La Pasión del Agroboy

Tomamos nuestro café y seguimos con las tareas de la hacienda. Eché un vistazo a las vacas lecheras, inspeccioné todo y llamé a Augusto para ver el ganado en el pasto.

- Augusto, ¿andas a caballo?

- Si ando. Soy un apasionado. Crío ganado, pero los caballos son mi pasión.

Nuestra, habla con tanto amor de los caballos. Voy a buscar mi semental para que lo monte.

- Qué bueno. Entonces vamos a caballo.

Entramos en las caballerizas y él se queda encantado con mis caballos. Yo también soy una apasionada de ellos.

- Augusto, estos son mis bebés de cuatro patas. Voy a buscar a Tristán para ti y yo iré con Lua. Esta fue mi primera yegua. Papá me la regaló para mi cumpleaños número 18. Nunca me gustaron las yeguas, solo los caballos, pero Lua es mi pasión, mi consentida.

Lua es una yegua blanca de ojos claros.

Siempre la arreglo. Ella es mi compañera. La monto y desaparezco en los pastos y me desahogo con la brisa.

- Son hermosos tus caballos. Por lo que veo, también es tu pasión, ¿no?

- Sí, lo es. ¿Vamos?

Después de ensillar los caballos, vamos a recorrer la hacienda.

Estábamos llegando cerca de la cascada y con este calor no hay nada mejor.

- Augusto, ¿puedo mostrarte un lugar?

- Será un placer.

Tomo el sendero y pronto tenemos la vista de la cascada.

- ¡Vaya, este lugar es demasiado lindo, Melissa! ¿Vamos a darnos un chapuzón?

- En serio, ¿de verdad quieres entrar? Pensé en invitarte, pero no creí que aceptarías.

- ¿Por qué no? Este lugar es perfecto. Ya trabajamos, ahora a divertirnos un poco.

Enseguida se quita el sombrero, la camisa y las botas y se tira en pantalones.

💭Jesús, qué hombre es este. NUESTRA SEÑORA DE LOS AGRABOY SABROSO.

- Ven pronto. El agua está genial.

Nuestra, no lo puedo creer. Eliezer nunca quiso ni conocer la hacienda. Siempre quise bañarme aquí con él. Quería mostrarle los lugares que amo en esta hacienda, pero él siempre está trabajando. Nunca salimos a ningún lado. Nuestro noviazgo consiste en quedarnos en su departamento y en la hacienda. Él odia todo lo que amo. Y ahora aquí con Augusto puedo ver que puedo encontrar a alguien que me ame como soy y le gusten las mismas cosas que a mí.

Me quito el sombrero, las botas y me tiro vestida. Los jeans estorban, claro. Suelo bañarme solo en lencería, porque siempre estoy sola o cuando estaba con Valentina. Este era nuestro refugio.

- Vaya, Melissa, gracias por mostrarme este lugar lindo. La próxima vez traemos trajes de baño.

- Este es mi lugar favorito en la hacienda. Te agradezco la compañía. Al final, Augusto, el bruto, rústico y sistemático, no es tan bravo. Jaja

- ¡¿Entonces es eso lo que dicen de mí?!

Sonrío y él me tira agua.

- Juliano me presionó tanto que hasta tenía miedo de conocerte. Pero a pesar de todo, estaba confiado en nuestro contrato, porque trato a estos animales con mucho amor y dedicación.

- Tu trabajo es impecable, mi linda.

Sonrío tontamente al oírlo llamarme así. Solo mi padre me trata con tanto cariño así. Debo estar como un pimiento ahora. Pero este hombre debe estar comprometido con seguridad.

- Tu trabajo es impecable. Y en cuanto a Juliano, me arreglo con él después. Soy muy exigente, pero no es para tanto.

- ¿Ustedes son amigos?

- Muy amigos. Pero después de que se casó nos distanciamos un poco. El trabajo también me ha mantenido muy ocupado, muchos viajes, aunque él a veces va conmigo, porque tenemos algunos negocios juntos. La esposa siempre va junto. Ellos son excelentes amigos.

- Entiendo. La esposa de él es mi prima, somos como hermanas. La extraño también.

La conversación fue genial, el baño en la cascada fue perfecto.

Cuando llegamos a la sede ya era hora de almorzar. Llegamos todos mojados y todos nos miraban, al fin y al cabo nuestras risas eran fuertes. Hacía tiempo que no tenía una compañía tan buena.

Estaba distraída y veo a quien no quería ver.