Ciel Levallois es solo una extra en una historia de romance de fantasía, en la cual ella y su familia pierden la vida cuando su hermana tontamente cae en las mentiras del villano.
Pero ahora, una nueva alma ha renacido en Ciel y ella no esta dispuesta a morir por culpa de su hermana, así que para cambiar ese destino, ella decide tomar el lugar de su hermana y casarse con el gran general del reino, el duque Aleksander Ronchembert, conocido como "la bestia", por ser un guerrero despiadado contra sus enemigos. ¿Podrá Ciel escapar de su destino?
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Capítulo 13.
Después del incidente en el campamento, Aleksander y Dylan se habían reunido con los capitanes de las tropas para verificar que pudo haber salido mal con las antorchas, pues no era común que estas se apagaran de la nada, en especial cuando fueron hechas por los mejores magos de la asociación de magia. Mientras todos discuten de que probablemente fue un error de los magos, Ciel entra a la carpa causando que todos queden en silencio.
— alguien las apagó, no fue un error de magos o un accidente.— comenta Ciel.
— ¿como esta segura de eso?, eso es insinuar que hay un traidor entre nuestros caballeros.— comenta uno de los capitanes.
— es justo lo que digo.— responde Ciel.— piénsenlo, el objetivo era su alteza.— señala a Dylan.
Todos se miran entre si ante las palabras de Ciel, incluso Dylan mira a Aleksander quien hasta ahora permanece en silencio, pero se pone de pie acercándose a Ciel.
—¿por qué piensa que el objetivo era eliminar al príncipe?— pregunta seriamente Aleksander.
— la pregunta sería, ¿por qué no sería él, el objetivo?, estoy segura que todos aquí saben que el segundo príncipe y la reina ven como un estorbo a su alteza, la reina quiere que su hijo suba al trono.— explica Ciel.
Dylan sonríe ante todo lo dicho, mientras que los capitanes ahí presentes murmuran entre si, ninguno de ellos imaginaba que Ciel fuera consciente de ese tipo de problemas. Aleksander ha sonreído levemente, ocultando esa sonrisa bajo la máscara.
— supongamos que es como usted dice, significa que entre todos esos caballeros hay uno o más espías de la reina, ¿como podremos descubrirlos?— pregunta Aleksander.
— es una posibilidad y no sería fácil descubrir quien es, pero también existe la posibilidad de que alguien no este siguiendo.— responde nuevamente la joven.
Aleksander abraza a Ciel por la cintura y se inclina apoyando su mejilla sobre la cabeza de la chica, quien se extraña por esta acción.
— parece que mi joven esposa es muy audaz. Es verdad, tenemos dos opciones, un traidor entre nuestras tropas o hemos estado siendo seguidos desde que salidos de la capital.— menciona Aleksander.— capitán Yedid, que revisen la zona, sean cuidadosos, si nos siguen no queremos que sepan que ya los descubrimos.
El capitán asiente ante la orden de Aleksander y se sale de la carpa para cumplir con la orden, obviamente será cuidadoso al momento de encargar la misión, pues si resulta que tienen espías entre las tropas, es mejor que no sepan que están investigando.
Mientras que Aleksander da por terminada la reunión, para que todos se retiren, quedándose en la carpa con Ciel, a la cual aún sostiene de la cintura y la levanta hasta su asiento, sentándose él y subiendo a Ciel en su regazo, lo cual sorpresa a la chica.
— a diferencia de tu hermana, eres mas sensata.— le sujeta de la barbilla.— mejor esposa no pude tener.
— que halago, excelencia.— abraza al duque del cuello.— merece un premio.
Ciel le da un beso aunque lo hace sobre la máscara, esto sorprende a Aleksander y cuando Ciel se aparta, él mismo se quita la máscara para unir sus labios en los de ella en un efusivo beso. Ciel no esperaba algo así, pero corresponde el beso, justo como en la boda, saborea los labios de su ahora esposo, quien la sostiene con firmeza de la cintura, degustando de aquel fogoso beso.
Aleksander desliza la diestra de la cintura hasta la pierna de la chica, apretando con firmeza aun sobre la tela del vestido y causando que Ciel se sobresalte. Aleksander se separa del beso, debe detenerse ahora o de lo contrario querrá hacer algo más y no es el sitio apropiado para eso.
