En un mundo donde los dioses caminan entre mortales, un pequeño de siete años, que es mucho más de lo que parece, ha encontrado su propósito. Con un corazón puro y un amor inquebrantable, este dios cuida de su amigo, un joven alfa de 18 años marcado por el dolor y el desprecio de su propia madre. A pesar de las sombras que lo persiguen, el joven anhela la felicidad y la libertad que solo el amor puede ofrecer.
El pequeño dios, con su apariencia inocente, es un faro de luz en la vida del alfa, ayudándolo a enfrentar sus traumas y a encontrar la valentía dentro de sí mismo. Juntos, desafían las expectativas del mundo que los rodea, creando un vínculo que trasciende el tiempo y la edad.
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Cap 10: Demostración con la espada 2
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Haim tomó la espada de madera empuñandola con confianza. Su pequeño cuerpo se movía con agilidad, mientras sus pies estaban firmemente plantados en el suelo.
— sus movimientos son muy ágiles, su posición también es perfecta.— comentó Sergei con administración.
Con un giro rápido, el niño levantó la espada por encima de su cabeza, mientras los músculos de sus brazos se tensaban. Luego, descendió en un corte diagonal, como si cortara el aire. Sus movimientos eran fluidos, su coordinación era perfecta, tanto que parecía bailar con la espada. El menor dió un paso hacia adelante, ejecutando un elegante ataque de estocada, haciendo que la punta de la espada apuntara hacia un objetivo imaginario. Mientras se desplazaba, realizaba un giro sobre sí mismo, haciéndo que sus pies giraran en perfecta sincronía. Con un movimiento rápido, realizó un bloqueo, levantando la espada en un ángulo preciso, mostrando destreza y concentración. Al terminar su demostración, hizo una pose triunfante recibiendo los aplausos de sus compañeros.
— Pequeño príncipe lo has hecho excelente, felicidades— felicitó Sergei mientras aplaudía con admiración.
— Gracias, Hottie.— sonriendo.
— Príncipe, lo ha hecho muy bien, sin necesidad de presumir sus años de práctica.— comentó Aitana con una sonrisa.
— Mi amigo no tiene que rebajarse ante nadie, él es excelente en todo lo que hace.— agregó con orgullo, Liorán.
Haim dejó la espada a un lado para regresar a su lugar siendo felicitado por sus compañeros de clases. Fu Tang estaba furiosa porque el niño la dejó en ridículo y Sergei ni siquiera la miró.
— Haim, lo hiciste excelente, tus habilidades son extraordinarias.— dijo con una sonrisa amable.
— Mi Hottie también es extraordinario en todo lo que hace, pero sobre todo es muy amable.— sonriendo con dulzura al joven.
— “ su sonrisa es muy dulce y cálida, es como si fuera un pequeño ángel lleno de ternura”— observando al niño con curiosidad.
— “ Mi Sergei, sanaré tu corazón para que seas muy feliz”
Mientras ellos estaban perdidos en sus pensamientos, los demás pasaban a hacer su demostración ante el profesor. Al llegar el turno de Liorán, estaba un poco nervioso, pero Haim lo miró dándole una sonrisa de confianza.
— Príncipe, te llevas bien con el pequeño marqués.— comentó Aitana.
— Sí, es un niño muy amable, educado y protector, aunque no sepa cuidarse él mismo.
— ¿Sabes por qué está en la academia?
— Un padre desatento, una madrastra malvada y un medio hermano caprichoso, egoísta, interesado y manipulador.
— Oh, entiendo.
— por eso lo cuido y trato de que se sienta a gusto en la academia sin perder su niñez.
— Es muy noble de tu parte, aunque seas más pequeño que él.
— usted también es muy noble, sé que siempre ha cuidado del joven duque y lo ha defendido.
— Lo quiero mucho, es como un hermano más para mí.
Su conversación fue interrumpida cuando Liorán se acercó lleno de emoción y nervios.
— Príncipe, ¿lo hice bien?
— Lo hiciste muy bien, Liorán, felicidades.
— Gracias príncipe, me esforzaré más para no decepcionarlo.
— Lo hiciste muy bien, pequeño marqués, felicidades por tu esfuerzo y dedicación.— agregó Aitana con una sonrisa.
— Gracias princesa, usted también lo hizo excelente.
Sergei también hizo una excelente presentación, recibiendo los aplausos y felicitaciones de algunos compañeros.
— Hottie, lo has hecho excelente, felicidades.
— Gracias, pequeño.
Al terminar la clase, todos los estudiantes se fueron del campo de entrenamiento, excepto Fu Tang que tuvo que quedarse a darle las 100 vueltas al campo de entrenamiento.
— ¿Les gustaría comer con nosotros?— preguntó Aitana a los niños.
— Claro que sí, es un placer comer junto a ustedes.— respondió Haim.
El niño feliz, tomó la mano de Sergei siendo observado por su pequeño amigo y Aitana.
— He notado que te gustan mucho los postres que te doy, ¿Quieres comer uno hoy?— preguntó Sergei guiando el camino.
— mmm, quiero uno.
— “ Su comportamiento con Sergei es muy dulce y muy diferente a como trata a los demás”—pensaba Aitana observando la actitud del niño.
Los cuatro jóvenes se dirigieron al comedor para disfrutar de la comida en medio de charlas sobre la clase que acababan de terminar.
— Los exámenes están cerca, ¿Han estudiado? — preguntó la joven viendo a los niños.
— He estudiado mucho, el príncipe también me ayuda con mis repasos.
— Así es, nosotros estudiamos cada día después de clases.
— Es bueno ver que son aplicados y quieren mantenerse aquí.
— Claro que sí, aquí hay algo muy importante que quiero cuidar hasta que lo tenga permitido.
— ¿Puedo saber qué es eso tan importante para mí pequeño amigo?— preguntó mientras observaba al niño.
— Cuando sea el momento te lo diré Hottie, Pero también quiero cuidar a mi pequeño Liorán.
— Entiendo, al ser los más pequeños de la academia es bueno que se lleven bien y traten de cuidarse el uno al otro.
creo que me perdí