Cira, Princesa Cautiva

Han pasado dos semanas desde que Lord Myeong se casó en Fontana, su esposa, Lady Karoly monta en un magnífico caballo negro, recorre con libertad aquel hermoso valle, respirando el delicado aroma a vainilla de aquel lugar, a lo lejos ve acercarse Myeong despacio, conoce muy bien aquel lugar, el ímpetu de Karoly lo contagia, ha querido ver a Cira, pero el monarca ha prohibido cualquier visita, pero recibió una carta del rey Huai, es la invitación a un baile real, sabe perfectamente cuál es la intención del monarca, espera que su esposa este lista para la actuación de su vida.

- "Te emociona mucho este lugar, desde que nos conocimos me preguntaste que tan cerca vivía del valle de los Halcones", expresó Myeong.

- "Alguien me dijo que acá podría descubrir lo que significa ser amor y odio, paz y guerra, felicidad y melancolía; y debía llegar antes que acabe el año; sé que puede sonar una tontería, pero quería intentarlo", manifestó Karoly, bajando del caballo.

Myeong hizo lo mismo y caminó un rato con ella, estaban solos en aquel lugar.

- "Ya me vas a decir qué es lo que buscas de mí", preguntó Karoly mirando fijamente a su esposo.

- "Siempre he amado a alguien que no debía, y que jamás correspondería a mis sentimientos; sin embargo, no quiero que viva prisionera, quiero darle la libertad de elegir a quien amar. Aunque me ves bien, es un obsequio de una custodia celestial de la naturaleza, pero antes de que acabe el año, moriré. Sin estar casado y sin hijos, mis bienes y todo lo que poseo pasarían a mi primo, el rey. Pero, en cambio, al dejar una viuda, los bienes pasarán a ella hasta que se vuelva a casar, o pasando un año, poder pasarle los bienes a voluntad a cualquier miembro de la familia real", explicó Myeong mirando el horizonte.

- "Quieres que renuncie a los bienes a favor de alguien; ¿la mujer que amas?", preguntó Karoly.

- "Puedes quedarte con lo necesario para vivir una cómoda existencia, pero sin todo esto, él jamás la dejará libre, la reina Krasa dijo que tú eras valiente y...", se apresuró a decir Myeong.

- "Lo haré, me salvaste la vida y las vidas de todas las personas que quiero. La ayudaré, prometo que le daré todo esto", interrumpió Karoly tomando las manos de Myeong, quien podía ver la sinceridad de la mujer que tiene enfrente.

- "Para eso el rey debe creer que en efecto somos un matrimonio consumado, sino buscará mi cabeza por engañarlo y me quitará todo. Nos ha enviado una fiesta la próxima semana, debemos parecer una pareja enamorada, y usará cualquier pretexto para que durmamos en el palacio, por eso intenté ver si eras capaz de intimar, es obvio que lo amas demasiado para lograrlo; nos van a espiar, debemos fingir perfectamente", expresó preocupado Myeong.

- "Tranquilo, nos van a creer, te aseguro que seré una mujer enamorada", dijo Karoly sonriendo, poniendo su cabeza en el hombro de Myeong, "siento que no la puedas amar, cuenta conmigo hasta el último de tus días", continuo diciendo la dama de Fontana; Myeong siente una calidez en el alma, su joven esposa parece transmitir calma.

Llegó el día de la fiesta, Karoly caminaba del brazo de Myeong y le daba miradas tiernas, mientras la presentaba a los nobles del reino; asimismo, cuando conversaban el rey de Belgeun los miraba fijamente, la esposa de su primo era una mujer interesante y muy hermosa, recordó las palabras de su primo cuando le avisó que se casaría, Karoly tenía una belleza que despertaba los sentidos, sin siquiera quererlo.

- "Se te ve feliz, Myeong", manifestó Huai acercándose a ellos, los esposos hicieron una reverencia.

- "Soy un recién casado, Su Majestad, disfruto de las mieles del amor, ahí radica mi felicidad", comentó Myeong.

- "Tienes una esposa muy bonita, si la hubiese conocido antes, la habría tomado de concubina", dijo el rey sin reparo.

- "No lo creo, Su Majestad, nunca soy plato de segunda mesa, a mí me gusta tener toda la atención. Además, mi Myeong es incomparable", manifestó Karoly para luego darle un beso en la mejilla a su esposo.

El rey Hui se incomodó ante la respuesta de la joven mujer, pero sabía perfectamente que venía con especial recomendación de los reyes de Fontana y no le convenía por ahora problemas diplomáticos y solo sonrió.

- "Mañana tendremos ceremonia para los cielos, les pediré que se queden en el palacio, una pareja de recién casados siempre garantizan bendiciones para la cosecha", manifestó Huai.

- "¿Te gustaría quedarte, cariño?", preguntó Myeong.

- "¿Le pides permiso a tu mujer?, inquirió el rey.

- "Vivo por ella, y estaría a sus pies toda la vida", se apresuró a responder Myeong con cariño; él también estaba intentando dar una actuación creíble, aunque sonara un poco cursi.

