Mi nombre es Fernanda, vivo en una época donde las mujeres vivimos esclavas de las normas morales, de los valores, ética y las disque buenas costumbres de la sociedad.
Hoy estoy en el fango, cometí el peor error de mi vida, creer en las promesas de amor de un falso hombre y aquí estoy embarazada, siendo la peor mujer para la sociedad, la gente me mira mal, me hace un lado y todos me dieron la espalda por qué soy una mujer indecente.
Pero la vida me tenía que abrir los ojos a golpes, entender que no todos son buenos y no todos son malos, como la mujer que se convirtió en mi suegra, ahora no se ¿debo odiarla o quererla?
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CAPÍTULO 10
Me quede callada mirando a mi padre esperando de que diera una respuesta a su pregunta, pero creo que no fue algo bueno porque Jorge se molestó y me di cuenta al escuchar el tono de su voz al decir. – Señor Arturo, entiendo que este enojado y que no le gusta la forma en que se va a dar esta boda, pero ya le prometí que me aré responsable.
Fernanda solo estará unos días con usted y nos casaremos, no creo necesario que la maltrate de esta manera, si lo que quiere es que pague su estancia de estos días solo dígame, pagare lo que me pida, solo no la lastime.
Realmente me gusto ser protegida por él, pero al mismo tiempo pensé que no era bueno que se hicieran malas interpretaciones y rápido dijo. – No pienses mal, fue un accidente estaba en la cocina y…
Mi padre no me dejo seguir hablando me interrumpió diciendo. – Fernanda no es bueno echar mentiras, no es la forma en que te eduque.
Jorge, lo que paso fue que uno de mis hijos perdió la calma y le aventó un vaso de vidrio, aunque Fernanda lo esquivo uno de los vidrios la lastimo, pero no tienes que preocuparte ya me he hecho cargo y esto no volverá a pasar.
Yo agache la cabeza me dio vergüenza y no quería que Jorge pensara mal de mi familia, lo escuche decir que estaba bien, después mi padre solo me dijo que fuera por mi bolsa que teníamos que ir a la estación para que el tren no nos dejara.
Entre a la casa recogí el vaso de leche mi madre no dejo que lo lava más bien me dijo que ya me fuera; tome mi bolso y salí de la casa, escuche que mi padre le dijo a Jorge que me cuidar y él contesto que no tenía que preocuparse, prometió que regresaríamos en el tren de las 7 pm, para que no se preocuparan.
Los dos caminamos hasta llegar a la estación del tren, no me dijo nada, caminamos en silencio y al llegar a la estación él compro los dos boletos, tuvimos que esperar 20 minutos.
Él no parecía ser un hombre de muchas palabras, solo se quedó sentado a mi lado en silencio; yo miraba a las personas del pueblo que estaban en la estación que se nos quedaban viendo, hasta susurraban algo y no necesito ser adivina para saber que hablaban de nosotros.
Era bastante molesto, que todos nos estuvieran viendo y criticando, pero lo que más me llamaba la atención era que él no les prestaba atención, miraba las vías esperando que llegara el tren; ya no soportaba eso y le dije. - ¿No te causa incomodidad que todos nos miren como si fuéramos un bicho raro?
Jorge tomo mi mano, esto no me lo esperaba, me sorprendió, que no supe cómo reaccionar, me puse tensa y él me dijo con una calma. – Nuestra vida no puede estar al pendiente de lo que los demás digan, es un desperdicio de nuestro valioso tiempo.
Deja de prestarles atención, nosotros estamos comprometidos y no hacemos nada malo; si ellos nos miran y se hablan de seguro tiene que ser por lo bien que nos vemos juntos, pero si están hablando cosas malas es por la envidia que nos tienen.
Jorge no hablaba mucho, pero cuando lo hacía a pesar de que eran palabras simples tenían una enseñanza; lo miré a los ojos y le dije. – Me gusta tu forma de pensar, ¿Cómo le haces para que nada de esto te afecte?
Al escuchar lo que le dije me sonrió, no esperaba que su sonrisa fuera tan hermosa, estaba encantada hasta que lo escuche decir. – No son palabras mías, es algo que mi madre me ha dicho desde niño.
