Shophie simplemente desapareció. No hubo explicaciones y dejó a Aiden con el corazón en mil pedazos. El destino siempre tiene la última palabra y después de cinco años vuelven a verse. ¿Tendrá Sophie una buena explicación para su ausencia?
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Capítulo 9
Aiden despierta sobresaltado, de inmediato dirige su mirada hacia Ximena para comprobar qué continúe durmiendo. Pasa sus manos por su cabello y se esfuerza por regular su respiración.
Últimamente, sueña constantemente con Sophie y no entiende la razón. Es feliz con Ximena, tienen una relación basada en la confianza y no podría pedirle nada más a la vida.
¿La ama? Cree que sí, aunque no se compara con lo que sentía por Sophie. Se ha convencido de que el amor no siempre resulta tan intenso. Si bien ha evitado presentar a Ximema con su familia ha sido porque no quiere exponerla a preguntas incómodas, pues ha omitido algunos detalles de su anterior relación, comenzando por el hecho de que Sophie fue la niñera de su sobrino.
Se levanta cuidadosamente para no despertar a su novia y se dirige al baño para lavarse la cara. Necesita sacar a Sophie de su subconsciente, ella ya pertenece al pasado y su presente es Ximena.
Regresa a la cama, más le es imposible conciliar el sueño. Pasadas las siete de la mañana siente a Ximena despertar.
- Buenos días, linda- le dice y deja un beso en su frente.
- Buenos días, amor. ¿Hace cuanto estás despierto?
- Unos minutos- miente.
- ¡Feliz aniversario!
- Soy afortunado por tenerte a mi lado y está noche celebraremos como debe de ser.
Aiden se incorpora y Ximena toma su mano evitando que se levante.
- En temprano, vuelve a la cama.
- Quiero hacer un poco de ejercicio, tú sigue durmiendo.
Ella lanza un suspiro, sabiendo que no hay manera de convencer a su novio y prefiere resignarse.
Más tarde se reúnen con Federico para tomar el desayuno y el resto del día lo dedican a pasear por los alrededores.
- ¿Estás bien, amor? Te noto distraído.
- Asuntos de trabajo, nada de que preocuparse- miente de nuevo, la realidad es que no ha podido sacarse a Sophie de la cabeza.
- No me gusta verte tan estresado.
- Despreocúpate, prometo dejar de pensar en el trabajo y concentrarme en ti nada más.
- Eso me gusta- responde ella en un tono más que sensual.
Se acerca a él y sube sus manos lentamente por su pecho. En un movimiento inesperado, él detiene su recorrido llevando sus manos a los costados y la besa con ternura.
- Estamos en casa de tu padre, sería una falta de respeto.
- Vaya, qué respetuoso te has vuelto. La próxima vez recuérdame reservar en un hotel, quizá ahí sí te den ganas de tocarme- le reprocha dándole la espalda.
- Espera, Ximena. No te molestes conmigo.
- Iré a darme una ducha y me prepararé para nuestra "celebración"- hace especial énfasis en esa última palabra y se marcha.
Aiden se reprende mentalmente, pero no consigue concentrarse. Nunca antes se le complicó el tema sexual y ahora simplemente no puede.
La molestia de Ximena es evidente, ambos se arreglan para la cena en silencio. Salen tomados de la mano y suben al auto. Tienen una reserva en uno de los restaurantes más lindos del Valle de Elorz.
Al ver la mesa que han preparado para ellos, Ximena esboza una sonrisa y al parecer su enojo queda en el olvido. Están ubicados en la terraza del restaurante y tienen una vista privilegiada a la plaza principal.
- Gracias, amor. Esto es tan romántico.
- Lo hice especialmente para ti, quiero verte feliz. Discúlpame por lo de esta tarde.
- No digas más, disfrutemos de la cena.
La velada transcurre con normalidad, cada tanto se besan o se dedican alguna caricia. El encanto se termina cuando Aiden vislumbra a la distancia una silueta conocida. Parpadea varias veces creyendo que puede tratarse de su imaginación.
No es así, la mujer que cruza la plaza es ella, es Sophie y no va sola. Eso es lo que más lo sorprende. No puede creer que después de tantos años sea justo aquí en donde ha venido a cruzarse con ella.
Se levanta sin decir nada, ante el asombro de Ximena.
- ¿Qué sucede? ¿A dónde vas?
- Ya vuelvo, espera aquí.
- ¡Aiden!
Haciendo caso omiso al llamado de su novia baja rápidamente y sale casi corriendo del restaurante. No le es difícil alcanzar su objetivo. Cuando está justo detrás de esa mujer la toma por el brazo obligándola a detenerse y darse la vuelta.
- ¡Qué diablos!- esboza ella antes de quedar cara a cara con ese hombre que pensó no volvería a ver jamás.
- Ni se te ocurra gritar, tienes muchas cosas que explicarme.
Sophie se queda muda, nunca se preparó para este momento y la mirada de Aiden refleja odio. Una punzada se clava en su corazón, es doloroso volver a verlo y sabe que lo que sigue será más doloroso aún.