El amor es el único sentimiento capaz de traspasar cualquier barrera o prejuicio impuesto por la sociedad, ya sea por diferencia de edad, religión, estatus o clase social, aunque a decir verdad muy pocos son los valientes que deciden dar ese paso de fe y confesarse ante esa persona que considera un imposible.
En esta historia el protagonista descubrirá que su amor no es tan inalcanzable como creía, ya que Lucia lo admira en secreto, porque sabe que a pesar de que Danilo es un soltero empedernido, un conquistador nato que le rehúsa al compromiso con ella es diferente.
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Capítulo N°9
Loreta observaba al traidor de su amigo como con sus manos en los bolsillos tranquilamente se dirige a su auto sabiendo que tiene el apoyo incondicional de Dimitrio, sin embargo ella no estaba tan segura de esta vez apoyarlo y mucho menos aceptar esa relación. Él era un hombre mayor de treinta y cinco años, que había estado con muchas mujeres y que no tomaba ninguna relación en serio ni se comprometía con nadie, para él solo las mujeres eran para pasar el tiempo y ella no permitiría que juegue con su hermana. En cambio Lucia, era una adolescente de veinte años que recién daba sus primeros pasos como mujer, buscando su independencia, y con sus sentimientos alborotados por el fracaso de su primer amor. Una ilusión que fue interrumpida por los celos incontrolables de un hombre irracional.
Danilo subió a su auto y lentamente se alejó de la mansión, pero al pasar cerca de Loreta y ver en su mirada odio, supo que había perdido a su mejor amiga y en parte comprendía sus sentimientos. Él no era un buen partido para Lucia y lo sabía perfectamente, sin embargo por más que quisiera arrancarla de su corazón era inevitable. La amaba con locura y desesperación.
[…]
Lucia despertó muy temprano a la mañana, el sol iluminó su cuarto con tal intensidad que le costaba abrir sus ojos, se sentía desorientada, aún era muy pronto para asimilar que estaba en el campamento y no en la mansión, pero al escuchar el cantar de los pájaros, el rugir de algún que otro animal salvaje y sentir el aroma a césped mojado por el rocío de las planta se incorporó inmediatamente en la cama, sonrió feliz y fue al cuarto de baño por una ducha de agua tibia.
El agua era más fría que tibia, pero no importaba, ella estaba dispuesta a soportar todos los desafío que le deparan en la selva con tal de hacer su especialización y formarse como profesional. Su cuarto se colmo de su cantó, a ella le fascinaba cantar bajo el agua y por estar en ese lugar no cambiaría sus hábitos.
Una vez que sintió que su cuerpo estaba limpio y ya no soportaba un minuto más bajo el agua helada, cerró la canilla tiritando de frío y con los labios morados, salió del baño se vistió rápidamente y se colocó su traje de mezclilla color caqui y fue al comedor por una taza de café caliente.
Al llegar vio a Roberto que estaba frente a una computadora hablando con alguien seriamente.
—Entendido, no volverá a pasar—dijo y levantó la vista—. Debo irme, Lucia está aquí.
—De acuerdo, pero mantenme informado de todo lo que pase a su alrededor y recuerda darle el mensaje de Dimitrio.
— Lo haré.
Lucia reconoció esa voz inmediatamente y frunció el ceño, aun estaba molesta con Danilo e ignorando la conversación se dirigió a la estufa a leñas en busca de algo caliente para beber.
— Cuídala mucho, tu vida depende de su bienestar. Ella puede ser obstinada, así que tu misión es imposible—comentó sabiendo que lo oía—. Pero es la persona más bella, dulce y noble que conozco y sé que se llevarán muy bien.
—Sí señor, no se preocupe, estoy acostumbrado a lidiar con casos imposibles.
—Lucia es mi mayor tesoro y te lo estoy confiando. No me defraudes.
— No señor, no lo haré—respondió Roberto cerrando la notebook, entonces saludó a Lucia—. Buenos días.
—Hola—respondió ella sin mucho ánimo, al ver que su verdugo no tardó ni veinticuatro horas en pedir un informe sobre ella mientras se servía una taza de café bien caliente —. ¿ Siempre te levantas tan temprano?—interrogó al ver que era evidente que hacía mucho que estaba en el comedor.
