la había convencido de que Saundarya era realmente una hechicera, y después de lo de ayer, probablemente hechicera guerrera. Era muy conveniente ahora que sospechaban de ella, demostrarle a la hermana que la hechicera era la doncella. Tenía que investigar a su familia.

Al día siguiente, sin venir a cuento, Saundarya regaló a la familia de la doncella de su hermana, un cofre de oro. Nemir se extrañó de ese comportamiento. No había hablado nunca con ella, ¿por qué le regalaba a su familia un cofre de monedas de oro? Saundarya no pestañeaba cuando entregó al padre el cofre. El hombre no cabía en sí de gozo, pero tampoco entendía nada. Esa misma tarde, un sirviente tropezó con su doncella. Ella le miró enfadada. Saundarya envió su poder sombra a la habitación de éste.

Al día siguiente, para asombro de Nemir, el sirviente, en el desayuno, temblaba al acercarse a la doncella. Estaba temblando de miedo.

- asegura que su habitación estaba llena de demonios. No consiguió encender una vela en toda la noche y una oscura sombra se cernía en su cara. Cree que la doncella lo ha maldecido

Nemir bufó

Pero la cosa no quedó ahi. Esa misma tarde, un noble de un país lejano, Ernest, conocido por su germofobia, pidió matrimonio de repente a la doncella tras la comida del combate. Los caballeros de Ernest no entendían nada. Incluso cuando uno de ellos había quedado finalista en el torneo, el noble había evitado acercarse demasiado a la reina, no fuera a tocarlo sin querer. ¿Y ahora pedía matrimonio a una mujer, y además doncella? Todos empezaron a comentar su extraño comportamiento. La doncella parecía encantada. ¡Ernest, noble del reino de Ander, señor de los bosques verdes, se había enamorado de ella! Su fortuna había cambiado en los ultimos días, cuando su padre supiera de su compromiso, ¡pasaría a ser una noble! ¡Ella!

Nemir miró la extraña situación. Primero su mujer le da un cofre a la doncella, luego el sirviente con el que se tropieza la teme, Ernest que no se puede acercar a ninguna dama, se enamora de ella al segundo...

- Vigila a esa doncella. Está cerca de mi hermana y desde hace días, algo no va bien.

La hermana de Nemir también se dio cuenta de que algo no cuadraba. Era obvio. ¿Ernest? La doncella le contó encantada que le había pedido la mano al padre nada más conocerla. Estaban paseando por los jardines y la luz se reflejó en los ojos de la doncella. Una luz cegó por un segundo a la hermana, que sacó instintivamente su puñal.

- Dime qué estás haciendo - dijo apuntándola. Saundarya guardó el espejo que había usado para cegar a la hermana y volvió a la habitación.

- Mi señora... ¿De qué habla?

-No trates de jugar conmigo... últimamente ocurren cosas extrañas a tu alrededor

-¿Es por lo de Ernest?

- Dime qué has hecho

-¡No he hecho nada! - la hermana no le creyó

- Vuelve, no te necesito más aquí

Saundarya miró la cara de sospecha en la hermana. Todo iba sobre ruedas. Tan solo necesitaba un par de ideas más y pronto todos la creerían hechicera.

- Buenos días, galeno

- Mi señora - hizo una pequeña reverencia

- Me gustaría leer sobre los cultivos de Tarek... Qué plantas usan aquí

- am…. No tenemos un libro al uso, tan solo documentos sueltos. ¿Le sirve a su señora?

Saundarya cogió las hojas una por una. Por fin, la planta que buscaba. Aún así, fingió no haberlo visto y los cogió todos

-Espero que sí , gracias de nuevo Galeno, aprendo mucho de Tarek por usted

Esa noche juntó sus manos e hizo exactamente el ruido de un cuervo.

- Hola Maquiavelo, hacía tiempo que no sabía de ti- un cuervo con una pluma blanca la miro y se restregó. - Lleva esto a la habitación de la doncella. No te lo comas.

El cuervo cogió con sus patas la planta que había colocado y la dejó esparcida en la habitación de la doncella. Saundarya esperó tranquila a que el cuervo volviera. Entrenar a Maquiavelo había sido sencillo y hacía años que se conocían..

Al día siguiente, cuando la princesa llamó a su doncella, no podía dar crédito a la historia que le decía la criada.

- ¿¡Qué está qué!?

Fue rápidamente a la habitación y vio a la joven, aún en camisón, danzando descalza, sin orden ni concierto, mientras decía extrañas palabras. Miró como señalaba el suelo, levantaba las manos y sonreía a la nada. Pero la princesa no había ido sola. Otra noble, Nadina, la acompañaba justo detrás.

- ¡Aléjese mi señora! ¡Son cánticos de hechicera! Si entra dentro de la habitación ¡caerá en sus manos!

Al cabo de una hora, la joven doncella era llevada a las mazmorras. Nemir no necesitaba más pruebas.

-¡No soy una hechicera! ¡No es cierto!

Pero nadie le hacía caso. Desde hacía días su comportamiento era extraño, e incluso la princesa empezó a pensar que realmente no había visto una sombra en la esposa de su hermano, sino que era la doncella la que había decidido hacerle creer eso. Mientras tanto la doncella se devanaba en entender su situación y así salir de su encierro, sin entender nada. ¡Tan solo había tenido suerte con Ernest! ¡Tan solo había recibido regalos de la reina! Pero... ¿Qué había sido lo de la habitación? Estaba como en trance... Y no podía explicarlo.

Mientras ella pedía clemencia, fuera las sospechas eran más evidentes. Cuando le preguntaron a la reina por qué había dado un cofre de monedas a la joven, ella se echó a reír.

- ¿Darle un cofre lleno de monedas a una doncella? ¿Acaso cree que haría algo así? Nunca en mi sano juicio he dado yo tal cantidad de dinero.

Ernest tampoco podía explicar con lógica lo que pasaba. Al verla se había sentido en trance, y no había podido evitar pedirle algo tan descabellado. Ahora que lo pensaba con tranquilidad, no tenía sentido que él hiciera algo así, y canceló su proposición de inmediato.

Nemir no necesitó más, y el padre devolvió el dinero, al descubrir el horrible secreto de su hija.

- Señor, ella no debe haberse dado cuenta, ha servido a esta casa por años... Si hablara con ella...

- Aprovecharse de la magia para intentar subir en la escala social... Robar a mi mujer... Agradece que tu cabeza siga sobre tus hombros. Ha demostrado ser contraria a Tarek, y morirá por ello.

- Puedo.. ¿Puedo despedirme de mi hija?

- Bien - de un movimiento lo llevaron fuera.

Saundarya volvió a la habitación.

- Bien hecho Maquiavelo. Con esto la castigarán a una muerte lenta y dolorosa.

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