REINA VIUDA

Narrador.

Alondra fue dejada en su habitación, pero por precaución la dejaron atada y amordazada, no querían que pidiera ayuda, con anticipación todos los guardias y sirvientes del ala de sus habitaciones fueron asignados a otras labores, se les dijo que la princesa había escapado. Su nana y demás sirvientas no tuvieron otra opción y pensaron  que era lo mejor a si ella estaría a salvo.

En la habitacion dando vueltas en la cama mientras intentaba soltarse las manos cayó al suelo, estaba atada de manos y pies, pensó en buscar en la habitación algo que le sirviera, pero le era muy difícil moverse, en su quinto intento logro ponerse de pie, pero volvió a caer, enojada y muy frustrada se arrastró de nuevo hasta la cama, no teína otra alternativa más que descansar y esperar su cruel destino. Ya era más de medio día cuando Sonia entro con comida y agua, para despertarla abrió las cortinas y le tiro agua en la cara.

Despierta, necesito que te arregles para recibir a tu futuro esposo, ya envié un mensajero y en unas horas estará aquí.

Déjame ir, no pienso casarme.

Lo harás, por el bien de este reino te portaras amable y sumisa o es que quieres que maten a tu pueblo.

No, nos defenderemos, el castillo es impenetrable.

Supongamos que evitamos que entren, pero cuanto tiempo crees que podremos aguantar, ellos

son un ejército y una vez se acabe la comida en el castillo moriremos de todas formas.

Sus palabras tienen sentido para mí, pero no deja de inquietarme al pensar que me

tengo que casar con ese viejo rey, penso Alandra y termina por coperar con Sonia.

Espero que entiendas, ahora necesito que  colabores, una de mis sirvientas te ayudara a vestir quieras o no te casas y de eso me encargo yo.

Sonia sale de la habitación y una sirvienta entra, le suelta las manos y pies, le quedaron marcas por la soga, pero era  lo que menos le importaba, le colocaron uno de sus mejores vestidos, la sirvienta la peina, no queria comer, pero su estomago la traiciona, termina de comer y solo se sienta a espar la llegada de su verdugo. Pasan las horas y empusa a sentirse impaciente, dando vueltas por la habitación, mira por la ventana y todo parece tranquilo,  parece la calma antes de la tempestad.

Se escucha unas trompetas no mu lejos, alondra se asoma al balcón, lo primero que logra ver es una enorme caravana que está aparcada en la puerta del Castillo al parecer Sonia tenía razón el rey de Salamanca ha llegado con todo su ejército, un escalofrio recorre su espalda he intenta escapar de nuevo, pero hay un guardia aparcado en la puerta de su habitacion, suplicó, pero este se niega a dejarla ir, le dice que son órdenes de la reina no puedo salir de la habitación hasta que ella lo autorice, frustrada vuleve a sentarse en la cama.

El tiempo pasa muy lento para alondra, esta desesperada al punto de casi perder la cabeza, se asomo una y otra vez al balcón, pero no logro ver nada lo único que puede observar fue que le permitieron el ingreso al rey con una parte de su séquito los soldados se quedan  acampando afuera al menos la reina no los dejó

pasar a todos, en eso fue precavida.

Mientras estaba perdida en sus pensamientos imaginando tres mil esenarios tocaron la puerta, les permite el acceso y es Manuel que entra con una enorme sonrisa si antes lo detestaba ahora queria matarlo desde el mismo momento que intentó violarla en aquella choza.

 Hola, cómo estás Alondra, como ya sabrás tu futuro esposo está en el castillo dentro de poco te casarás y te irás con él, pero tienes que entregarme lo que me prometiste.

Yo cumplo mis promesas, te are un mapa para encontrar mi oro, está enterrado cerca de la muralla sur, será muy fácil.

Muy bien, dame el mapa y vamos sl gran salon, tu futuro esposo está impaciente por conocerte, no

te imaginas lo que ha insistido para verte, tu boda será mañana y luego te iras con él, acepto un tratado de paz y comercio entre reinos a cambió de tu mano.

Pues entonces vamos, yo también me muero por conocerlo.