Amar Entre Dos Mundos. 2

Centella en la tierra se sentía ansiosa, estar en este lugar no era de su agrado, todo era muy extraño, las mujeres se vestían con pantalones como si fueran hombres y algunas personas tenían el cabello con colores llamativos, no parecían reales y en sus cuerpos se les podían ver dibujos de todo tamaño y formas marcando su piel. No entendía qué clase de hechicería era esa; pero tampoco tenía tiempo para perder en pequeños detalles. Ella camina por la ciudad y a medida que se acerca al centro parece que las casas se elevaban hasta los cielos y se hacían mucho más grandes, las cajas metálicas son de diferentes formas y tamaño y las personas se trasladan como si fueran carruajes.

⎯ ¡Este lugar es un verdadero infierno!⎯ habla en voz baja.⎯ Pero no importa, pronto esta pesadilla se va a terminar y volveré a brazos de Kreto.

En su mente perversa estaba imaginando cómo acabar con las cuatro vidas restantes y volver lo antes posible al castillo de Kreto, sí su plan funcionó como lo planeó, Cupido a esta hora debe estar muerto y ella va a necesitar la contención y apoyo de sus amigos para superar el dolor.

El estómago de Centella comienza a quejarse, hace varias horas que no prueba un bocado, ni descansa, pero no sabe como hacer para conseguir comida, no vio un solo árbol que le proporcionara fruta fresca. Ella llega a un parque donde hay varios niños jugando entre sí y uno de ellos sostiene comida en su mano. Ella se da cuenta que parece delicioso porque el pequeño no deja de pasar su lengua sobre una especie de crema. Centella se levanta del asiento, se acerca al niño y en un arrebato le quita su alimento de la mano del niño y corre entre los arbustos dejando al pequeño asustado y llorando sin consuelo. Una vez a salvo y lejos de la vista de todos, ella imita la acción del niño, pasa su lengua por la crema y se sorprende, al descubrir que es un dulce, su textura es suave y tiene un delicioso sabor a fresa, pero sumamente helada. En pocos segundos se devoró el helado y una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro.

Las horas fueron pasando y con ella llegó la noche, toda la ciudad se iluminó con velas gigantes que parecen estrellas. Su asombro era cada vez mayor, nada tenía sentido y por loco que parecía extrañaba su casa, estar en un lugar desconocido hace que sus cinco sentidos estén alerta. De repente se encontró en una plaza, se recostó en un asiento y durmió por varias horas, hasta que el frío de la noche se cuela en sus huesos y la despierta tiritando, necesita con urgencia encontrar un refugio. Ella comienza a caminar para entrar en calor, cuando ve que una mujer con un abrigo, camina distraída mirando un artefacto, de repente se detiene y una luz ilumina su rostro. Centella sonríe sin dejar de observar a la muchacha, entonces una idea ronda por su cabeza. Sin hacer ningún ruido se esconde detrás de un árbol, cuando la joven pasa por su lado, se pone detrás de ella y le agarra uno de sus brazos y se lo coloca atrás de su espalda inmovilizando cualquier movimiento, entonces le pide que se saque el saco y la joven obedece al sentir el filo de la navaja sobre su cuello. Centella toma el abrigo y sin piedad pasa el filo de la navaja por la piel de la chica y la sangre brota sin control.

⎯ Muy bien, ya van dos almas y solo faltan tres. ¡Esto es muy fácil, los humanos son unos tontos! Jajaja.

Centella se abriga y comienza a caminar por la ciudad, mientras la joven se desangra en la plaza y con su último aliento pide ayuda; pero es en vano.

Cupido se despierta, mira a todos lados porque siente la presencia de alguien más en su cuarto, entonces descubre a Venus recostada en un sillón, cerca de la puerta, arropada con una manta. Él no quiere que se despierte, se da cuenta que está agotada, entonces con movimientos torpes se levanta con dificultad e intenta ir al baño; pero no logra hacer ni tres pasos, cuando siente que alguien lo sostiene de la cintura.

⎯ No debes caminar sin ayuda, podrías marearte.

⎯ No quería despertarte, te ves cansada.

⎯ Descuida, estoy bien.

⎯ Venus.⎯ él la mira a los ojos y quiere decir tantas cosas que no comprende; pero en un susurro solo puede pronunciar.⎯ Gracias.

⎯ De nada.

Al llegar al baño, lo deja solo, su cercanía la perturba, entonces cierra la puerta y habla detrás de ella.

⎯ Voy a buscar algo para que desayunes, ya regreso. No te muevas del baño.

⎯ No pienso ir a ningún lado.

⎯ Muy bien.

Venus sale de la habitación y corre hasta la cocina, busca entre todas las cosas que puede hacer y se decide por algo fresco, entonces prepara una bandeja con frutas, jugo, pan, tocino y huevos. Cree que con eso será suficiente para que reponga energía. De regreso en la habitación, él está acostado en la cama y ella lo mira con el ceño fruncido.

⎯ Te dije que me esperes en el baño.⎯ lo regaña.

⎯ Aldo vino a ver como estaba y me ayudó a recostarme.⎯ le sonríe.⎯ Ya deja de regañarme y muéstrame que vamos a desayunar.

Ella le acerca la bandeja, en realidad solo pensó en preparar algo para él y se olvidó por completo de ella. Cupido nota que en la bandeja todo es individual y con los cubiertos comienza a partir las cosas. Ella lo mira asombrada y no puede pronunciar ni una palabra cuando él le ofrece un pedazo de pan con tocino.

⎯ Come, tú también necesitas recuperar fuerzas.⎯ le entrega el bocado en la boca.

⎯ No te preocupes por mí. Después desayuno.

⎯ Nada de eso, quiero que desayunemos juntos. Hay suficiente para los dos.

Venus dejo de discutir y aceptaba cada bocado que él le ofrecía, era extraño, sólo estaban compartiendo una comida, pero se sentía tan intimo y tan especial que ella dejo de tener el control de sus mejillas y a cada rato cambiaban de color. Ese gesto para Cupido no pasó desapercibido y le dio mucha ternura, sin embargo guardó silencio.

Durante el día, Venus curó la herida de la cabeza y luego volvió a aplicar las gotas de la poción en el pecho. Cupido estaba sorprendido, no recuerda quién pudo herirlo de esa forma y se siente completamente confundido, su mano no deja de acariciar la marca de la cual brota sangre y Venus no sabe cómo decirle que puede morir y se entristece; pero recuerda que tiene que ser fuerte y ayudar a que recuerde todo.

⎯ ¿En serio no recuerdas nada?

⎯ No.

⎯ Cupido, no sospechas de nadie.

⎯ No.

⎯Todo esto es muy extraño, creo que debemos avisarles a Kreto y Morfeo lo que sucede. Ellos son tus amigos y pueden ayudarte.

⎯ No. Kreto me traicionó, envío a Centella a una trampa.

⎯ Sí ella tiene el alma pura, no debes preocuparte, pasará la prueba y volverá a ti.⎯ comenta tratando de contener la tristeza que siente.

⎯ Eso espero o nunca le perdonaré a Kreto lo que hizo.

Ella se levanta de su asiento y sale de los aposentos de su amado. Ya no puede controlar más las lágrimas que se acumularon en sus ojos y una a una caen por su rostro al llegar al corredor.