Objeto: Enamorarte

NOAH 

Todavía no llego a casa de mis padres y ya estoy arrepentido de llevar a Michelle conmigo, porque Paloma tiene razón, esto será incómodo. Simplemente cuando la invité, pensé que llevarla y molestar a mi hermano y a Paloma, sería lo mejor. Algo así como demostrar que aunque me obligaron a hacer algo, no se saldrán con la suya. 

Pero quizá el almuerzo con mis padres no era la mejor oportunidad. 

-Mi madre dice que no ha podido encontrar a alguien que elimine tu matrimonio. Que por ahora la única opción rápida, es convencer a Paloma y hacer que firme el divorcio. Pero no te preocupes, puedo convencer a mi hermana- dice Michelle, mientras que maneja. 

-¿Estás segura?- pregunto, sabiendo que Paloma no dará su brazo a torcer tan fácilmente o con todo lo que dije, ya lo hubiera hecho.

Siento un poco de culpa por haber sido tan duro con mis palabras, pero trato de eliminar el sentimiento, porque se merece que esté molesto con ella. 

-Por supuesto. Ella siempre me ha envidiado, simplemente tengo que ponerla en su lugar. 

No digo nada, porque recuerdo como Paloma sacó a relucir los engaños de Michelle. 

-¿Me amas?- pregunto y casi quiero retractarme de mis palabras, pero simplemente espero, ya que quiero saberlo. 

-De qué hablas querido, si no lo hiciera no estaría contigo- responde y esa respuesta aunque afirmativa, me deja con mal sabor de boca. Quiero preguntar sobre si a los otros también los ama, pero saberlo directamente significa afrontar esto y terminarlo para siempre y aún soy un cobarde. 

Ella continúa hablando sobre cosas, hasta que llegamos a casa de mis padres. Bajamos y allí están mis padres, además de Mateo y Elisa. Ellos inmediatamente se ven sorprendidos al ver a Michelle en lugar de Paloma, a quien en realidad invitaron. 

-Tío, tía, tanto tiempo- Michelle se acerca a saludar a mis padres y ambos se ven un poco incómodos mientras la saludan de vuelta. 

-¿Y Paloma?- me pregunta Mateo, antes de siquiera saludarme. 

-Viene en camino- respondo. 

Él me mira como si estuviera loco, así que me defiendo. -Le dejé el auto. 

Él y Elisa me miran como si hubiera cometido algún tipo de pecado y me siento como un niño pequeño. 

-¿Qué? Ustedes me metieron en esto, así que no me traten como el malo, porque no lo soy- digo. 

-Sabes que lo hicimos por tu bien, ya que eres tan ciego que no podrías ver la realidad aunque te golpeara- dice Mateo. 

Me paso la mano por el pelo, sin responder, ya que en estos días que hemos trabajado juntos, hemos podido conversar y algo del enojo desapareció. 

-Déjame tranquilo- digo, pero eso es todo, ya que no quiero discutir frente a Elisa, quien está embarazada. La abrazo y la saludo en ese momento, ya que no puedo estar molesto con quien lleva mi sobrino y hace tan feliz a mi hermano. 

Supongo que eventualmente perdonaré a Paloma también… 

En ese momento llega Michelle a saludar y aunque ella parece no notarlo, ambos se vuelven un poco más callados y tensos con ella. 

-Cuñados, escuché que se prestaron para esta broma de mal gusto- dice Michelle sonriendo, pero sonando molesta -espero que no se les ocurra volver a hacer una imprudencia como está o nos vamos a ver en la necesidad de cortar los lazos con ambos. 

-Michelle- digo, ya que nunca se me pasaría por la cabeza cortar relaciones con mi familia. 

-Pasemos cariño, es hora de ir adentro- dice, como si nada. 

Estoy por decir algo, pero me detengo, antes de que esto se vuelva una discusión y pueda afectar de alguna manera a Elisa. Su hijo es mi primer sobrino y ya quiero a ese niño. 

Entramos todos y cada quien se pone a conversar mientras esperamos a Paloma. Miro el reloj y veo que llega tarde. Mi madre ya tiene todo listo y sólo falta ella. 

-¿Estás seguro de que la invitaste?- pregunta mi madre, llevándome hacia un lado. 

-Claro que lo hice- respondo ofendido. 

-Sé que debes estar molesto, pero Mateo se sentó con ambos y nos explicó la situación de esa niña, así que espero que al menos te comportes con educación- dice, reprochandome, mientras que mira a Michelle y sé que está disconfirme con que la haya traído. 

-¿Y cuál es la situación de Paloma? Ya que nadie me ha dado una explicación propiamente dicha. Lo único que sé es que su madre quiere que se case en algún matrimonio arreglado- digo molesto, pero ella me mira sorprendida, como si fuera la primera vez que lo escucha. -¿No es esa la razón por la que me obligó a casarme con ella? 

-Por supuesto que no. Pobre chica. Qué clase de padres en estos tiempos, obligan a sus hijos a casarse en contra de su voluntad- murmura indignada, mientras que me deja para ir hacia mi padre. 

¿Por qué ella es una pobre chica y yo que fui casado sin siquiera haber sido consultado, no lo soy?