- "Claro que podemos quedarnos, amor mío", dijo Karoly con actitud coqueta y melosa.

El rey Huai solo se alejó, mientras ellos aparentaban estar muy enamorados; el monarca de Belgeun envidiaba la suerte de su primo, se había casado con una mujer en extremo atractiva, raras de encontrar; como Karoly no sabe controlar el poder seductor de una demonio de fuego, desconoce que puede provocar deseos sin proponérselo, especialmente en hombres que se limitan a ver el físico de una mujer.

Mientras Karoly estaba en la reunión de damas casadas, conversando sobre temas diversos con otras mujeres, y con el rey Huai desaparecido, Lord Myeong aprovechó para averiguar noticias sobre la princesa Cira, pero la versión de todos, es que la princesa había caído enferma, después de su viaje a Fontana, y aunque estaba mejor, le habían ordenado guardar reposo; el primo del rey desconocía que Cira estaba encerrada en una mazmorra, rodeada de unas piedras naranjas, que parecían menguar su poder mágico.

- "Te advertí muchas cosas Cira, y esa era que tú jamás podrás irte de este palacio hasta que yo lo decida. Al parecer, te vieron besando con un hombre en Fontana, y me vas a decir de quién se trata, has condenado a un inocente a la muerte", dijo Huai con mirada asesina.

- "¿Qué es esto Huai?, ¿Con quién te estás aliando Huai?, no te das cuenta de que también puedes perder tus poderes", expresó Cira agarrando los barrotes, que le impedían salir de la prisión y acercarse a su hermano, además, necesitaba respuestas antes de escapar.

Entonces vio acercarse unos extraños sirvientes, que servían algo en una copa, que botaba un vapor caliente; Cira miró con atención, tenían la marca del ejercicio especial de su hermano.

- "Si aprecias a ese hombre, vas a tomar esto Cira, y voy a acompañarte a tu habitación, las ventanas ya están tapiadas y cerraré la puerta con llave; cuando despiertes mañana, no vas a recordar nada de lo que sientes por él. Si te niegas a hacerlo, voy a matar a Lord Myeong y a su linda esposa, están en la fiesta, y qué crees se van a quedar a dormir en la habitación. No tienen poderes mágicos, Cira. Sabes muy bien, de lo que soy capaz, encontraré algo para acusarlo de traición y que no tuve más remedio que asesinarlos", manifestó Huai con ese brillo de maldad en sus ojos.

La terrible amenaza lanzada por el rey de Belgeun, aterra a Cira, ve a su hermano, alinear a su hermano, y a sus soldados sacar sus espadas; Cita bajó la mirada y aceptó tomar la bebida.

Lord Myeong sin sospechar lo que estaba sucediendo con Cita, estaba con su esposa en la recámara que les habían asignado en el palacio, ambos leían unos libros, cuando pudieron percibir que habían personas escuchando tras las puertas.

- "¿Quieres causar un escándalo?", le susurró Karoly a Myeong.

- "¿Qué planeas?", consultó Myeong.

- "La mejor noche de sexo en este palacio", respondió Karoly, Myeong se sorprendió.

Karoly le sonrió y se paró en la cama, empezó a saltar sobre ella, haciendo sonidos que simulaban gemidos extasiados y escandalosos. Myeong primero la miró sorprendido y luego no pudo evitar sonreír.

- "Más, más, más", gritaba Karoly mientras le hacía una señal a Myeong de que la ayudara con la puesta en escena.

Myeong empezó a mover la cama con fuerza y hacer unos gruñidos, los espías se fueron con la férrea convicción de que la pareja de esposos habían tenido una salvaje sesión de sexo, sin sospechar siquiera lo que en verdad había pasado dentro. Al rey Huai le quedó claro, que ese matrimonio era consumado y real, el plan de Lord Myeong estaba saliendo a la perfección, por ese sentido.

La princesa Cira trata débilmente en abrir la puerta, ha hecho un esfuerzo por no quedarse dormida, que su hermano piense que ha ganado le da la seguridad que por ahora Myeong estará bien. Aún confundida, logra encontrar los cristales azules que le dio la reina Krasa, tal vez sea la única salida que tenga, y abre un portal, rogando que la lleve a dónde quiere ir, lo cruza lentamente.

En el condado de Gao, Lord Sinloe está en su Despacho escribiendo la carta que le enviará a la princesa Cira, cuando su corazón le alerta que debe salir al jardín, justo en ese momento ve abrirse el portal y a Cira cruzarlo, corre hacia ella, y logra sostenerla antes de que cayera al suelo.

- "No dejes que te olvide, por favor no dejes que te olvide", súplica Cira, para luego darle un beso a Sinloe, tratando de conjurar un hechizo, pero como si sus mentes estuvieran conectadas, el conde de Gao lo completa.

Ya inconsciente, Sinloe toma a Cira en sus brazos y la lleva a su habitación, la echa en la cama y la cubre de sus poderes mágicos, el poder que hayan usado es muy fuerte, pero Cira lo es más, él debe mantener ese escudo activo hasta que ella despierte, se pregunta quien se atrevió a atacarla, piensa que le hará pagar cara su osadía.