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La Debilidad Del Capo

La Debilidad Del Capo

Status: En proceso
Genre:Mafia / Equilibrio De Poder / Amor-odio / Romance de oficina
Popularitas:61.6k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Yesenia Stefany Bello González

Mauro Farina es el Capo de la mafia Siciliana y el dueño de Lusso, la empresa de moda más importante del mundo, y quiere destronar a sus competidores con la nueva campaña que lanzará.
Venecia Messina es heredera de la ´Ndrangueta y el cártel de Sinaloa, y su nueva becaria.
Mauro no ha olvidado el rechazo que sufrió a manos de esa pequeña entrometida hace años, y ahora que está a su merced se vengará de esa ofensa. Lo que él no sabe es que Venecia viene para quedarse y no se dejará amedrentar por él.
¿Quién ganará esta batalla de voluntades?
Te invito a descubrirlo juntas.

NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Urgencia (+21)

Venecia

Abro la puerta de mi oficina justo para ver salir a Vanity del despacho de Mauro. Sus hombros tiemblan y sus brazos sujetan la cartera contra su pecho, como si quisiera protegerse de algo o de alguien.

Sé lo que se siente.

Sus ojos se fijan en mí, y por varios segundos queda paralizada, pero luego se recompone y camina en mi dirección.

–Tú… él…–titubea. Sacude su cabeza mientras lágrimas caen de sus mejillas. Sus dedos presionan tanto la cartera, que sus nudillos están blancos como la tiza–. Por favor, ámalo con todas tus fuerzas –me pide en un susurro–. Mauro… él necesita mucho amor, es como un niño. Pensé que yo… No importa, solo hazlo feliz –dice antes de caminar hacia el elevador.

Quisiera decirle muchas cosas, pero sé que a la persona que menos quiere escuchar es a mí. Me pasó lo mismo cuando descubrí lo de Eva e Iván.

Mierda. Yo también estoy lastimando a alguien que no tiene la culpa de nada.

Creo que destruí a Miss Piernas, y se siente horrible.

¿A mi hermana le habrá pasado lo mismo?

Supongo que nunca lo sabré. Y ya no quiero saberlo. Iván es pasado. Mauro es mi presente.

Camino en dirección a su oficina, pero Bianca me detiene.

–¿Sabes lo que pasó?

Muerdo mi labio cuando la culpa hinca sus dientes en mí.

–Es mi culpa –susurro.

Bianca toma mi mano y me sonríe. –No lo es, cielo. No puedes forzar el amor. Ve con él –me ordena.

Lo primero que veo cuando entro a su despacho, es su espalda. Está mirando la ciudad que yace a sus pies.

Una parte de mí, la parte fea y perra, se pregunta si está buscando a Vanity en el mar de personas que caminan varios metros hacia abajo.

Quiero que sus ojos me busquen a mí, pero sé que estoy siendo increíblemente egoísta.

–Lo siento –susurro, y sé que debí decirle eso a la mujer que salió destruida de este lugar, pero ya que no pude hacerlo, quiero al menos disculparme con Mauro.

Se gira y sé que la conversación con Vanity le afectó, quizá más de lo que me diga alguna vez.

¿Qué pasa si era Vanity la mujer de su vida? ¿Podré perdonarme alguna vez?

–¿Por qué te disculpas? –pregunta ladeando un poco su rostro.

–Porque, porque… la vi. Y te estoy viendo ahora. Esto es mi culpa.

Mauro suspira y camina a mi encuentro. Apenas está frente a mí, me abraza y yo me hundo en su pecho.

Besa la cima de mi cabeza y vuelve a suspirar. –No es tu culpa. Si hay un culpable ese soy yo. Debí ser sincero con Vanity, y conmigo. Ella no merecía esto.

–No lo hacía.

Siento como sonríe contra mi frente. –Pensé que la odiabas.

–No la odio. Quería lo que ella tenía y creo que eso saca lo peor de una persona –digo cuando recuerdo la conversación con mi hermana–. Abrázame más fuerte –le pido cuando siento frío.

Mauro lo hace y suspiro cuando el calor de su cuerpo hace retroceder el hielo que estaba apoderándose de mis huesos.

–Esto es agradable.

–Lo es –devuelve.

Todavía no puedo creer que Mauro me quiera a mí y, sobre todo, que me haya elegido por sobre Vanity, que es una de las mujeres más hermosas que he visto en mi vida.

Mauro me quiere a mí.

Me remuevo en sus brazos y comienzo a desabotonar los primeros botones de su camisa. Cuando el nacimiento de su cuello está a la vista, dejo un beso sobre su piel bronceada.

Sus brazos se tensan a mi alrededor. –¿Qué haces?

–Quiero poder tocarte ahora que lo tengo permitido. Me encantan los tendones en tu cuello y tus pectorales –digo mientras sigo desabotonando la camisa.

Dejo un beso sobre uno de sus pectorales y algo parecido a un rugido resuena a mi alrededor.