Que desilusión, escuchar a esa mujer en este momento tan agradable, me quito los ánimos, no sé porque, pero esa mujer me causaba algo de molestia, creo que no es alguien bueno y tambien pienso que me va a causar muchos problemas.
Deje de mirarlo esperando de que no se diera cuenta de mi desagrado por su madre, lo bueno que en ese momento llego el tren y los dos nos levantamos, aunque él no me soltó la mano, subimos juntos.
Buscamos un asiento vacío y él me dejo el lado de la ventana, fueron 30 minutos de camino; al llegar al pueblo de Ahuacatlán, bajamos del tren y él me cuidaba en cada paso, hasta me dio la mano en el momento de bajar los escalones.
Me llevo a varias tiendas, fue algo cansado y mucho caminar, pero él trataba de que descansara, me hacía sentarme donde miraba una banca basia.
Ahuacatlán no era pueblo grande, pero tenía tiendas de todo, lo que era la entrada del pueblo era recto a cada lado eran puros negocios y en medio estaba una calle bastante grande por donde pasaban los carros que eran pocos en ese tiempo.
Llegamos a la primera tienda donde compramos las arras, los dos cojines que se ponían al momento de hincarse en la iglesia, el lazo que se le ponía a los novios y el ramo de flores artificial que se lanzaba.
Después me llevo a una tienda de vestidos de novia, al estar en la puerta me dijo. – entra tu sola, no es bueno que el novio mire el vestido antes de la boda, escoge el que más te guste, cuando te decidas si aún no he regresado me esperas aquí y cuando regrese lo pagare.
Se me hizo algo extraño, pero acepte y él antes de irse le pidió a la encargada que me atendiera bien, que me ayudara a escoger algo lindo, pero lo que más me gusto de todo lo que dijo, fue “Ayúdala a que se sienta cómoda, si es posible dile que se mira hermosa” no esperaba que él pudiera decir algo tan hermoso.
La encargada de la tienda después de que él se fue me dijo que tenía un hombre guapo y bastante atento, que tenía un tesoro a mi lado; para ser sincera no había pensado en él de esa manera, pero ella tenía razón Jorge realmente era un tesoro, empezaba a darme cuenta de que era una mujer realmente afortunada al tenerlo a mi lado.
Empecé a probarme vestidos, no sé cuántos me probé, pero por fin encontré el indicado; la parte de arriba era pegado a mi cuerpo, tenía un escote discreto tenía encaje a su alrededor, las mangas cortas eran de encaje.
En la cintura tenía un cinto de color blanco, la falda era ancha y larga, al final tenía encaje y un hermoso bordado en toda la parte de abajo; para mí era el vestido perfecto y la encargada me decía que me miraba hermoso.
Me sentía realmente emocionada y este vestido me encanto, lo mejor que no era de los más caros de la tienda, creo que no estaba siendo abusiva; me lo quite y se lo entregue a la encarga, para que lo tuviera listo, ya solo tenía que esperar a Jorge, que pagara, de ahí era buscar las zapatillas y terminábamos con las compras.
No lo espere mucho tiempo a los 5 minutos que termine él llego, entro pago el vestido y de ahí fuimos a escoger unas hermosas zapatillas de color blanco cerras y que no tuvieran el tacón muy alto.
Terminamos con las compras y él cargo la caja del vestido de novia y las bolsas con todo lo que compramos; eran las 2 de la tarde, me llevo a comer a un lindo restaurante que estaba en el segundo piso y estaba enfrente de la plaza.
Era un hermoso lugar, me saco la silla para que me sentara, estaba siendo atento conmigo, había algo de gente y en ese momento se puso de rodillas y me dijo. – es algo tarde, las cosas no se están haciendo en orden, pero creo que este paso es importante.
¿Te quieres casar conmigo?
Al decir estas palabras saco una pequeña caja y al abrirla se miró un hermoso anillo con un diamante algo grandecito, aunque no era nada extravagante era hermoso; yo la verdad me quede sorprendida, no esperaba que él hiciera algo como esto, me puse nerviosa, la verdad no hallaba que decir, me quede calla viéndolo a los ojos.
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VESTIDO DE NOVIA
Negocio de la costura y el bordado hacer vestidos para damas con bordados únicos eso a la larga da dinero quien sabe hasta modista llegas ser . Todo es posible