Venganza & Destino

El Sr. Lan, al mirar a los ojos de Larisha, vio lágrimas que estaban a punto de caer de sus mejillas. Sintió una extraña incomodidad en su corazón, una sensación desconocida para él.

Sintió un dolor repentino debido a que se le pusieron rojas las manos por el café caliente. El Sr. Lan no podía soportar ver a Larisha en ese estado.

Larisha, sintiéndose inferior frente al Sr. Lan, se limitó a bajar la mirada, mientras él continuaba atormentándose con sus pensamientos. Al ver a Larisha en silencio, observando su quemadura, el Sr. Lan salió de la habitación, dejándola sola.

Al descender a la planta baja, el Sr. Lan se encontró con Tan, quien estaba ocupado preparando varios archivos para la reunión con un cliente de Singapur.

"Tan, ¿estás ocupado?" preguntó el Sr. Lan.

"Sí, señor, muy ocupado," respondió Tan mientras se concentraba en los archivos frente a él.

"Tan," llamó el Sr. Lan vacilante.

"Sí, señor. ¿Qué sucede? ¿Necesita algo?", dijo Tan, deteniéndose en su tarea y esperando a que el Sr. Lan le hablara.

El Sr. Lan parecía tener dificultades para expresar lo que quería decirle a Tan.

"Si no necesita nada más, permítame recoger sus cosas del auto," sugirió Tan.

"Tan, espera," dijo el Sr. Lan.

"En realidad, necesito que busques un tratamiento efectivo para las quemaduras en la piel provocadas por agua caliente," dijo el Sr. Lan con titubeo.

"¿Le ocurrió a usted, señor? ¿Dónde está la lesión?" preguntó Tan, comenzando a sentir pánico.

"No, no es para mí, es para la persona en mi habitación," explicó el Sr. Lan, apresurándose.

"¿Eh? ¿Qué? ¿No me estoy equivocando? Sr. Lan, ¡se preocupa por otras personas! Esto es una locura, este mundo va ha terminarse", expresó Tan sacudiendo la cabeza, mientras se dirigía a llamar al médico privado de la familia del Sr. Lan para traer medicina.

Mientras Lan caminaba cerca de la piscina, no podía creer lo que acababa de escuchar.

"¡Lan, estás realmente loco! ¡¿Por qué le pediste a Tan que tratara la herida de la prisionera en tu habitación?! ¡La chica lo merece, esto no puede ser tolerado! Esta es la última vez que seré amable con ella", murmuró el Sr. Lan.

El médico llegó y fue recibido por Tan, quien lo llevó al quinto piso de la residencia para encontrarse con Larisha.

Al abrir la puerta de la habitación, encontraron a Larisha sentada en el suelo con una expresión triste y doliente en el rostro mientras sostenía una de sus manos.

"Señorita, este es el médico de familia del Sr. Lan. ¡Examinará la herida en sus manos y la tratará!", anunció Tan.

"¡Detente allí! ¡No te acerques! ¿Para qué me tratan? Después de todo, más tarde, el Sr. Lan me volverá a hacer una nueva herida, ¡váyanse todos ustedes!", gritó Larisha.

"¡Por favor, coopere! No deje que el Sr. Lan conozca su actitud de esta manera", pidió Tan.

"¡Al infierno con un hombre cruel cómo él!" exclamó Larisha, expresando su odio hacia el Sr. Lan.

"¡Por favor, Doc, dale la mejor medicina para ella!", solicitó Tan.

"¡Sí, señor Tan!", respondió el médico.

Larisha guardó silencio mientras el médico examinaba y curaba su mano con un medicamento tópico de alta calidad. Tras unos segundos, la herida de Larisha dejó de doler gracias a la efectividad del tratamiento.

"¡Listo, señorita! Para la tarde, sus manos deberían estar perfectamente normales de nuevo. Mis disculpas", afirmó el médico.

Larisha se mantuvo en silencio, evitando mirar al médico y a Tan, el cual observaba la escena. Por un momento, Larisha sintió alivio al saber que el Sr. Lan se había retirado a su oficina y probablemente regresaría a casa por la noche.

Más tarde, Tan recibió una llamada de uno de sus hombres encargados de la seguridad alrededor de la residencia de Larisha.

Al parecer, la casa estaba siendo visitada por vecinos y colegas que estaban preocupados por la desaparición de Larisha y Laluna, quienes habían estado ausentes durante días.

Los vecinos decidieron informar a la policía sobre la situación, por lo que Tan se apresuró a la oficina del Sr. Lan para compartir esta importante noticia.

"Buenas noches, señor. Quiero informarle que los vecinos y amigos de la señorita Larisha están comenzando a preocuparse por su desaparición, ¡incluso planean reportarlo a la policía", comunicó Tan.

"Shhh, he estado esperando que esto ocurriera", respondió el Sr. Lan.

"¿Debemos ir a hablar con la policía para cerrar este caso?" preguntó Tan.

"No es necesario. Esto es un asunto menor, no requerimos eso. En cambio, tengo una solución más fácil y sencilla", dijo el Sr. Lan.

"¿Más fácil? ¿Qué solución tiene, señor?" preguntó Tan con curiosidad.

"Me casaré con ella esta noche. Tu tarea será compartir fotos y regalos con las personas más cercanas a Larisha para informarles que ya me he casado con ella, evitando así que la busquen", explicó el Sr. Lan.

"¿Casarse con ella? ¿Está hablando en serio, señor? Pero usted no la ama", comentó Tan.

"Esto no cambiará su condición como prisionera en mi casa. Seguirá siendo tratada de la misma manera", aclaró el Sr. Lan.

"Muy bien, señor. Me pondré manos a la obra. ¡Mis disculpas!" dijo Tan.

"¡Tan! Asegúrate de que su hermana esté presente en la boda, y no olvides incluir un mensaje de disculpa en cada regalo para vecinos y amigos," agregó el Sr. Lan.

"Entendido, señor Lan," respondió Tan antes de salir apresuradamente para ocuparse de los preparativos para la boda del Sr. Lan, que sería testigo únicamente por aquellos más cercanos al Sr. Lan y sus empleados.

La noticia sobre la boda del Sr. Lan y Larisha esta noche se ha esparcido por toda la empresa. Los empleados comentan sobre lo repentino matrimonio, considerando que el Sr. Lan se comprometió a nunca casarse de nuevo tras la muerte de su esposa.

Surgía la pregunta sobre qué habría motivado este cambio tan abrupto.

Tras encargar los servicios de decoración para la boda en la residencia del Sr. Lan, la casa estaba llena de personas que venían a decorar, lo que desconcertó a los sirvientes en el lugar. Tan también dispuso que se preparen obsequios que se distribuirían entre vecinos y amigos de Larisha.

Apresuradamente, Tan fue a recoger a Laluna siguiendo las instrucciones del Sr. Lan, quien deseaba que la hermana de Larisha estuviera presente en la boda. Al llegar al apartamento, encontró a Laluna respirando aire fresco junto a la ventana abierta.

"¿Por fin llegas a casa?" preguntó Laluna.

"¡Ven conmigo! Tu hermana se va a casar," anunció Tan.