Me Recetaron Amor

Eider. Auch... Puedes ser más cuidadosa.

Annie. Y tú puedes dejar de ser tan llorón 😒.

Eider. Querés ver qué se siente?

Annie. Serías capaz de golpearme? 😳

Eider. No soy ese tipo de hombres novata.

Annie. Entonces como pretendes hacer que yo sienta lo mismo que tu, sin golpear?

Eider aparta la mano con la que estaba limpiando su herida y la acerca más a él agarrándola por la cintura. Annie por instinto coloca ambas manos en su hombro y lo mira fijamente a su rostro.

Eider. Hay muchas otras maneras novata 😏.

Annie. Que haces, suéltame.

Eider. Prometiste no acercarte.

Annie. No lo hice, tu eres quien está provocando que estemos demasiado cerca, ahora suéltame.

Eider la abraza con algo de fuerza y se deja caer en la cama haciendo que Annie por instinto cierra al sentir como cae encima de el y cuando los abre lo observa mirándola con una sonrisa en sus labios

Annie. Eider que haces.

Él sin soltarla se gira para subirse encima de ella para evitar que pueda escaparse.

Eider. Shhhh no hables 🤫, puedes despertar a mis abuelos.

Annie. Está loco, quítate de encima.

Eider. Te dije que te haré lo mismo que tu a mi.

Annie. No lo hice a propósito, estaba dormida como iba...

Sus labios fueron callados con los de él, mientras que Annie siguió haciendo algo de fuerza para apartarlo, sin tener éxito alguno.

Después de varios segundos él volvió a morderla, logrando una vez más introducir su lengua.

Annie ya no siguió luchando más, empezó a sentir una mezcla de emociones en todo su cuerpo, que no había experimento antes, siendo ese su segundo beso había recibo en su vida y no podía creer que fuera del mismo hombre.

Eider por su parte no entendía lo que le estaba pasando con esta chica, desde aquel beso en el auto, no lograba sacarla de su cabeza, después de que sus abuelos habían regresado a la mansión intento acercarse en el hospital, pero Annie siempre lo evadía.

Por eso había decidido regresar al hotel a trabajar y así olvidarla, hasta que la volvió a ver de nuevo en la oficina de su abuelo.

El beso cada vez fue demandante y algo torpe por parte de ellas, pero el creia que aun se resistía al momento que estaban viviendo los dos, soltado sus labios la mira con deseo y algo molesto.

Eider. Seguiré pensando que eres una novata, si me sigues besando de esa manera.

Annie al escucharlo quiso apartarlo, pero Eider la volvió a besar agarrando sus manos, Solo quería estar con ella, en estas últimas semanas se la imagino muchas veces desnuda en su cama y quizas de esa manera podía sacarla de su cabeza.

Ya no solo quería un beso, quería más de ella, la queira completa y escucharla decir su nombre entre gemidos.

Besando su cuello, Annie comienza a sentir como su entrepierna empieza a palpitar, mientras que él acaricia su cuerpo.

Eider comenzó acariciar sus pechos por encima de la bata de seda y volviendo a besar sus labios ya ambos no podían ocultar lo que estaban sintiendo y Annie ya no podía resistencia, disfrutaba cada tacto, cada acaricia, cada beso.

Abriendo sus piernas logra introducirse en el medio de ambas y metiendo sus manos por debajo de la bata, comienza acariciar su piel, que estaba erizada con ese tacto.

Annie. Eider porque haces esto.

Eider. No lo sé novata, no sé que me has hecho, Pero no dejo de pensar en ti desde ese beso.

Mientras que seguía besando su cuello, iba acercándose mas a su intimidad y Annie no puedo evitar sentir algo de miedo y deseo a la vez.

Annie. Eider yo no... Yo nunca... O sea nunca he hecho esto.

Eider que estaba intentando bajar a sus pechos, abre los ojos como un plato, al escuchar esa declaración y levanta un poco su cuerpo sin apartarse de ella.

Eider. ¿A qué te refieres?

Annie. Bueno a este tipo de contacto físico con un hombre.

Eider se levanta y comienza a caminar de un lado a otro, Annie por su parte arregla la pijama y se sienta en la orilla de la cama.

Eider. No tienes que mentirme, si lo que quieres es que me detenga y no seguir con esto, puedo entenderlo, te aseguro que no te obligare.

Annie. No te estoy mintiendo.

Eider. 😳, no puedo creerlo, es en serio una virgen a los 23 años, yo los perdí a los 17 con una chica de 16 que ya había estado con otro sujeto y tú 😳.

Annie. Si no me quieres creés es tu problema, no tengo porqué seguir escuchando tus estupideces.

Eider. Annie no te vayas, espera.

Annie sale furiosa de la habitación de Eider y se encierra el la que le había mandado a preparar Renata.

Eider. Annie, escúchame no quise dudar de ti, es que es muy difícil de creer, o sea no sé si me explico...

Annie. Vete a dormir Eider, yo también haré lo mismo.

Eider se quedó parado unos minutos más en la puerta, no sabía si lo que ella había dicho era cierto o lo dijo para evitar tener Sexo esa noche con él, ya resignado regreso a su habitación y se dejó caer en la cama, y recordando todo lo que había pasado, volviendo a despertar a su amigo y tocó levantarse para ir a la ducha a atenderlo.

Al amanecer Annie ya estaba terminando de desayunar acompañada de Don Martin y Renata cuando Eider apenas venía bajando por las escaleras.

Eider se sienta sin apartar su mirada de ella, mientras Annie hacia un esfuerzo por ignorarlo.

Annie. Ya es tarde debo irme o perderé mi examen.

Renata. Ve hija, te estaremos esperando para la cena.

Annie. Hoy saldré muy tarde, otro día prometo venir a visitarlos.

Renata. Oh, ya no estábamos acostumbrados a cenar contigo 😞.

Martin. Querida Annie no puede estar viniendo todos los días, ya no estamos en el hospital y debemos entender que ella tiene una vida.

Annie ve la expresión triste de ambos y no pudo evitar sentir mal por eso.

Annie. Intentaré de venir a cenar.

Eider. Yo vendré a cenar con ustedes está noche.

Renata. Yo no quiero que vengas solo está noche, queremos verte más seguido.

Eider. Bien abuela si es lo que quieres, veré que puedo hacer

Annie se levanta y le deja un beso a Don Martin y Doña Renata, para después salir de la mansión, Eider quiso detenerla, pero la mirada de su abuela estaba puesto en ella.

Ya cuando estaban solos empezó a desayunar, mientras que su abuelo lo miraba con una ceja arqueada.

Eider. Que?

Martin. ¿Te fuistes a los golpes con alguien?

Eider se acordó de su labio y paso sus dedos sobre él, acordándose lo que había sucedido y sin darse cuenta una sonrisa se dibujó en sus labios.

Sus abuelos lo observa y se miran a los ojos, no entendía esa expresión de su rostro y por qué reía como un tonto.

Eider sintió las miradas de sus abuelos y solo se limitó a negar con la cabeza.

Renata. No mi amor, mi nieto anoche llegó sin ese golpe en su boca.

Eider se sintió descubierto por sus abuelos y decidió cambiar la conversación.

Eider. Abuelo como te has sentido en casa.

Martin. Igual que en el hospital, con la diferencia que aquí no está Nani para consentirme.

Renata. Me pondré celosa, cariño.

Martin. No tiene por qué hacerlo querida, sabes a lo que me refiero.

Renata. Si lo sé, yo también extraño verla todos los días 😞.

Eider se siente culpable por ver a sus abuelos tristes, en el fando sabe que ellos se sienten solo en esta enorme mansión.