Alexandra fue engañada creyendo que firmaba un contrato laboral y acabó siendo uno matrimonial.
En tanto que para Christopher la situación también ha sido complicada, ya que como presidente de la empresa familiar, al momento de firmar los papeles para asumir el cargo de manera oficial, dos cláusulas cambiarían su vida para siempre: casarse y ser padre.
Por obligación ambos debieron aceptar la situación; sin embargo, jamás pensaron que la llegada del otro cambiaría muchas cosas para ellos.
¿Podrá el amor surgir con base a un contrato dado por mentiras?
¿Pueden dos personas, con perspectivas de la vida tan distintas, llegar a llevarse bien?
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Capítulo 23 PEOR OPCIÓN
Alexandra
Me había pasado en lo que le dije aunque no le mentí en nada. De algún modo mí boca suelta acabaría metiéndome en graves problemas.
Christopher dijo lo que tanto temía, quería consumar ésta farsa y ésta vez estaba segura de que lo haría. Mí ánimo decayó aún más si es que era posible y fui con el dónde sellaba mí destino aquella noche.
Fuimos en el ascensor dónde intentó besarme, no sé si para poder excitarse o que lo hiciera yo o quizás porque era algo que hacía con pasos a seguir cuidadosamente planeados así como todo lo que hacía.
Comenzó a quitar su ropa y no quise mirarlo, tampoco lo besé cuando me lo pidió. Yacía inmóvil en aquella cómoda cama sintiendo sus besos por mí piel que retorcían violentamente mis entrañas.
No quería mí primera vez con el y ¡Por Dios! estaba segura de que tampoco la deseaba aquella noche. Solo quería que acabara todo tan rápido como decidió que sería esa la ocasión dónde reclamaría mí cuerpo.
Sentí su boca sobre mí cuello y como se acercaba a mis pechos y cerré los ojos con fuerza mientras clavaba mis uñas a las sábanas blancas de aquella cama. Cuando su mano se abrió paso por mis piernas dónde ya se había situado y tocó por sobre mí ropa interior se detuvo.
Ahora parecía frustrado y dónde había una parte que resaltaba en su anatomía ya no había nada. Estaba molesto pero intentó ser amable cuando preguntó si yo padecía algún problema. Cuando especificó qué se trataba de lubricación solo le dije la verdad y es que no tenía dicho problema.
Me he sentido excitada en algunas ocasiones más que nada por algún sueño dónde Samuel me besaba y comenzaba a desnudarme. Al despertar debía con urgencia cambiar mí ropa interior porque era un lío.
Mí cuerpo era quien tenía vida propia y quién con Christopher no reaccionaba así hiciera cosas que nadie me hizo jamás. Él puede creer incluso que finjo desinterés pero mí cuerpo expresa lo que siento tanto como lo que no.
Cuando el se fue enojado yo lo agradecí y fui al baño para darme una ducha y quitarme su olor de mí piel y los residuos de sus labios que aunque ya estaban secos me hacían sentir sucia.
Salí de la ducha y me envolví en la bata mientras llamaba a la mansión y pedía que enviaran un cambio de ropa para los dos, para mí con pijama incluido. Aquel chófer tan amable me entregó las prendas en poco tiempo, agradecí y corrí a cambiarme.
No podía dormir aunque me sentía cansada, si cerraba los ojos imaginaba como sería mí primera vez con Christopher y me causaba desagrado.
Él llegó después acompañado por un hombre muy guapo que me sonrió apenado cuando lo dejó en el cuarto debido al estado de ebriedad que tenía.
Él se tambaleaba mientras reía y decía algunas cosas que no entendía
-Es la primera vez que una mujer no siente nada jajaja
-Christopher acuéstate y duerme
-Ella ni siquiera fue mí primera opción pero si la peor
-Lo que tu digas, acuéstate
-Es linda, mí hijo saldrá bien cuando logre acostarme con ella, ¿Crees que debería preguntarle que le gusta en la cama? No quiero follar a un maniquí
-Acuestate Christopher
Finalmente lo hizo y se durmió enseguida mientras yo seguía abrumada por lo que acababa de decir, si no fui la primera opción, a cuántas personas habrá querido engañar y quiénes eran.
Me sentí más estúpida sabiendo aquello, había intentado engañar a alguien más que no cayó en su trampa mientras que yo por no querer perder el trabajo que tanto ayuda a mis padres firmé sin ver y me condené a esto.
Desperté presa de un abrazo asfixiante de él y por los golpes en la puerta, el servicio al cuarto había traído un gran desayuno romántico para los dos. Seguro por ser recién casados a fin de cuentas.
-Despierta, ya está el desayuno y tengo hambre
-Eres ruidosa, se me parte la cabeza
-No hubieras tomado de la manera en que lo hiciste aunque me sirvió para enterarme de varias cosas
-¿Que dije?
-Tendras que recordarlo tu porque lo acabo de olvidar
Comimos en silencio mientras el pensaba y se quejaba de su dolor de cabeza y volvimos a la mansión poco después