El Divorcio( El Juego De Las Citas)

Susan Cooper se encontraba desayunando era media mañana había dormido más de la cuenta, Amélie la había llamado la noche anterior al igual que Ava.

_ ¿Cómo se siente hoy señora?, pregunto Doris mientras le servía el café.

_ A ti no voy a mentirte, siento un gran vacío. Sabes no me había dado cuenta de que mi vida giraba en función de él, hasta que está mañana cuando sonó el despertador me di cuenta de que no tenía por qué levantarme, no tenía un traje que seleccionar ni un desayuno que preparar, no tengo que ir a la tintorería a llevar trajes. ¡Ya no tengo de quien ocuparme!.

_ Por supuesto que si se tiene que ocupar de usted eso también es importante. Sus amigas la estuvieron llamando temprano aproveche y salga con ellas.

_ No, como voy a explicar lo que está pasando el fin de semana estuvieron aquí presenciando el espectáculo del marido enamorado dijo Susan con amargura.

_ Tal vez no tenga que explicar nada no se lo quería decir pero...

_ dime Doris siempre has sido parte de esta familia, sabes que puedes decirme lo que sea.

_ Está bien supongo que merece saberlo, hoy fui a hacer las compras y me encontré con Carmen ella se ocupa de la casa Morris y me comentó que durante el desayuno la Señora Morris comentó que anoche vieron al señor Cooper muy afectuosa con una jovencita .

_ Se atrevió a mostrarse con ella a una semana de nuestro aniversario definitivamente desconozco a ese hombre, el David con el que yo me case es tan diferente.

_ A ese David lo perdieron un par de bragas disculpe que se lo diga, pero es la verdad igual no se preocupe la vida le cobrará semejante canallada y se va a arrepentir de como la trató, en cuanto el sueño se termine y vea todo como es en realidad le apuesto vuelve sin que usted lo llame le dijo Doris mientras lavaba la vajilla.

_ ¡Pues aquí no vuelve!, jamás perdonaré lo que me hizo respondió Susan sorprendida de escuchar su propia voz. Podría haberlo entendido si él me hubiera dicho como se sentía con respecto a nuestro matrimonio, si hubiera sido sincero y se hubiera ido por un tiempo, podría haberlo perdonado porque lo cierto es que yo aun amo a mi esposo. Pero jamás le perdonaré que metiera otra mujer entre nosotros, peor aún alguien de la edad de nuestras hijas, jamás podré perdonarle el engaño, meses mintiéndome, la humillación y el ridículo en que me hundió. Jamás lo perdonaré, de una u otra forma aprenderé a vivir sola dijo ella.

_ Así es señora usted es una mujer fuerte, le dijo.

Susan le dio la taza a Doris, luego se dirigió a su habitación.

Decidida a continuar con su vida iba a llamar a sus amigas.

Fue cuando el timbre del teléfono se escuchó.

_ Hable dijo ella

_ Con la señora Susan Cooper

_ Ella habla ¿que desea?

_ Soy el Robert Adler llevaré adelante su divorcio.

_ Entiendo ¿qué necesita?, pregunto ella.

_ Se que David le entregó los papeles, ¿quería saber si ha tenido tiempo de leerlo?, ¿de consultar con su abogado?, dijo él

Susan miró hacia la mesa que estaba en un rincón de la habitación la carpeta seguía ahí ella ni siquiera la había abierto.

_ Seré sincera con usted no he tenido tiempo de leerlo y mucho menos de buscar un abogado, además no le veo sentido a contratarlo él quiere divorciarse y yo no tengo intenciones de convertirme en un lastre en su vida.

Robert Adler quedó sorprendido al escucharla, otra mujer en su lugar estaría furiosa viendo como fastidiar a su ex, porque lo cierto era que David Cooper se merecía eso.

_ Así que dígame usted que dice el documento y yo lo firmaré continuo diciendo Susan.

_ Por supuesto me gustaría si no es molestia que nos reuniéramos y se lo explicaré personalmente.