–Eso se siente bien.

Vuelvo a besar la piel de su pecho y luego paso mi lengua por el contorno de su clavícula.

Sus dedos se enredan en mi cabello y me obliga a mirarlo.

–¿Qué estás haciendo?

–Ya te lo dije –respondo antes de levantarme en puntillas y besar su cuello.

Su polla se endurece contra mi estómago. Animada con la reacción de su cuerpo, paso mi lengua por su cuello y el contorno de su barbilla.

Se aleja de mí tan rápidamente, que casi caigo. Antes de recuperarme, toma mi mano y me arrastra fuera de la oficina.

–Tenemos una emergencia –le dice a Bianca–. Cancela toda mi agenda de hoy.

Bianca sonríe y asiente tan velozmente que temo, rompa su cuello.

–Pensé que teníamos que reunirnos con Claude –digo cuando me empuja dentro del elevador.

–Lo haremos mañana –devuelve cuando las puertas del elevador se cierran.

Me arrincona en el pequeño espacio y toma mi rostro entre sus manos.

–Quería hacer esto de otra manera, pero sigues empujando –me acusa–. Quería invitarte a comer a un buen restaurante, comprarte flores y llevarte a bailar.

–No tengo hambre. No de comida al menos –digo mientras entierro mis uñas en sus patillas–. Las flores son hermosas, pero ahora lo único que quiero ver está frente a mí –susurro–. Y sobre el baile, creo que podemos hacer más que solo rozarnos por encima de la ropa, ¿no lo crees?

Gruñe antes de besarme. Su lengua entra en mi boca y no puedo evitar suspirar. Amo su sabor y amo como su lengua demanda siempre más.

Sus manos acarician mi trasero y me pegan más a su cuerpo. Gimoteo cuando siento lo duro que está por mí.

Una de sus manos levanta mi vestido y sonrío cuando gruñe como un animal herido.

–¿Qué hiciste con tus bragas, Venecia Messina? –masculla contra la piel de mi cuello.

–Estaban empapadas, tuve que tirarlas –respondo con una enorme sonrisa.

Su respiración se desestabiliza y me gira bruscamente.

Presiona un botón en el panel de la pared y el elevador se detiene, en algún lugar entre el piso once y diez.

–A la mierda, no puedo esperar más –gruñe contra mi oído–. Tú te lo buscaste, niña –masculla.

El sonido que hace a mi espalda bajando el cierre de su bragueta casi me hace llegar, pero lucho contra ello.

Quiero sentirlo dentro de mí.

Ladeo mi cabeza para mirarlo y lo veo abriendo un paquete de preservativo con sus dientes. Cierro los ojos y recuesto mi mejilla contra el frío acero.

Eso es tan sexy.

Sin previo aviso levanta mi vestido hasta mi cintura y tiemblo cuando escucho un gruñido animal. Si estuviera en el bosque pensaría que se trata de un oso.

Toma mi cadera y me obliga a inclinarme más para levantar mi trasero. Sus dedos se hunden en mi calor y grito complacida.

–No puedo esperar. Vas a tener que soportar –sisea antes de enterrar su polla profundamente en mí.

Siseo cuando mi carne se estira a su alrededor. Es doloroso, pero delicioso al mismo tiempo.

Sus labios se pegan en mi oreja. –Vamos, tú puedes tomarme entero –susurra.

–¿Hay más? –pregunto asustada e impresionada.

–Mucho más –dice antes de comenzar a acariciar el lugar donde nuestros cuerpos se unen al mismo tiempo que, su otra mano, acaricia mis pechos con la presión exacta para hacerme sollozar de placer.

–¡Mauro! –grito cuando siento que voy a morir de placer.

–Vamos, cariño, déjame entrar –ruega y es mi perdición, me dejo ir con un grito, que parece reventar mis cuerdas vocales.

Mauro sisea cuando empuja contra mí hasta el final. Su pelvis choca con mi trasero y sé que nunca me he sentido tan llena y satisfecha.

Presiono mis músculos internos y su gruñido satisfecho me hace sonreír.

–Te gusta volverme loco, ¿no?

–Al fin puedo poner en práctica todos esos ejercicios de suelo pélvico que he estado practicando –susurro entre suspiros.

Mauro me da una palmada en mi nalga derecha. –Eres una niña traviesa. Mi niña traviesa.

Gimo en respuesta.

Comienza a moverse y mis ojos se cierran.

–Me encanta como me tomas –masculla entre gruñidos–. Pretendo pasar mucho tiempo enterrado profundamente dentro de ti.

Sollozo con sus calientes palabras en mi oído.

Mauro toma mi cintura con sus fuertes manos y comienza a embestir con fuerza. Cada vez que golpea dentro de mí, un grito es arrancado de mi garganta.

Esto es mucho mejor de lo que pensaba.

–No podías esperar a llegar, ¿no?

–¡No podía! –sollozo.