— se ha puesto tímido...— sonríe ladina.
— ¿tímido?, ya veremos si lo soy.— guiño.
— estaré esperando ese momento.— Ciel se levanta acomodando la falda de su vestido y sin decir nada más, se va de la carpa.
Poco después entra Dylan para decirle a Aleksander que ya se han enviado los exploradores para revisar la zona.
Ciel por su parte llega al carruaje, por suerte este no fue destruido, entra sentándose mientras observa hacía fuera, falta poco para el amanecer y tendrán que iniciar de nuevo su viaje cuando nisiquiera ha dormido nada. Deja salir un leve suspiro y se recuesta tratando de descansar un poco.
***
Justo al amanecer, Ciel escucha el bullicio de todo, apenas pudo dormir unas dos horas y ya todos se están preparando para partir, aun cuando nadie ha descansado. Aleksander toca, avisándole que se dirigen a un pueblo cercano, estando en ese puedo pueden alquilar una noche en una propiedad de algún noble para poder descansar lo que no han podido descansar durante la noche pasada.
— que bien, entonces podré darme un verdadero baño.— comenta Ciel.
Lleva días de no poderse bañar bien ya que deben cuidar el agua que llevan. Aleksander sonríe ante sus palabras.
Después de un par de horas, finalmente llegaron a dicho pueblo, donde Dylan se encargo de hablar con un noble del lugar y este ofreció su casa de campo para que puedan descansar, ya que siendo el príncipe heredero, un noble que desea quedar bien con él no negaría el darle hospedaje.
Al llegar a la casa, Ciel pidió que le preparan el baño, estaba deseando poder meterse a la tina y disfrutar de su baño. Se acomodó en la bañera para relajar su cuerpo, mientras que Aleksander estaba con el capitán Yedid, quien ya traía un informe de los exploradores, estos vieron un pequeño grupo de mercenarios seguirlos a una distancia prudente y se han quedado cerca la propiedad, así que es más que obvió que si los han seguido. Aleksander le pide el capitán Yedid no hacer nada, pues se encargará personalmente de esas personas.
— ¿crees que se hayan sido enviados por la reina?— pregunta Dylan.
— es probable, no sería la primera vez que intentan algo en tu contra.— responde Aleksander.
— bien, entonces lo dejo en tus manos. Ten cuidado.— le da una palmada en el hombro.
Aleksander sube a la habitación que le han dado y la cual compartirá con Ciel. Al entrar, ella estaba en camisón sentado frente al tocador mientras seca su cabello con una toalla.
— veo que en verdad has disfrutado de su baño, esposa.— se cruza de brazos.
— fue refrescante, usted también debería, hemos viajado durante días y no hay nada mejor que un baño de agua tibia.— sonríe.
— le doy la razón.— Aleksander se quita la máscara y comienza a quitarse la chaqueta mientras camina hacía el baño.
Ciel puede ver por el espejo la espalda descubierta de su esposo cuando este se quito la camisa, era ancha y con buenos músculos, así que no pudo evitar mantener la mirada ante tan semejante manjar que tenía ante ella. Es una pena que se haya bañado primero, habría aprovechado para meterse con él a la bañera.
Aleksander entro al baño cerrando la puerta, mientras que Ciel se puso un abrigo y salió para pedir que les subieran la cena a la habitación, pues no tiene ganas de bajar al comedor. Para cuando Aleksander salió de la baño, la cena ya estaba servida, así que tomo asiento.
— si ya es un hombre casado, no veo porque seguir ocultando su rostro.— comenta Ciel.
— ¿y si se pone celosa cuando las otras damas me coqueteen?— pregunta con una sonrisa ladina.
—¿por qué me pondría celosa?, usted ya es mi esposo.— levanta la mano donde tiene el anillo.
— muchos son casados y tienen otras mujeres.— guiño.
— no sería capaz, usted no es como esos hombres.— responde tranquila.
Aleksander se sorprende por la respuesta de la joven, pues por alguna razón, ella parecía confiar en él, lo cual era extraño, ya que apenas se conocieron hace más de dos semanas. Ciel levanta la vista observan a Aleksander a los ojos y este, solo sonríe.
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