Esta es la historia de Cora Smith una joven desdichada que vive su vida como bailarina en Babel, ella quiere huir de allí y tener un nuevo comienzo. Pero su vida está por dar un giro dramático, cuando es raptada por Alejandro Balem el jefe de la Mafia, de este territorio. Él queda totalmente deslumbrado por Cora, desde la primera vez que la vio y la quiere solo para él. ¿Podrá Cora aceptar esta clase de vida? ¿podrá darle Alejandro lo que ella merece, algo como amor?
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Capítulo 10
Cora:
Desperté en el cielo, esta cama era una maravilla, era suave y esponjosa. Sonreí gustosa pero cuando enfoque mi vista claramente para ver donde estaba, la realidad cayó sobre mí como un balde de agua fría.
No estaba en Babel, aunque odiaba ese lugar. No podía saber si estar en esta casa, con un mafioso era seguro.
Para colmo ese mafioso estaba en la habitación y estaba observándome desde la distancia, y se veía demasiado sexi esta mañana. Alejandro se encontraba sentado en la misma silla en la que estaba la noche pasada posicionado con total desgana, esta vez a su lado había una mesa de madera y había comida en ella.
--- Buenos días --- dice Alejandro con una sonrisa. No supe que hacer, solo me quede en silencio observándolo, no sabía en que términos estábamos.
Él suspira frustrado al ver que no emití palabra alguna --- te traje el desayuno, debes estar hambrienta, puesto que anoche no pudiste comer nada por mi culpa ---
Lo miré sorprendida, de que lo haya admitido. Esta aptitud sin lugar a dudas era muy diferente de la de ayer. Iba a decir que no quería comer, pero mi estómago maleducado respondió por mí haciendo un gran sonido. Suspiré y decidí que no podía hacerme la orgullosa
Necesitaba comer todo lo que pudiera y si quería escapar de este lugar, debía estar fuerte en todos los sentidos.
Salí de la cama y me dirigí hacia la mesa y me senté en una silla que supongo Alejandro había puesto para mí.
Me sorprendí ante la gran cantidad de comida que había parecía un banquete para mi sola, había fruta picada, huevos con tocino, pan tostado, mermelada, mantequilla, queso, hasta panqueques con miel y canela, jugo de naranja, mejor dicho le faltó la cereza del pastel. En Babel Martina me alimentaba bien, pero ni de cerca con comida así.
Empece a comer porque en serio tenía hambre, aunque no pude hacerlo como quería, por qué Alejandro estaba observando cada uno de mis movimientos. Este tipo era exasperante.
Me rendí ante su escrutinio y lo olvidé un momento al deleitar semejante desayuno, todo estaba delicioso y mi estomago lo agradeció. Comí todo hasta que estuve segura de que ya no me cabía más. Solo entonces me atreví a ver a Alejandro.
Él seguía en la misma posición, totalmente serio y estaba segura de que no dejo de verme ni un segundo. ¿Acaso no se cansaba?.
Alejandro:
Cielos, no sabía que ver a Cora comer sería tan excitante, cada vez que lamia sus labios o sus dedos, juro que estuve a punto de reemplazar esa comida por mi boca en la suya, en sus dedos, en su piel. Esta chica era enserio caliente y ni siquiera se daba cuenta.
Pero me obligué a permanecer en mi lugar, ella tenía que comer y recuperar sus fuerzas y Dios sabe sí en ese lugar comía lo necesario o lo debido.
Cora:
No sabía descifrar su expresión lo único que sabía era que Alejandro no se iría. Nos miramos unos momentos en silencio. Respire profundo su mirada me tenía presa, era tan profunda y tan atrayente que hacía que mi ritmo cardiaco se desestabilizara y estaba segura de que a él, también le afectaba porque apartó la mirada y vi como con sus dientes atraparon su labio inferior, intentando contenerse.
Cielos, quería besar esa boca... espera ¿que?. Cora, recuerda porque estás aquí, él te raptó. Me dije a mi misma y reaccioné ante mi estupidez.
