Liora reencarna en un mundo mágico con una nueva oportunidad para vivir y solo busca ser feliz.
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El mundo mágico tiene muchas historias, todas conectadas pero independientes.
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Solicitud
El regreso al palacio fue frío.
No por el clima.
Sino por la sensación que se instaló en el pecho del Rey desde la batalla en el templo.
Algunos días pasaron.. Días en los que él esperaba verla pasar por los pasillos como antes.
Esperaba escuchar una broma, una sonrisa traviesa, un comentario atrevido.
Pero Liora… Ya no estaba ahí.
No de la forma en que él la recordaba.
El rey se escribía con el duque Page, su buen amigo y bromeaba con él diciendole que también tendria una mujer.. y cuando lo hacia solo se imaginaba a Liora.. pero el duque no sabia que la famosa espia se alejaba mas cada dia..
Y es que él la vio en un par de ocasiones en los pasillos del castillo, pero no iba hacia él.
Siempre estaba con Eamon. O con otros espías. O entrenando sola en el patio.
Y lo que más le impactó… Era que ella sonreía. Pero no a él. Nunca a él.
Una tarde, desde el balcón, la vio riendo con dos nuevos reclutas.
Libre.
Luminosísima.
Coqueta sin proponérselo.
Cálida.
Un nudo se formó en su garganta.
[…hace semanas me sonreía así. Ahora… ni me mira.]
Ya entrada la noche, el Rey trabajaba en su despacho cuando un funcionario de la División Militar llamó a la puerta.
- Majestad… este documento requiere su firma.
El Rey lo tomó sin pensar, esperando cualquier solicitud de misión.
Pero no.
Sus ojos se ensancharon al leer la primera línea..
“Solicitud de Baja Temporal – Liora Verlaine”
A continuación, los motivos..
descanso personal.. viaje voluntario.. exploración de nuevas oportunidades fuera de la división.. traslado a actividades no militares
El Rey se quedó mudo.
[No…]
El funcionario esperó.
- ¿Desea aprobarlo, Majestad?
El Rey bajó la mirada al documento.
A la firma de Liora.
Una firma segura.
Decidida.
Serena.
Una firma que decía claramente..
“…me voy.”
[Ella… se va.]
El funcionario esperó, confundido por el silencio del Rey.
Rey: Déjelo ahí. Lo revisaré más tarde.
El hombre se fue.
Y el Rey se quedó solo con el papel.
Solo con la verdad que había evitado aceptar.. Liora Verlaine se iba. No solo de la misión. No solo de su lado. Del Reino. Del castillo. De él.
Asi que salió de la oficina. Caminó por los corredores, buscándola con un impulso que no comprendía.
La vio a lo lejos.
Liora estaba en el patio, entrenando con Eamon.
Rápida.
Fuerte.
Segura.
Sonriendo.
Eamon dijo algo, Liora rió.
Una risa libre.
Una risa que ya no sonaba como la que le había dado a él.
El Rey sintió el golpe en el pecho.. físico.
[Se está yendo. De verdad… se está yendo.]
Y por primera vez… No pudo seguir mirándola.
Se dio vuelta despacio, antes de que ella lo viera. O… antes de que no lo viera.. y regresó a su despacho. Tomó la solicitud de baja de Liora una vez más.
[Ella pensó en viajar. Pensó en su libertad. Pensó en un futuro donde yo no existo. Porque yo nunca… le di razones para quedarse..]
Y el terror lo golpeó como una ola.
Un terror que no venía del trono.
Ni de la guerra.
Ni de la magia oscura.
Era un miedo humano.
Crudo.
Desgarrador.
El miedo de perderla.. para siempre..
A la mañana siguiente, muy temprano, un mensajero fue enviado a la habitación de Liora.
- El Rey solicita su presencia.
Liora, que ya estaba preparándose para entrenar, suspiró hondo.. Sabía perfectamente por qué la llamaba.
