No Te Elegí

Ariel... tú que sabes y entraste en el restaurante...

Eloise... se quedó apoyada en la camioneta vieja con miedo de la reacción de Otávio...

Otávio... regresó, la vio y no dijo nada. Solo preguntó si ella se iba con él o se quedaba.

Eloise... avergonzada, dijo: "Voy contigo...". En el coche, Eloise... yo... eh...

Otávio... ya sabía lo que ella iba a decir, y se anticipó: "¡No pierdas el tiempo intentando explicar lo obvio! Sé que te casaste conmigo por tu padre y por miedo a quedarte en la calle... ¡Sé que nunca voy a sustituir a ese tipo y ni quiero! Hay una gran diferencia entre nosotros... cuando pague mi deuda con el banco de tu padre, podrás ir a ser feliz con quien quieras. No te puedo obligar a que me ames ni me respetes... ¡eso es algo libre y espontáneo! ¡Si no respetas tu matrimonio, respeta el matrimonio de los demás!".

Eloise... se quedó callada y lloró, debido a la humillación y el desprecio de Ariel, a la vergüenza de que su marido la encontrara con otro y por las palabras que Otávio había dicho... Se secó las lágrimas y dijo: "¡Igual voy a ir a la consulta! ¿Ya terminaste las entregas?".

Otávio... "Aún me falta llevarte y ya voy. ¡Nos encontramos en la plaza!".

Eloise... fue al médico, todo estaba bien, con dos meses el vientre todavía no se notaba. Tomó las vitaminas y pidió cita para el mes siguiente. Compró los medicamentos en la farmacia del ambulatorio. Por desgracia, tenía que hacer su control prenatal por el SUS (sistema único de salud), no tenía dinero ni para comprar la medicina, ¡imagínate para pagar un médico particular! Fue hasta la plaza y se sentó. Una inmensa tristeza se apoderó de su corazón. Cerca de donde estaba, se detuvo un Lamborghini rojo y de él salió la esposa de Ariel... alta, delgada y rubia, con un vestido elegante, tacones y un bolso Prada. Entró en un restaurante de lujo que tenía los mejores cafés y comidas. Eloise... se sintió tan mal ante aquella mujer tan poderosa que tenía el amor del hombre que ella amaba...

Otávio... llegó y notó la tristeza en la mirada de Eloise. Miró a la chica que salía y su coche... Miró el suyo y a Eloise. Pensó: "Nunca podré darte esto...". "¿Vamos?".

Eloise... "Sí". Subieron al coche y se fueron. En el camino, Otávio preguntó: "¿Cómo está el bebé?".

Eloise... "¡Está bien! El médico recetó unas vitaminas y me citó para el mes que viene".

Otávio... "¡Qué bueno!".

Al llegar a casa, ya estaba casi anocheciendo. Eloise... entró.

Otávio... fue a descargar el coche.

Eloise... se cambió de ropa y se puso unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes de encaje. Se puso unas sandalias y fue a ayudar a Otávio.

Eloise... "¡Vine a ayudarte!".

Otávio... se sorprendió. "Vamos a coger las últimas bolsas de la compra, después a dar de comer a los animales... si puedes guardar la compra y hacer arroz, ¡te lo agradezco!".

Eloise... fue a la cocina y comenzó a guardar la compra, entre las cosas había una caja de bombones y otra bolsa con ropa y otros artículos personales. Los dejó a un lado y fue a hacer el arroz, y recordó que no sabía hacerlo...