Alejandro vuelve a dirigir su mirada hacia mí y comienza hablar ---Cora siento mucho como me comporte anoche, fui un completo idiota--- alce mis cejas sorprendida por su declaración
Lo que pude ver de Alejandro en este corto tiempo era que, él era prepotente y orgulloso, así que dije --- ¿seguro que no te duele disculparte?--- dije con burla
Él suspira cansado --- Cora lo estoy intentando --- dice sonando sincero.
Alejandro podía ser orgulloso, salvaje, atractivo en fin muchas cosas, pero lo que más admiré justo en este momento fue la humildad que mostraba al disculparse. Estaba arrepentido y eso fue el mundo para mí.
Él continúa --- ¿puedes perdonarme?--- pregunta serio. Estuve decidiendo que hacer pero a pesar de sus palabras, aún seguía viendo la imagen de ese pobre hombre siendo torturado por él.
Aparte mí mirada --- creo que es algo difícil, considerando que violaste mi voluntad, trayéndome aquí sin mi consentimiento, me ataste a la cama, fuera de eso me viste desnuda--- al decir esto estaba enumerando con los dedos cada cosa que hizo --- me ibas a obligar a estar contigo y fuera de eso me mentiste, eres un mafioso que tortura gente--- su mandíbula se tensó y su mirada estaba enojada por mis acusaciones.
Más, sin embargo, se calmó, y eso me tranquilizo por qué estaba esperando su respuesta, ahora era su turno de explicarse. ---Siento haberte raptado y atarte a la cama, simplemente no sé, pensé que saldrías huyendo una vez despertarás--- Negué, esa no era una excusa válida para tratar a una mujer así.
Él continúa sabiendo por mi expresión que no estoy de acuerdo --- si lo sé, no debí hacer eso, segundo jamás te obligaría a acostarte conmigo, lo siento si se vio así... es solo que te veías tan hermosa en ese camisón, que no pude evitar tocarte---. No dije que la culpa era dé él por ponérmelo. Continúa --- pero algo de lo que no me arrepintió y es de verte desnuda, me siento el hombre más afortunado por haber hecho eso ---
Alejé mi mirada de él y un sonrojo totalmente inapropiado cubrió mis mejillas, una pequeña parte de mí también le gustaba que fuera así, que me haya visto desnuda y quisiera tocarme.
Alejandro se aclara la garganta y me atrevo a verlo de nuevo y el aire escapa de mis pulmones. Sus ojos azules estaban dos tonos más oscuros, no sabía si eso era posible, pero así lo sentía y me miraba con deseo. Él traga fuerte y respira profundo tratando de calmarse
Continua ---- y lo que viste anoche, no es lo que crees. No estaba torturando a un hombre inocente--- dice esto levantándose de la silla y comienza a pasearse en frente de mi --- ese hombre abusó de una niña de seis años--- veo que su postura es rígida, no le gusta hablar de estos temas y lo entiendo perfectamente, me quede horrorizada por lo que decia --- y merecía lo que le hice --- él termina mirandome sin ningun remordimiento.
Tenía tantas preguntas, pero en lugar de eso dije --- Porqué torturarlo, porqué no entregarlo a las autoridades ---
Alejandro ríe duramente ante mis palabras --- Por favor Cora ningún tiempo encerrado le hará pagar lo que le hizo a esa pobre inocente ---. No quería saber que clase de cosas le estaban haciendo a ese hombre y prefería no saberlo. Él prosigue ---Además de que esa clase de personas siempre se salen con la suya y son liberadas por falta de evidencias y sí mi padre no hubiera tomado cartas en el asunto, él habría vuelto a cometer el mismo crimen ---
Bueno, tenía un punto allí, además por muy mal que sonara, tampoco me arrepentía por lo que Alejandro le hizo a ese violador ---¿ así que ustedes son una clase de mafia que ayuda a la sociedad?--- pregunté sin duda más aliviada.