Minutos despues.. el Rey estaba de pie, junto al ventanal, sosteniendo la solicitud de baja entre sus dedos.
La había leído tantas veces que el papel tenía las esquinas gastadas.
Cuando Liora entró, el Rey levantó la mirada… y por primera vez en semanas, la miró realmente.
El Rey tragó saliva antes de hablar.
Rey: Liora… ¿esta solicitud es verdadera?
Ella no dudó.
Liora: Sí, Su Majestad. Es verdadera.
El Rey apretó la mandíbula apenas.
Rey: ¿Te vas?
Liora mantuvo la postura firme, tranquila.
Liora: Sí. Me voy.
Un silencio cargado cayó entre ellos.
El Rey respiró hondo, intentando sonar calmado… pero los dedos le temblaban.
Rey: Liora… ¿te vas por nuestra conversación? Por… por la respuesta que te di aquella noche.
Liora bajó la mirada un instante. No para ocultarse. Sino para ordenar sus ideas.
Luego levantó los ojos y fue completamente sincera.
Liora: En parte… sí.
El Rey sintió el golpe directo en el pecho. Pero la escuchó. No la interrumpió.
Liora: No voy a mentirle. Por supuesto que… si las cosas entre nosotros se estuvieran dando… si estuviéramos conociéndonos… si usted quisiera algo conmigo…
Ella sonrió, suave. Triste. Sin rencor.
Liora: …por supuesto que no me iría.
Eso fue una puñalada. Pero una honesta.
El Rey cerró los ojos un segundo.
Dolor.
Arrepentimiento.
Algo que no sabía nombrar.
Pero Liora continuó, sin dureza.
Sin reclamos.
Solo honestidad.
Liora: Pero finalmente… irme es mi decisión. Mi oportunidad de ser feliz… en otro lugar.
Con otra vida. Con nuevas aventuras. Y quizás… con alguien más.
El papel tembló en la mano del Rey.
Solo una frase.
Una frase suave.
Una frase completamente lógica.
Pero que le partió el alma.
Por primera vez en su vida… el Rey sintió que se quedaba sin aire.
[¿Alguien… más?]
Intentó ocultarlo.
Ser firme.
Ser rey.
Pero no pudo evitar que su voz se quebrara ligeramente.
Rey: ¿Alguien… más?
Liora no lo dijo con burla, ni con ironía. Lo dijo con calma, con verdad.
Liora: Sí. Quizás. Es normal, Su Majestad. Las personas… se enamoran. Conocen a alguien. Construyen algo.
Ella lo miró a los ojos. Por primera vez en mucho tiempo.
Liora: Yo… también merezco eso. ¿No cree?
El Rey sintió que el mundo se le venía abajo.
Y aun así… asintió.
Rey: Sí… claro que sí.
Intentó sonreír. Pero su rostro no obedeció.
Liora no notó el quiebre completo, pero sí notó algo en él. Quizás tensión. Quizás incomodidad.
Porque ella ya había dejado de mirar al Rey como hombre. Y eso era lo que lo estaba destruyendo.
Rey: ¿Cuándo… planeas irte?
Liora: En cuatro días. Cuando termine los informes. Quiero dejar todo en orden.
El Rey asintió.
Cada movimiento parecía costarle el doble.
Rey: Muy… bien.. Agradezco… tu servicio al reino.
Liora sonrió una sonrisa cordial, educada, nada más.
Liora: Ha sido un honor servirlo, Su Majestad.
Y esa distancia… esa distancia cortés… fue el golpe final.
Cuando Liora salió del despacho, el Rey dejó caer la solicitud sobre el escritorio.
Apoyó ambas manos sobre la madera.
Respiró con dificultad.
Y finalmente aceptó algo que no quiso ver antes..
No la estaba perdiendo. Ya la había perdido.
Ojalá en el ducado encuentre alguien de otro reino que la invite a conocerlo 😏
😂🤣😂🤣😂 Estos dos hombres ya tienen canas verdes /Grievance//Grievance/