Renata De La Rosa estaba profundamente arrepentida del daño que que había hecho, pues su amor desmedido por un hombre la hizo hacer cosas de las que no le alcanzaría la vida para arrepentirse. Lo único bueno de todas sus acciones fue un ángel, uno que la llamaba mamá
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Negocios
Al día siguiente Renata busco a Luca y lo encontró en el jardín con Luciano, le preguntó si podría dedicarle un momento y este aceptó, Renata le confesó que había escuchado la discusión con Marcus sin querer, Luca le dijo que estaba bien
- Quiero proponerte algo, espero que no me lo tomes a mal
Renata explico que había recibido una herencia de su madre al casarse y tenía intención de invertir y creía que era buena idea iniciar un negocio juntos. Luca al principio se negó pero Renata insistió tanto que terminó aceptando. Luca le explicó que el negocio que tenía en mente era un hotel pues Palermo era una ciudad muy visitada, pero el quería hacerlo más íntimo, con cabañas en lugar de habitaciones, le dijo que ya había visitado el lugar, que era perfecto pero estaba fuera de su presupuesto. así estuvieron hablando Luca le contaba todos los detalles y a Renata le gustaba mucho todo lo que escuchaba, quedaron en que irían a visitar el lugar el día de mañana. Renata estaba feliz pues había ayudado a Luca y además empezaría a invertir su herencia, pues desde que la había recibido su padre insistía mucho en que le dejara manejar la herencia pero después de todos los problemas que ocasionó ella ya no quería tratar tanto con el, lo quería porque era su padre pero que el pusiera en primer lugar un castillo antes que a su hija, además de pedirle que abortara, no sabía si algún día podría perdonarle eso. Marcus estaba en su oficina como todos los días, recibió una llamada de una de sus empresas en España, no eran cosas graves pero el lo tomó como una oportunidad para alejarse de Renata. Aviso que se iría para arreglar la situación
- Esto no es más que un pretexto para alejarte de mi, no soy tan estúpida como para no darme cuenta, para que nos trajiste a vivir contigo si de todas maneras no vas a estar? O vas a estar metido en tu oficina todo el día, dime!! De que sirve que Luciano este bajó tu mismo techo, si no sales de aquí!!!
Marcus estaba molesto, pues no le gustaba como le estaba gritando Renata
- Me queda claro que no eres estúpida, mira todo el lío que armaste para casarte conmigo
- Sabes que? Ya estoy cansada, cansada de decirte que yo no hice nada, que nunca fue mi intención, por si no lo recuerdas yo te ofrecí compartir la custodia, nunca te obligue a casarte, quien insistió fuiste tu, y desde entonces no te has cansado de reprocharme todos estos años por casarte conmigo, pero yo no te obligue!!! Y sabes otra cosa? Si quieres irte pues vete, total diferencia no va hacer, simplemente no se me hace justo que ilusiones a mi hijo con que por fin estará con su papá cuando no haces más que estar ausente, si nos hubiéramos quedado en España al menos tendría un pretexto para defenderte, pero ahora, ahora ni siquiera vale la pena
Renata se dio media vuelta y se fue, estaba temblando pues nunca le había hablado de ese modo a Marcus, pero Marcus estaba rebasando su paciencia, si bien el amor por Marcus es enorme, su amor por Luciano era inmensurable, se le rompía el corazón cuando el niño le preguntaba cuando podría estar con papá, y ella tenía que inventar excusas o desviar el tema para algo del agrado de Luciano, su hijo era pequeño pero crecería y tarde o temprano se daría cuenta del mal matrimonio que tenían sus padres.
- Dios mío, que hago?
Marcus estaba atónito, no salía de su asombro pues Renata nunca le había hablado como lo había hecho, y lo que más le molestaba es que en algunas cosas tenía razón, pues era cierto que los había llevado ahí para estar más tiempo con Luciano pero lo cierto era que solo pensar que tendría que estar con ella también le hacía quedarse en la oficina todo el día, había pasado tanto tiempo ahí que ya no tenía trabajo que hacer, había adelantado tanto trabajo que se le acabó. Pensando en su hijo, decidió que se iría un poco para preparar su mente y su carácter para lograr estar con Luciano sin que ella le afectará. Marcus se fue y Renata estaba triste pues no se despidió y ella tampoco salió a despedirlo, estaba enojada pues después de todo seguía igual. Pasaron 3 meses y no había ni señales de Marcus, Luciano extrañaba mucho a su papá, Lara hiba de visita casi todos los días se habían hecho muy unidas, el negocio con Luca hiba de maravilla pues ya habían comprado el lugar y contratado a los arquitectos que llevarían a cabo la construcción, Luciano se la pasaba con su abuelo el tiempo que no estaba con ella. Todo estaba bien salvo una cosa, Marcus, el extrañarlo como lo hacía la falta que le hacía verlo, tal fue su anhelo que entró en la habitación de él y tomó una camisa suya y esa camisa se había convertido en su pijama, pues así lo tenía cerca, cada noche entraba a su habitación y algunas noches se había quedado dormida ahí, había encontrado su perfume ese que olía a madera y cuero, ella rociaba un poco del perfume en la camisa después de lavarla. La relación con la familia de el también hiba mejor pues todos la trataban muy bien y era muy querida, se le hacía demasiado lejano el tiempo en que los conoció y deseo ser una de ellos, y ahora todos y cada uno le hacían ver lo especial que era, para ellos. Pues Renata había empezado a hacer labor social por orfanatos y asilos para personas mayores, todos decían que era un ángel, ella lo agradecía, pero no lo hacía por agradarles si no porque en verdad quería ayudar a quienes no tuvieran la misma suerte de ella