_ Por supuesto cuando usted quiera dijo ella.

_ Si le parece mañana mismo la espero en mi oficina.

_ Está bien, dígame a que hora y donde respondió ella.

_ A las 10 am, mi oficina queda en el mismo edificio del señor Cooper, décimo piso dijo él.

_ Está bien lo veré mañana a esa hora, que tenga buen día, respondió ella y corto la llamada.

Susan se quedó mirando esa carpeta luego tomó su teléfono y llamo a su amiga Joanne.

_ No lo puedo creer, pero se ha vuelto loco. Susan cuánto lo siento me gustaría verte hoy dijo ella.

_ ya sabes donde vivo, ven a cenar será agradable tener compañía dijo Susan.

_ No me lo dices dos veces, te veré esta noche pon un plato extra llevaré compañía y mucho alcohol. Susan no pudo evitar reírse, conocía a Joanne hacía treinta años.

_ Los espero dijo ella agradeciendo un poco de distracción.

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En la fría Vancouver Ava Cooper se encontraba reunida con Alexander Cavelli

leian los libretos que filmarian al dia siguiente.

La expresión de Ava tenía intrigado a Alexander.

_ ¿Qué te molesta Ava?, pregunto él

_ En mi corta experiencia diría que estos libretos son fatales, pero anoche viendo los primeros capítulos tenía potencial. En realidad me pregunto que cambio para que terminara en un desastre como este.

_ Una mala crítica dijo él, ella lo miro sorprendida. Aunque no lo creas una mala crítica puede destruir, si no sabes lidiar con eso te lo digo por experiencia propia, en este trabajo tienes que aprender a lidiar con eso ella podía haber tomado esa mala crítica y darle un giro inesperado. Como tú dices tenía potencial. Siempre te encontrarás con personas a las que no le guste tu trabajo en ese momento tienes dos opciones sigues el camino trazado ignorando esa mala crítica o le das el giro para intentar complacer a todos. Pero recuerda no siempre se puede complacer a todos.

_ ¿Usted como aprendió a lidiar con esas críticas?, pregunto ella.

_ Con muchos fracasos incluso personales, tocar fondo a veces nos incentiva aún más, te daré un ejemplo en mi peor momento personal cuando sentía como se me rompía el alma y no tenía para pagar la calefacción y cada noche sentía el frío calando mis huesos, escribí mi mejor trabajo de la agonía más profunda salió lo que hoy es mi joya más preciada.

_ Eso es sorprendente, intentare escribir esta noche veré si mi tristeza me inspira dijo ella

_ ¿Y por qué una joven hermosa y talentosa como tú estaría triste?, pregunto él.

_ Mis padres se divorciarán dijo ella.

_ Entiendo supongo te ha tomado por sorpresa ¿ese es el problema personal que tenías?.

_ Si ese es el problema y si me tomo por sorpresa hace una semana festejaron su aniversario con una gran fiesta, lo que más me molesta es como mi padre manejo todo, ver como se deshace de mi madre para irse con una mujer de mi idea es frustrante y me causa una gran desilusión era mi ídolo y hoy me rompió el corazón. Ava se quedó en silencio asombrado de cuanto había revelado a un completo extraño que además era su jefe. Perdóneme señor Cavelli hable de más y olvide que estamos trabajando.

_ Somos seres humanos y a veces nuestra vida nos supera. Y deja de decirme señor Cavelli, llámame por mi nombre Alexander o Alex, trabajaremos codo a codo solo veme como a un compañero más Ava.

_ Gracias Alexander, pues a trabajar porque caso contrario esto no avanzará. Luego de ver los capítulos podríamos retomar desde el capítulo 3 como una historia que surge desde ese día, eso explicaría la actriz que se va y además…

Alexander escuchaba cada palabra que decía Ava estaba maravillado con su idea. Tomó su cuaderno y comenzó a escribir las ideas principales, luego comenzaría a escribir el libreto.