Mi mejilla roza el acero y sé que quedará una marca, pero no tengo la fuerza necesaria para mantener mi cuello erguido. Lo único que puedo hacer es dejarme llevar por el calor que recorre mi piel.

Mi vientre se tensa y siento como algo maravilloso comienza a construirse dentro de mí.

–Mauro –lo llamo preocupada cuando sé que estoy a punto–. Vas a tener que sostenerme –advierto.

–Nunca te dejaré ir –susurra y es lo que me empuja a saltar a lo desconocido.

Todo mi cuerpo se enciende en llamas espontáneas mientras caigo al mismo infierno.

No pensé que rendirse al demonio podía sentirse así de bien.

Mauro gruñe antes de apretarme contra él con tanta fuerza, que, si no lo supiera mejor, creería que estamos fundidos irremediablemente.

Lucho contra el latido en mi corazón y en mi pelvis, tratando de componerme lo suficiente para poder mover mis brazos.

Quiero tocarlo. Quiero besarlo.

Quiero nunca más irme de su lado.

Sus labios besan mi sien y suspiro.

–Vamos a casa –dice y yo asiento.

Quiero ir a casa con él.

1
Erika Patricia Ramirez
Excelente muy buen trabajo
Sandra Bautista
bien Venecia ahora síguelo y n lo dejes solo, siempre debes estar hay par el, eres lo q realmente necesitas, q el sienta q ese afecto de familia, apoyo q siempre a necesitado lo encontró en ti. x fis más capitulos está súper bendiciones
Lizbeth Heredia
maldito desgraciado infeliz y esa mendiga perra, hasta los perros protejen a sus cachorros, que coraje, si fuera yo su mamá ubiese castrado el desgraciado aunque me quedé en la cárcel 😡🤬🤬🤬
Beatriz Pedrón
me encanto muy linda novela lograré leer hasta el final? me gustaría verlo completo
Beatriz Pedrón
Esa madre es una malvada solo piensa el el.dinero no merece al hijo wue tuvo
Dolores Hernández
bien hecho Venecia si no la golpeabas tu pediría a gritos ala escritora Bello ser yo quien la golpeara a esta basura de mujer está mujer nunca debió ser madre ella solo es una basura de mujer que solo penso en su satisfacción en su amor propio herido por un ser asqueroso como su marido un hombre que merecía el infierno en vida ojalá y haya muerto como un cerdo en matadero por sucio y está mujer por no cuidar y proteger a Mauro debería de terminar comiendo con los cerdos por ser tan despreciable así que felicidades Venecia ahora tienes que estar ahí apoyando y defendiendo a Mauro que sepa que tú siempre estarás ahí para defender su integridad y su amor ahora entiendo porque el necesita que le reafirmen que hay alguien que lo ama y que lo van a defender de todo el mundo por eso la inseguridad con sus amigos Venecia necesita reforzar su seguridad amor propio en si mismo el necesita el amor de una familia el amor de una familia que el nunca tuvo espero que hagas un gran trabajo amándolo Venecia gracias escritora Bello execelente muchas gracias éxito y bendiciones 👌💪🙏👍
Y@d3
🥹🥹🥹🥹😭😭😭que capitulo tan tan 😭😭😭😭😭
Y@d3
noooooo no Mauro, plis detente un momentito.. Venecia reacciona cooorreeeeeee
Y@d3
eres fuerte mujer, y seguirás allí plantada delante de él sin dejarte
Y@d3
se que es tu mecanismo de defensa pero no la trates mal Mauro... ella es y será tu cable a tierra, la que te ayudará a sanar.
Y@d3
queeeeee??? pobre mauro 🥹🥹🥹🥹... Vieja loca, enferma
Laura Elena Mayoral Mendoza
Vieja miserable y todavía le reclama el haberle quitado el "amor de su vida" porquería de ser humano /Scream//Scream//Scream//Scream//Scream/
Amalia Gatica
excelente
Isabel Balbuena
noooo nooo mauro por favor no lo hagas... no caigas de nuevo.. vamos Venecia alcanzarlo demuéstrale que tú eres su mejor droga... xfis no lo dejes solo ..🙏🙏😭
Isabel Balbuena
no hagas esto mauro... no la trates así después de todo lo que ella ha hecho por ti!!
Isabel Balbuena
solo tu mi Venecia solo tú podrás ayudarlo a sanar y a salir de ese hoyo..... con tu amor y ternura
Isabel Balbuena
muy bien mi Venecia, uno pero bien dado . vaya que se lo merecía !! 👊
Isabel Balbuena
malditos desgraciados ni guno de los 2 sirvió como padre de verás que este grupo de amigos han pasado cada cosa peor que la otra... aaaáhhh maldita vieja bruja....😡😡😡😡
Nairobis Cardozo Portillo
Venecia no lo dejes sólo te necesita, Mauro las drogas no son la solución a tu dolor, vieja desgraciada en vez de defender a su hijo defendió a la bestia de su marido, son un asco los dos
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
no te cierres acepta su ayuda
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