Diana es una chica muda, que es obligada por su tío a casarse con un hombre muy poderoso, qué le va ayudar a salvar su empresas de la ruina... Al poco tiempo de casados Edwin termina por enamorarse de Diana, aunque la chica no puede hablar, se da cuenta de que es diferente al resto de las otra mujeres, Diana es dulce, amorosa, y respetuosa con los ancianos. Sin embargo, descubre que le queda muy poco tiempo de vida y prefiere alejarla por su bien.
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Solo fue por lastima
Al notar que la mano de Diana comenzaba a sangrar, Fátima agarró suavemente, la mano de su hija, para impedir que Susana se llenara de sangre de Diana, y la alejó un poco hacia atrás.
No obstante, la chica no estaba conforme con haber lastimado a su prima, ella necesitaba sacar todo el odio que llevaba por dentro.
Se soltó de las manos de Fátima, se inclinó delante de Diana, la agarró de los brazos, clavando sus largas uñas en la blanca piel de la chica, y luego, la levantó de un solo jalón.
Susana volvió a levantar su mano, con toda la intención de dejarla caer sobre el rostro de Diana, sentía tanto odio por su prima, qué únicamente quería hacerla sufrir...
Diana se cubrió a ella misma, ya que no podía esperar a que alguien la protegiera de la maldad de Susana... Cubriendo su rostro con sus manos, Diana cerró los ojos, esperando a que Susana le diera una paliza como las veces anteriores.
De nada serviría defenderse de su prima, de todas maneras, si lo hacía, sería castigada como todas demás ocasiones, en las que trato de defenderse de los maltratos de Susana, y de sus tíos.
Inesperadamente, antes de que Susana lograra su objetivo. Mateo se lo impidió, ya que la chica necesitaba estar hermosa al día siguiente, y no iba a permitir, que nada le sucediera.
_ ¡¡¡BASTA!!!...
Mateo agarró la mano de Susana antes que volviera a golpear a Diana. La chica estaba demasiado asustada, que cerró los ojos con fuerza.
Al abrirlos miró a Mateo sosteniendo la mano de su hija, de una manera en la que jamás lo había hecho. Eso provocó que Diana abriera los ojos con incredulidad, y parpadeará una y otra vez, sin poder creerlo.
Era la primera vez, qué Mareo hacía algo como eso por ella. Todas las demás veces, dejo que su hija hiciera lo que quisiera con ella.
_ ¡¿Cómo te atreves a defender a esta basura por encima de tu propia hija?!... Fátima le reprocho a su marido.
Mateo soltó la mano de Susana con delicadeza. No quería poner por encima de ella a Diana, pero, tampoco iba a permitir que Susana la lastimara.
El bienestar de todos ahora estaba en las manos de Diana, y en su matrimonio con Edwin.
_ Papá, ¿Te das cuenta de lo que has hecho?... _ Susana mencionó con voz quebrada.
Mateo bajo la cabeza, cansado de escuchar el reclamo de su esposa e hija. Pero, no podía permitir que Diana estuviera lastimada, ya que se iba a convertir en la esposa de un hombre muy poderoso.
_ ¡¿Qué no se dan cuenta?!...
__ Sí, ella no se casa con el Señor Shop, ustedes y yo, estaremos durmiendo en la calle en menos de una semana... _ Trató de hacer entrar en razón a su esposa e hija.
_ ¡¿Por qué?!, No puedo ser yo la que me case con ese hombre... ¡Ella es horrible, y además es muda!... _ Susana levantó la voz señalando a Diana con odio.
Susana estaba furiosa, no podía aceptar que Diana aun siendo muda, Edwin la haya preferido por encima de ella.
_ ¡Cállate!...
_ ¿Acaso no escuchaste?...
_ El Señor Shop, prefirió a muda que a ti...
_ Así qué ella será la esposa, y nosotros vamos a disfrutar de los beneficios de ese matrimonio... _ Terminó de decir Mateo.
Susana no estaba dispuesta a permitir que Diana fuera feliz al lado de un hombre como Edwin, así que iba a hacer todo lo que estuviera entre sus manos, para estropear su felicidad
Susana se dio la vuelta, para irse a su habitación, y planear algo en contra de la chica.
Fátima, que se había mantenido solamente observando y escuchando la conversación entre su esposo y su hija; sin embargo, no soporto, por mucho tiempo, ver la manera en la que Mateo trato a su amada Susana.
Fátima agarró una copa de vino tinto, qué las empleadas habían llevado a la sala de estar, para celebrar la pedida de mano de Diana...
Sin que nadie lo esperará, Fátima se lo arrojó a Diana en la cara, con odio. En segundos, el hermoso vestido que la chica llevaba puesto quedó horriblemente marchado de rojo.
_ ¡¿Qué pensaste, mugrosa?!...
_ ¡Nunca serás mejor que Susana, ella es mil veces más hermosa que tú!...
Fátima arrojó la copa al suelo, escuchándose un fuerte sonido en toda la habitación. El delgado cuerpo de Diana, no dejaba de temblar violentamente, era como si todo, en lugar de salir bien, estuviera convirtiéndose en una pesadilla mucha peor.
_ No te creas superior a Susana, ¡No eres más que una arrimada en esta casa!... ¿A acaso has olvida qué llegaste después de la muerte de la zorra de tu madre?..
_ Y si te vas a casar con ese hombre, ¡Solo es porque eres una muda, y siente lástima por ti!...
Diana bajó la cabeza, sus lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, se sentía tan humillada. Sin embargo, no podía hacer nada, ni podía hablar, para defenderse.
Fátima se dio la vuelta mirando a su marido, Mateo parecía una estatua de piedra, no decía nada para defender a su sobrina.
_ Arregla una boda para nuestra hija, con un hombre igual o mucho más poderoso y rico que Edwin Shop, no quiero un hombre por debajo de Edwin Shop... _ Dijo Fátima, sin poder aceptar que Diana se casara con un hombre como Edwin.
Fátima se alejó de Mateo, y de Diana. No podía soportar estar ni un solo segundo al lado de su traidor esposo.
La mujer subió las escaleras para consolar a su adorada hija, y darle todo su apoyo. Era lo menos que Susana se merecía por haber sido insultada de esa manera.
Al quedar Mateo a solas con Diana, el hombre clavó su mirada feliz sobre la chica, que no dejaba de llorar.
_ ¡Ve a tu habitación, ahora mismo!... Te prohibió rotundamente a que continúes llorando...
Diana se fue alejando de Mateo como si fuera un pequeño conejo asustado... En cada paso que daba sus piernas se iban doblando cada vez más.
Diana estuvo a punto de caer al suelo, si no fuera porque unas manos agarraron las manos de Diana, ella hubiera caído al piso...
_ Ven, vamos a tu habitación. Estás muy débil ...
Diana agarró con fuerzas las manos de la anciana a su lado. Teresa era la empleada que había cuidado de Diana desde que llegó a la mansión...
Era la única que sabía que Diana tenía sangre Wlop, corriendo por sus venas, y que era familiar de Mateo y Fátima.
Todos los demás sirvientes, pensaron que Diana era una sirvienta más en esa casa...
Al llegar a la recámara, Teresa ayudo a Diana acostarse en su pequeña cama, cubrió su cuerpo con una mata rota que la chica usaba desde hace varios años...
_ Mi niña, no llores más...
_ Me parte el alma, ver tus lágrimas caer por tus mejillas... _ Teresa limpió las lágrimas que mojaban las mejillas de Diana.