Dos Locos Emanorados

Lorena

Debía hacer esa pregunta, debo reconocer que soy una mujer insegura y que un hombre como él me estuviera preguntando tal cosa era irreal.

Solo hace unas semanas lo conocía y no había dejado de comportarse como un caballero, siempre atento y cordial conmigo. ¿Será que lo intento? ¿Qué tengo que perder? Mmm mi mente estaba analizando todo. Mi cara estaba Sonrojada pero llena de dudas y anhelando una respuesta positiva de parte de él, algo que me hiciera decidirme por él.

— Claro que lo estoy... como antes no lo había estado. — Ríe divertido luego de mirarme a los ojos y ratificar sus palabras. — Ven acá novia. — Me volvió a besar.

— Todavía no he dicho que si. — Me separo de él, poniendo mis manos en su pecho y empujando ese gran muro de huesos bien tonificado. Luego cruzo mis brazos en mi pecho.

— No me asustes... Además, ya fui tu primer beso y déjame decirte que quiero ser el primero en todo lo demás. — Me sonrojo hasta las orejas por lo decidido y directo que es Daniel, por Dios como puede ser así.

— ¡¡¡Por Dios!! Siempre eres así de directo… — Parece que dije en voz alta mi pensamiento, así que sonreí.

— Sí... No me gusta perder el tiempo. — Me roba un pico.

— Pero, ¿qué carajos haces?... te vas a comer a mi amigaaaa!!! — Entra en escena Alejandra haciendo que me sienta avergonzada por la situación en la que me encuentra. Leo rueda los ojos y me ayuda a levantar.

— Eres una exagerada… — Le dice a su hermana, quien con esos gritos tuvo que haber alarmado a toda la gente del parque.

— Solo digo lo que veo. — y bueno, ¿Alguno de los dos me va a decir que pasa aquí? — Quiero que la tierra me trague, me siento tan pequeña.

— Somos novios. — Responde Leonardo, pone una mano en mi cintura y me pega a su cuerpo. Luego me da un beso en la cabeza.

— Lore, ¿Es cierto? Amiga él es mi hermano, pero no me va a temblar la mano para partirle su madre si te lastima. Si estás segura de esto te apoyo en todo y obvio me pone muy feliz que seas mi cuñada *Emocionada*

— Gracias, amiga. Yo creo que tu hermano se dio cuenta de lo que causa en mí y solo se está aprovechando. — Sonrió apenada y confieso que si quiero esto, es la primera vez que me pasa y aunque tengo miedo, no me lo quiero perder. – Quiero estar con él.

— Pues entonces felicidades a los dos… — Responde ella y nos da un abrazo a los dos.

**********

Leonardo

En un impulso la besé y lo seguí haciendo hasta que me dejó entrar a su boca y se rindió ante mis besos... ¡Es que esta mujer es increíble! Un beso torpe, lento, necesitado ella me estaba siguiendo el paso dejándome marcar el ritmo. Sin duda fue ¡El mejor beso de mi vida! El preciado aire se terminó y al separarnos me sentí tan vacío, luego la vi llorar y juro que eso me rompió el corazón.

Ella es en definitiva una mujer insegura y debo ganarme su confianza y demostrarle que mis sentimientos son genuinos y que estoy dispuesto con ella a todo si ella también lo está por mí. Porque es que todo debe ser mutuo para que funcione y yo quiero que funcione. La buena noticia es que no se negó, la vi dudar y estaba tan nervioso, como si fuera una prueba o estuviera presentando mi primer proyecto.

Pero no, ella aceptó ser mi novia así que señoras y señores el primer paso fue todo un éxito. Tengo una novia tímida, inocente y pura, hasta yo mismo me sorprendo de lo que está mujer provoca en mí, las palabras, el tono de voz... por favor, ¡yo no soy así! ¿Qué es lo que pasa?... con ella mis barreras caen hechas polvo, para un hombre frío y fuerte ante cualquiera que lo conozca a nivel profesional verme aquí declarando mis sentimientos a una chica que conozco hace solo algunas semanas, una chica que me robo hasta la respiración, alguien inusual, me refiero a que no ha tenido una vida de lujo y que no se ve para nada como las chicas a las que estoy acostumbrado a frecuentar, dirán ordinaria o naca, en fin, mi sociedad la discriminaria hasta despellejarla completamente. Cosa que me importa una mierda, lo que yo vi en ella es especial, ella fue hecha para mi y así será porque no soy un hombre que se echa para atrás, ahora mi vida está atada a la de ella y la misión de rescatarla es mi prioridad.

