Aiden ha reencarnado en un mundo donde quienes dominan son los alfas y quienes son despreciados son los omegas. Ahora él es un pequeño omega obligado a vivir bajo las sombras debido a la familia del alfa que abusó de él y por consecuencia tuvo un hijo de este, quien recibe crueles tratamientos debido a la falta de feromonas de su padre.
Pero ahora, con este nuevo Aiden, todo cambia, moviendo sus piezas a su favor, logra llevarse a su hijo lejos de esa familia y en busca de crear una medicina que pueda salvar a su hijo, se verá en la mira de personas peligrosas que buscan acabar con su medicina experimental, pero recibirá la ayuda de quien menos esperaba, Barett Durov, el padre de su hijo.
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Capítulo 9
El tratamiento era muy agresivo para su cuerpo, al buscar una manera de expulsar las feromonas acumuladas sin tocar la glándula de su cuello, le aplicaron varios medicamentos que parecían inducir al ciclo de calor, solo en ese estado el omega podía expulsar gran cantidad de feromonas.
Pero el estado de Aiden era un caso complicado, solo expulsaba un poco de su feromona, los medicamentos solo lograban quemarlo por dentro, todo parecía consumirse en su interior, solo quería arrancar la glándula de su cuello que era la parte que más dolía.
Era un dolor insoportable, estuvo internado durante tres días, no pudo dormir todo ese tiempo a causa del dolor, y la medicación continuaba a pesar de su mal estado.
Se retorció de dolor en la cama del hospital, sin nadie que lo cuidara, las enfermeras solo venían a verlo por un momento diciendo que todo era normal.
¿Cuánto había sufrido el anterior dueño de ese cuerpo?, ¿por cuánto tiempo?, además, tenía que pasar por todo solo, sin nadie a su lado, sin nadie que pudiera reconfortarlo.
Esos días fueron interminables, llenos de dolor, no deseaba que nadie pasara por lo mismo que él.
Aiden salió de la habitación del hospital llevando consigo el colgante del suero que aún seguía conectado a él cuando se sintió mejor.
Caminó por los pasillos del hospital, esta parecía ser un área solo para omegas, entró a una habitación donde se encontraba tendido sobre la cama otro omega llevando el mismo tratamiento que él.
Aunque se encontraba dormido, su rostro reflejaba el dolor que sentía, Aiden tomó los medicamentos que se encontraban sobre la mesa, los envolvió en un pedazo de tela y los guardó muy bien.
Al momento de recibir su alta, el doctor le recetó varias pastillas, eran muy costosos y no podía comprarlos.
Al salir del hospital, fue recogido por los mismos guardaespaldas, en el mismo auto, antes de partir, el guardaespaldas le pidió la receta y fue a comprar las medicinas.
"¿Es su manera de torturarme?", se preguntó a sí mismo mientras miraba por la ventana del auto.
Si esa mujer pretendía deshacerse de él por haber llevado vergüenza a su familia, lo hubiera dejado morir hace tiempo, pero lo traía a la vida una y otra vez.
Aiden sonrió observando su reflejo a través de la ventana del auto, se veía peor, más delgado y demacrado, se sentía muy débil y su cuerpo dolía con cualquier movimiento fuerte que hacía.
"Está bien, no fue tu culpa, yo me encargaré de todo", dijo repitiéndose varias veces a sí mismo.
Si había un culpable, esos eran esa familia, el alfa que lo atacó y la mujer que lo encerró.
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Por primera vez desde que nació, Isaac fue sosteniendo en brazos de su papá.
Michael no podía dejar de llorar al ver tal conmovedora escena.
En cuanto Aiden llegó a la casa, fue directo a la habitación del bebé, aún sentía malestar al estar cerca de él, pero él era otra persona, solo que este no era su cuerpo, compartía algunas emociones y recuerdos del anterior propietario, sin embargo, él era una persona diferente con sus propios sentimientos e ideales.
El pequeño Isaac lo miró fijamente, no reconocía muy bien a esta persona que lo sostenía, pero sentía una fuerte conexión con él.
Aiden también lo observó con detenimiento, era muy ligero y pequeño para su edad, como siempre estaba en los brazos de Michael, al parecer no era capaz de ponerse de pie por sí mismo, ni podía articular pequeños balbuceos como lo hacía un bebé de su edad.
"Él no está bien, ¿verdad?", preguntó Aiden dirigiéndose a Michael.
Un bebé necesitaba de la feromona de ambos padres desde el momento de la concepción hasta su primer año de vida después de nacer, en los recuerdos que vio, él no lo había hecho y mucho menos su padre alfa.
Michael asintió con las lágrimas cayendo sobre su rostro sin parar.
El tratamiento para este caso como el del pequeño Isaac se realizaba cada mes hasta que cumpliera un año.
"Diez meses, soportó diez meses", dijo Aiden mirando al pequeño Isaac en sus brazos.
Parecía que a nadie le importaba los omegas, el tratamiento que recibió en el hospital fue terrible y doloroso, a nadie le interesaba el dolor por el que estuvo atravesando.
No podía imaginar que tipo de tratamiento llevaría un bebé, pero él no iba a permitir que lo tocaran, tenía que encontrar una forma de resolver el problema de Isaac sin dañarlo, tendría que dejar de lado su condición por ahora y enfocarse en el bebé.
Su fuerte instinto de protegerlo se hizo más fuerte cuando lo tuvo en sus brazos, no sabía si esto era a lo que llamaban instinto paternal o era influenciado por el dueño anterior de su cuerpo, pero algo era seguro, no iba a permitir que nadie tocara a su hijo.
"Solo somos nosotros, solo nosotros, no necesitamos de nadie más, papá te protegerá", dijo abrazando al pequeño Isaac.
Al sentir el calor del abrazo de su papá, Isaac sonrió feliz apoyando su pequeña cabeza en su hombro.
Si había alguien a quien Aiden odiaba en este momento, esa era la familia Durov, Iria Durov, la mujer que lo encerró, y Barett Durov, el alfa que lo atacó.