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Luego de atender a unos clientes Robert Adler decidió pasar por la oficina de David Cooper.

Estaba esperando que David terminara con una llamada.

Steve Tremon amigo de ambos apareció en la sala de juntas.

_ Robert, ¿qué haces aquí?, pregunto Steve

_ Vine a hablar con David, pero esta en una llamada.

_ Te haré compañía ¿Quieres un café?.

_ Bueno, Steve pidió los cafés. ¿Cómo esta tu familia?, pregunto Robert.

_ Muy bien, Ròse se casará así que estamos con ese tema. Me están volviendo loco dijo él muy divertido.

_ Eso es una gran noticia felicidades, increíble que ya vaya a casarse. Aún recuerdo cuando nació esa niña comentó Robert, él y Steve habían estudiado juntos. Steve tenía una hija de veinticinco años Ròse, Robert, por otro lado, tenía un hijo de 20 años quien estaba estudiando en la Universidad de Harvard, su esposa Anne había fallecido hacía cinco años. A sus 55 años Robert Adler se encontraba soltero, cerca del retiro profesional.

_ Es increíble como pasa el tiempo dijo Steve.

_ Perdón por la tardanza dijo David ingresando a la sala de juntas.

_ No te preocupes tengo tiempo libre además la conversación estaba entretenida. Hable con tu esposa dijo Robert.

_ Habla con confianza, Steve está al tanto de todo. ¿Qué ha dicho Susan?, pregunto David sentándose.

_ No ha leído la propuesta y tampoco contrato a un abogado, pero dice que firmara vendrá mañana a mi oficina.

_ Mañana en cuanto hables con ella avísame.

_ Está bien, pero piensa en la posibilidad de cederle algo más

_ Ni un centavo más dijo David.

_ Hombre piensa en esa posibilidad al menos le dijo Steve.

Ellos tres siguieron hablando, pero David estaba inflexible con respecto al dinero.

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Esa noche Doris preparo una cena para las amigas de Susan.

Joanne llegó junto a Sally y Margaret la esposa de Steve Tremon las cuatro eran grandes amigas se conocían desde hacía años, Joanne era viuda tenía 50 años.

Margaret tenía 47 años y estaba casada con Steve, socio de David y Sally tenía 45 años también estaba casada y con dos hijos de 15 años.

_ Hay Susan cuánto lo siento, pero di nos ¿cómo te sientes?, preguntó Sally.

_ Pérdida, es como si me hubiera quedado sin rumbo darme cuenta de que todo en mi vida giraba de acuerdo a él y sus necesidades. Y ahora ya no está

_ Eso me recuerda a cuando Alfred falleció, no sabía como continuar después de tantos años respondió Joanne.

_ Pero al menos tú tenías ese consuelo estaba muerto, David se anda paseando con una veinteañera respondió Sally.

_ Si hubiera sido mejor ser viuda dijo Susan y las cuatro comenzaron a reír, ella sirvió unas copas de vinos.

_ Algo hay que admitir el desgraciado tiene agallas irse a levantar a una veinteañera, dijo Margaret.

_ Las de las agallas es ella, porque con esa edad y teniendo para elegir, se fue a elegir a un hombre de cincuenta y tantos, yo en su lugar me hubiera elegido a un papacito de unos treinta y tantos respondió Joanne.

_ ¡Pensé que dirías uno de veinte!, respondió Susan.

_ No a los veinte son como conejos, solo piensan en eso y le entran a todo sin importarle su compañera, en cambio, a los treinta saben lo que nos gusta hay tiempo y calidad respondió Joanne.

_ Los de veinte se parecen a los de 50 únicamente piensan en eso dijo Margaret.

_ Tarde o temprano eso va a fracasar o cuando termine de disecarlo como sea créeme lo va a dejar respondió Sally.

_ Mientras tanto necesitas uno de treinta y tanto que te dé tiempo y calidad le dijo Joanne.

Susan comenzó a reírse _ Ni loca además un hombre de esa edad jamás

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