Sonido de celular…

— Es el mío chicas ya vuelvo… — Me alejo a contestar la llamada.

— Amiga lo que te dije hace un rato en serio. No apoyaré que mi hermano se porte mal contigo ya tienes demasiado en casa como para que el troglodita ese se venga a pasar de listo.

— Tranquila... iremos sobre la marcha y si no funciona, pues será una pena, pero si ya no me mataron los problemas con mi familia, ¡creo que puedo con esto! Confieso que desde que lo vi, mis piernas casi fallaron, uno de mis pensamientos fue que era todo un bomboncito y que bomboncito.. Amiga en serio quiero hacer esto. Estaré loca, pero no tengo nada que perder.

— Eres una pilla, no puedo creer que observarás en silencio a mi hermano. Lo de ustedes fue algo así como amor a primera vista. Me encanta. Y por cierto, así se habla. Siempre positiva, hay que estar abiertos a las posibilidades y aunque queramos que todo vaya bien siempre nada nos garantiza que no haya cosas malas en el camino. *Abrazo de chicas* — Desde la distancia las vi reír a carcajadas y eso me dejó un poco tranquilo.

— ¿Puedo unirme? — Les comento al llegar de nuevo con ellas.

Ambas: ¡No! *Riendo*

— Debo irme, ¿las llevo? — Tomo a Lorena de la mano y ella se sonrojó. Sonrió al verla hacer eso cada vez que me acerco.

— Yo me voy desde aquí. No es necesario que me lleven. – ¿Cómo se le ocurre?

— De ninguna manera... ¡¡vamos!! — Con la cara más seria que tenía le hable y ni se inmutó. Más bien asintió. Esto en serio sería interesante.

— Esto va a estar bueno. — Aleja como siempre imprudente río fuerte. — La llevé al auto, le abrí la puerta y se subió. Luego subí y le dije que pusiera su dirección en el GPS, ella lo hizo, pero al estar a unas cuadras me detuvo por lo que de una la miré confundido… — ¿Qué pasa?

— Déjame aquí ya solo faltan unas cuadras… — Arrugó la frente y subo una ceja, luego pregunto.

— No quieres que te vean conmigo... ¿Es eso? — Me molesté, lo último que pasó por mi cabeza fue que tuviera miedo. No es que sea un egocéntrico, pero soy bien parecido, caballero, apuesto y multimillonario. Todo un partido, no debería avergonzarse, si no sentirse orgullosa.

— Nooo. Es solo que no quiero tener problemas en casa por favor déjame aquí. Después te explicó ¿Si? — Me tomó la cara y dio un beso, mágicamente eso me calmo, asentí.

— Está bien. Dame tu teléfono quiero poder llamarte. — Agachó la cabeza avergonzada.

— No tengo. — Abrí los ojos como platos y miré a mi hermana quien solo se encogió de hombros.

— ¿Es broma? — Pregunté asombrado.

— ¡¡Hermano basta!! Tranquila amiga ve a casa nos vemos mañana en la uni yo me encargo de mi hermano. – Miré a Alejandra con una mirada fulminante quiero saber que rayos pasa, es normal que pregunte y que me asombre también.

— ¡¡Yo quiero que ella me explique!! — Dije al fin mirando a Lorena.

— Y lo haré... ¿Mañana si? Ahora debo irme. — Me quedé confundido, pero decidí dejar las cosas así. Le di un beso y la vi marcharse.

— Me vas a decir, ¿qué pasa? — Arranco el auto y le hablo a mi hermana.

— Cálmate, la vas asustar... y déjame en paz. Ella ya dijo que te lo contaría todo mañana… — Sin más remedio, me quedo en silencio. Ya mañana será...