—Sí, por lo general me levanto a las seis, pero aquí es imposible dormir con tantos animales a nuestro alrededor y estaba esperando que el satélite me diera la señal adecuada para hablar con mi jefe.
— ¿Le tienes miedo a los animales?—preguntó evitando hablar de Danilo.
— No, pero sí le temo a Danilo. Y él está furioso porque…
— No me interesa—lo interrumpió.
— Bueno, señorita será mejor que le interese porque por su descuido ahora debe seguir ciertas reglas.
—¿Qué descuido? Yo no cometí ningún descuido y hasta acepté que tú me acompañaras al campamento, creo que estoy siendo demasiado paciente con toda esta situación. Soy la única persona en este lugar que tiene un guardaespaldas armado hasta los dientes y que no me deja ni a sol ni a sombras—dijo de muy malhumor y saliendo del comedor hacia su cuarto, pero entonces Roberto la siguió y antes de que ella le cerrara la puerta en sus narices la detuvo con su pie y entró a la pequeña cabaña—. Sal de mi casa, no tienes derecho a estar aquí.
— Tengo todo el derecho del mundo y ahora te diré cómo serán las cosas en este lugar, primero llamarás a tu hermana ahora mismo y le dirás que se te olvido que debías llamarla al llegar al aeropuerto y estas muy bien y que no te molesta mi compañía. Ella está desesperada por saber de tí y se molesto con el señor Danilo por mi presencia. Segundo, aceptaras mis órdenes sin chistar si quieres sobrevivir en este lugar, no solo hay animales salvajes, estamos rodeados de enemigos y el hombre que tanto detesta está haciendo hasta lo imposible para que puedas cumplir tu sueños brindándote seguridad, cosa que ni tu hermana, ni tu cuñado se les ocurrió a hacer y tercero, no puedes impedirme que ingreses a ninguna habitación en donde estés, te guste o no seré tu maldita sombra y no dejaré que nada malo te pase.¿Entendido?
— Está bien —respondió resignada.
— Ahora regresemos al comedor, el satélite solo permanecerá cinco minutos en posición, tiempo suficiente para que le digas a tu hermana que estás bien.
Lucia obedeció y arrastrando sus pies caminó detrás de Roberto sintiéndose una idiota por tener que estar en ese lugar bajo los cuidados de ese soldado amargado, pero una vez que hablo con Loreta y vio a sus sobrinos su mal humor desapareció por completo.
Dos horas más tarde…
Lucia caminaba con sigilo, cuidando cada paso que daba en medio de la jungla, su respiración era pausada, su frente estaba cubierta de sudor y sus manos temblaban ansiosas en espera de captar a sus primeros ejemplares con su cámara de fotos que colgaba de su cuello. Ella estaba muy atenta a cualquier movimiento cuando sintió el crujir de una rama y giró su rostro y miró con reproche a Roberto.
—Lo siento —se disculpó
—Para ser mi sombra eres muy ruidosa —se quejó ella y siguió caminando, sin embargo él no pudo evitar reír con fuerzas—. ¡Basta o volverás al campamento! —lo amenazó y su guardaespaldas guardó silencio.
Ese día caminaron por horas intentando captar algún mono en su hábitat natural, sin embargo, no encontraron absolutamente nada, solo algún que otro indicio de su presencia en la zona, en su lugar solo vieron una variedad de pájaros y mariposas que la deslumbraban con sus bellos colores.
Al regresar al campamento, agradeció tener una ducha de agua helada que refresque su cuerpo, el calor era insoportable, estaba transpirada, sus pies le dolían, tenían un par de ampollas bajo sus plantas y solo quería dormir por un par de horas. Su primer día de expedición había sido un absoluto fracaso y se sentía desanimada y en ese momento extraño a su mejor amigo, ese que siempre la alentaba y la contenía en sus brazos hasta que se sentía feliz.
— Olvídalo, Danilo es un idiota, él arruino nuestra amistad y no merece que lo extrañes —dijo cubriendo su rostro con la almohada intentando olvidar su rostro.
Gracias 😊 querida escritora @Lola Lu 🇦🇷 por actualizar 😌 sigamos apoyando con me gusta publicidad comentarios y regalos ☺️❤️