Eros y Lyra descubren que están unidos por el lazo más poderoso: son compañeros destinados. Sin embargo, las heridas del pasado convierten ese vínculo en una lucha constante para Lyra, quien intenta resistirse a lo inevitable. Pero el llamado del destino es más fuerte, y poco a poco, la atracción entre ambos comienza a derribar las barreras que los separan.
La cercanía se intensifica cuando Eros y Lyra emprenden un viaje en busca de respuestas sobre los inquietantes cambios que ella experimenta. En el camino, descubrirán que el mundo está tejido de secretos oscuros: brujas que juegan con el destino, vampiros que ocultan verdades prohibidas y Doppelgängers que amenazan con cambiarlo todo.
Te invito a caminar bajo la misma luna con Eros y Lyra en busca de respuestas.
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Capítulo 9
Eros
Estamos en un partido de práctica, y cuando pasa el primer tiempo miro hacia las gradas y veo que no están, hace un momento estaban allí ¿a donde fueron?.
El segundo tiempo inicia y el silbato del entrenado hace que salga de mis pensamientos, cuando estoy a punto de ir a mi posición escucho la voz de Lyra.
—Es mío, no tengo por qué darte nada a cambio— dice.
—Es solo un beso, pero si no quieres entonces despídete de tu collar — esa voz parece de un chico.
Las voces se escuchan en la parte trasera de la cancha.
—Eros, espabila — me grita el entrenador.
—¡Aléjate de mi!— escucho la voz de Lyra de nuevo.
—No te hagas la santa, es solo un beso ven se que quieres.
Cuando caigo en cuenta de lo que pasa, no lo pienso a la hora de correr y salir de la cachan ignorando los llamados del entrenador.
Cuando llego al lugar veo como el chico tiene a Lyra la cual forcejea para tratar de alejarlo de ella, no dudo en acercarme y tomar al imbecil de la nuca y tirarlo a piso, y allí mismo me le subo encima y descargo toda mi ira contra el.
“Iba a besar a nuestra compañera” me dice Sean enojado “acaba con el”
La rabia me ciega y no dejo de aterrizar mis puños en su cara.
—Eros ¡Para ya! Vas a matarlo — grita Lyra aterrorizada.
—¡Oh mierda! — dicen dos voces
—Chicos venga rápido, ¡Ayuda!.
—Eros ¡Para! — me grita Joey tratando de quitarme de encima del chico cosa que no le funciona.
—Joder, muchacho vas a matarlo — me dice el entrenador a mi lado.
—Lyra has algo— escucho que le dice a mi compañera.
En lo único que puedo pensar es lo que mis ojos vieron, el tratando de besar a mi compañera, ella pidiéndole que se aleje y él muy imbecil no hacía caso y eso fue lo único que vi hasta que dos manos se posaron él mis mejillas las cuales hicieron que la rabia se disipara, luego mis ojos se encuentran con los ojos cafés de mi compañera.
—Para ya — me dice acariciando mi mejilla con el pulgar — vas a matarlo.
—Iba a besarte sin tu consentimiento — digo llego de rabia — ¡No puede besarte!.
—Lo sé pero no pasó, ahora ven conmigo.
Sin dudarlo me levanto con su mano sosteniendo la mía. Me giro a ver a chico que está todo golpeado y lleno de sangre.
—Si vuelves hacer lo que hiciste te mataré— le digo.
—Tiene mi collar — me dice Lyra.
—El collar, dámelo — tiendo la mano y el chico como puede se levanta y me da.
Me giro a ver a mi compañera y no dudo en tomarla entre mis brazos he irme con ella, él tiembre suena por lo que en poco tiempo el pasillo empieza a llenarse, antes de que puedan vernos me meto en un salón que está prácticamente abandonado, siento a Lyra en el escritorio que hay ahí y me meto entre sus piernas. Estoy enojado y ella lo sabe.
—¿Que esperabas? — le pregunto.
—¿Ah?.
—¿Que esperabas Lyra? ¿Que te obligara a besarlo?.
—No, yo solo......
—¿Que Lyra? Estaba justo ahi debiste llamarme.
—Estabas en un partido — dice casi en un susurro mirando sus manos.
—¿Y eso que? Lo abría parado así como lo hice.
—No quería meterte en problemas.
—¿Y que fue lo que hiciste? — le pregunto y ella no me mira — Joder mírame Lyra.
—No quiero — esta vez lo dice en un sollozo.
¡Joder!
“Imbecil la has hecho llorar” me reclama Sean “arréglalo”
Suelto un gran suspiro para calmarme antes de volver a hablarle.
—Lyra mírame — le pido y ella niega pero termina haciéndolo ya que fue una orden.
—Deja de usar tu poder alfa conmigo Eros — me grita con los ojos llenos de lágrimas. — me dijiste que ya no lo harías.
—Joder lo se, pero es complicado cuando no quieres hablarme o mirarme— le digo y ella vuelve a bajar la mirada y la obligo a que vuelva a mirarme — Lo siento ¿Vale? Pero no puedes esperar a que no me enoje cuando te están obligando hacer algo que no quieres y sepas que estoy cerca de ti y no me lo digas si no que debo enterarme por tus gritos ¡Joder! Lyra si me ves cerca solo llámame e iré por ti ¿ok?.
Ella asiente.
—En palabras. Nena — Lyra es sensible, terca, orgullosa y aveces muda, por eso desde que llego a esta escuela me encargué de que nadie la fastidiara pero debía fastidiarla yo.
Esa también es una de las razones por las que yo la fastidie, ya que si la defendía y los demás lo veían iban a pensar cosas que no eran e irían por ella para fastidiarme y otra de las razones era la de no despertar sentimientos que a la final despertaron.
—Si.
—Si que?.
—Entiendo, debo llamarte.
—Bien, espero y si lo hagas porque me enojare aún más si no lo haces, y lo digo enserio Lyra si.....
—Ya te dije que si lo haré — me dice.
—Está bien.
Miro el collar en mis manos y me pongo recto para ponérselo, al pasarlo por su cuello veo como se tensa pero deja que se lo coloque.
—¿Por qué no me dijiste que fuiste tú el que me lo regalo? — pregunta y ahora soy yo el que se tensa.
—¿De que hablas? — finjo demencia.
—Se que fuiste tú Eros, al principio pensé que estaban en los regalos que no había abierto pero nunca encontré la cajita y el único que la tenía eras tú.
—No, creo que.....
—No me mientas — dice casi en un grito.
—Si fui yo ¿contenta? — pregunto.
—¿Por qué no me lo dijiste?.
—Tal vez por qué me odiabas y si sabrías que era de mi parte no se tal vez lo habrías tirado.
—Puede que tengas razón pero no creo que me hubiese atrevido a tirarlo.
—Tal vez no lo hubieras tirado pero no de lo que si estoy seguro es de que no lo habrías usado — digo y ella niega — no digas que no, te conozco Lyra no lo habrías usado.
—Mmm, tal vez tengas razón en eso, pero tengo mis razones.
—Lo se, me comporte como un idiota.
—Si, asi es.