Casada Con Un Desconocido

Casada 10

Casada con un desconocido.

Capítulo 10. Una nueva rutina.

Elsa ISASA.

Fernando había llegado muy tarde. Estaba agotado. Fue a su habitación.

Su recámara estaba perfecta y tal como lo suponía vacía. Cansado caminó por su cálido hogar, silencioso a esa hora de la noche. Se sirvió un vaso de agua y luego de tomarla caminó no hacía su dormitorio sino al de su esposa. Allí estaba. Acostada con su mágico cabello alborotado desparramado sobre la almohada.

Dormía profundamente.

Parecía una niña acurrucada sobre su misma, buscando consuelo en sus propios brazos abrazando su delgado cuerpo. Sería muy fácil amarla pero sabía que no le convenía.

La miró un momento en silencio. Luego caminó a la habitación de Lucas. También dormía. Le arropó y acarició su cabeza.

En toda esta historia Lucas le importaba. Había tratado de convivir con su esposa Lilian siendo un buen padre y marido. Pero la cordialidad no basta. El afecto de hermanos no sirve en una relación entre un hombre y una mujer que se suponen casados. Ambos se aguantaban Pero nunca en realidad se amaron.

El sentimiento profundo del cuerpo y el alma entre dos personas en realidad le era desconocido. Sentía pasión pero sin apego cuando estaba con mujeres después que su mujer se fue con su amante. Pensaba que volvería.

Que no podría abandonar a Lucas.

Pero ella no volvió. Le pidió el divorcio. Fue duro especialmente para su madre. Y luego de la separación empezó su nueva vida con su madre haciendo las veces de madre de Lucas.

Hasta que la muerte se tragó a Lilian en un accidente junto a su nuevo esposo y luego el cáncer a su maravillosa madre.

Finalmente se acostó en su cama y analizó cómo trataría el tema del divorcio con María Cristina.

Al otro día, se despertó temprano pero ella y su hijo ya estaban en el comedor con Matilda.

El desayuno parecía una reunión agradable de la familia.

María Cristina recomendaba a Lucas sobre su presentación del trabajo de ciencias en el colegio.

Parecían madre e hijo.

Sintió cierta tristeza. Por su hijo, claro.

– Buen día a todos. Parece un desayuno magnífico.

– Hola papá. ¿Fue bien tu viaje?-

– ¿Cómo estás Fernando? - dijo Cristina.

– Bien. Ustedes parecen llevarse de diez. ¿Qué pasó en mi ausencia? -

–Cris me llevó al colegio y hablamos. Sé todo papá. Se que esos dos ladrones los casaron. Pero pienso que quizás no sea mala idea.

– ¿Qué dices niño? – Cristina lo miraba asombrada. – tu papá y yo no nos amamos. Es lógico que solucionemos esto con el divorcio.

– No podrá ser enseguida. No por mí. Por ti, para que no pierdas la posibilidad de entrar a los Estados Unidos. Solo será un mes. - dijo Fernando.

– Bien. Y en ese mes parecemos familia, ¿verdad? - Lucas lo miraba con esperanza mientras comía.

– Será difícil. Cristina tiene su empresa en Buenos Aires.

– Si es un mes, puedo hacerlo Fernando. Si tengo que hacer un viaje a la capital, tomó unos días y vuelvo después. Estuve trabajando a distancia. Y tengo allí una persona en quien confío más que en mis padres. -

– ¿Tu novio Mariano?-

– Mi amigo y asesor Borges. A Mariano lo conozco desde chica pero en cuestiones personales y de empresa Borges es mi fuerte. - dijo sin dudar María Cristina –

Después del desayuno las actividades siguieron como a diario.

Ella había aceptado convivir con él desde ese día por lo menos un mes.

No sería fácil. Se estaba metiendo en su vida y también en sus pensamientos.

Había hablado con su hijo y le había contado toda la verdad, cosa que él no tuvo coraje de hacer.

Conocía los nombres de cada uno de sus empleados. El día que estuvo sola llevó a su hijo al colegio y recorrió las cuadras a la tarde como si realmente le importara sus dominios.

La vida con ella sería difícil.

Pero las cartas estaban echadas.

Se abocó a su trabajo dudando si hizo bien en compartir con ella su hogar durante un mes.

Comieron juntos al mediodía y la actitud de María Cristina era afable pero distante.

Descansaron un rato y luego la vió recluirse en su recámara trabajando con su laptop.

Cuando escucharon llegar a la combi escolar ella salió como una madre ansiosa a recibir a su hijo.

Los vio charlar sobre las actividades del día como nunca Lucas lo hacía con él. Ella le sacaba la mochila y escuchaba interesada los resultados de la exposición de Lucas en ciencias.

– Hola pa ..- dijo el niño corriendo a su lado hacia la casa.

– Hola hijo - respondió– Estás sonriente. ¿Es por la llegada de mi hijo?.

– Sacó una excelente nota en ciencias. Estoy feliz - contestó Cristina.

No respondió ni una palabra y caminó a las cuadras.

Allí revisó a los animales y proyectó con Alejo el capataz las tareas del día siguiente. Recibió un llamado de Salinas.

– jefe. Le mando los documentos que me pidió y unas fotos de Mariano Báez Solís con su amante. Quizás a la Señorita Cristina le interese saber quién es en realidad su novio.

Miró la foto comprometedora. Mariano se veía en ella abrazando y besando apasionadamente a una mujer.

No sería él quien le muestre esa foto.

Esa noche la vio charlar como dueña de casa con Matilda sobre las actividades a realizar al día siguiente. Acompañar a su hijo a su dormitorio y arroparlo. Sacar sus audífonos y confiscarlos hasta el otro día. Sin una protesta de Lucas.

Él la esperaba en la puerta.

– No es necesario que te tomes todo ese trabajo con Lucas. No eres su institutriz. - dijo molesto.

– Me encanta hacerlo. ¿Qué pasa? ¿Estás celoso? - le contestó sonriente marchando a su recámara.