Mi Pequeña Collins

-Es una gran oferta- afirmo Elizabeth llevando la copa de champaña a sus labios.

-Lo sé, solo necesito pensar- Lizet solo tenía cabeza para Cameron y la posibilidad de estar tanto tiempo lejos no era de su agrado.

-Buenos días hermosas damas, ¿puedo acompañarlas? - Lion tomo una de las sillas y se acomodó junto Lizet.

-Por supuesto guapo- dijo Elizabeth.

Todos en la mesa rieron.

-Dime mama ¿porque elegiste este lugar? - Lion observo a su alrededor detallando el lujoso lugar.

-La esposa de Ronald me lo recomendó, quería que este almuerzo familiar sea especial-

- Sí que te luciste- afirmo Lulú- comiendo un bocadillo de la mesa

-Lulú, podrías comportarte y esperar a tu padre-

-Mmm… que…hice- hablo con dificultad tratando de tragar el bocadillo.

-Mamá no ves que es una niña, Lion apretó las mejillas de su hermana y este rodo los ojos.

-Mi princesa ya no es una niña, es una bella mujer- La voz de Antoan se filtró detrás de Lion-

-Amor por fin llegas, ya pedí para todos, siéntate- Elizabeth señalo la silla a su lado-

-Gracias papá. Por fin alguien de esta familia que reconoce que no soy una niña- Lizet miro a su hermano y le saco la lengua- Antoan negó con la cabeza dejando escapar una risa.

-Hey, no digas eso, tu sabes que también apoyo tu crecimiento personal y profesional- aseguro Elizabeth jugando con sus cejas-

-Me perdí de algo- preguntó Lion entrecerrando las cejas-

-Bueno estamos aquí para celebrar una gran oferta- Era más fuerte la emoción que su necesidad de guardar el secreto de su pequeño.

-Mamá- bufo Lizet-

- ¿Qué? En algún momento se enterarán-

-¿Qué sucede, preciosa? Pregunto Antoan, mirando con curiosidad a hermosa hija.

-La agencia Blue, me ofreció la campaña que se publicara en la revista Grazia.

-¡¡Italia!!- Lion casi escupe su bebida-

-Siii- chillo Elizabeth entusiasmada- le ofrecen un contrato de seis meses a un año, todo depende de cómo fluye y los niveles de venta, también la posibilidad de nuevos contratos, ella decidirá si los quiere o no, es genial ¿no?- Los ojos verdes de Elizabeth se notaban más entusiasmados que los de Lizet.

-No, no me parece- Lion hablo molesto y luego giro para ver a la cara a su hermana- Lulú eres demasiado joven, si quieres trabajar los puedes hacer en la empresa.

La idea de trabajar cerca de Cameron era muy tentadora, pero también comenzó amar el modelaje.

-Lion tu hermana tiene derecho a elegir su futuro, sé que no fui muy buen padre contigo y no acompañe tus decisiones, pero tu mejor que los que estamos en esta mesa, sabes lo que significa pelear por un sueño-  Antoan fue firme en sus palabras tampoco para él era fácil ver crecer a su niña, pero debía dejar que tome vuelo-

-Pero papá, ¿Quién la va a cuidar? - Lion se estaba molestando, no comprendía como sus padres podían aceptar dejar ir a Lulú, ya había perdido a una hermana no quería correr el riesgo de perder a otra.

-¡¡Basta! Es que acaso no se dan cuenta que están hablando de mi- Lizet elevo la voz con autoridad.

-Lulú, aun eres joven muñeca, cualquier imbécil podría querer aprovecharse de ti…Lion quiso seguir hablando, pero Lizet apoyo una de sus manos en el hombro de su hermano y lo interrumpió,

-Lion eres mi hermano y te amo, pero la decisión es mía, solo mía y cualquiera que sea, espero de corazón que la respetes.

El joven empresario quiso hablar, pero la comida comenzaba a ser servida en la mesa.

-Bien familia es hora de comer, luego seguiremos charlando. Antoan cambio de tema y la calma volvió a la familia Collins.

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Dos días pasaron, Lizet aun no tenía claro que decidir le quedaban unos días, pero la señora Müller no perdió el tiempo, y envió a la casa diferentes regalos, con tarjetas como “esperamos contar con tu belleza esta temporada. BF”

-Lulú, ¿querida vas a salir? - pregunto Elizabeth acercándose a al comedor.

-Si mamá, Lorna me invito hacer compras, ya sabes cómo es- Lizet tenia puesto un jean blanco y acompañado con una blusa con hombros caídos del mismo tono.

-Esa mujer sí que ama gastar, ¿podrías hacerme un favor cariño? Elizabeth, se sirvió el jugo.

-Si, dime- Lizet se bebió su jugo de naranja y luego de limpiar sus labios se acercó a Elizabeth.

-Necesito que lleves unos documentos a la empresa de tu hermano, es por un nuevo presupuesto y estos días me será imposible verlo.

-Claro, pero… ¿podría ser mañana? - pregunto mientras tomaba de la silla el  blazer.

-Si amor, por supuesto, ahora ve, se te hará tarde.

-By te amo

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-Lorna por Dios, es el vestido numero cincuenta que te pruebas, no son suficientes los que ya tienes- Lizet señalo las siete bolsas que descansaba junto al sofá gris en el que ella esperaba a su amiga.

-Vamos Lizet, debes recordar, los vestidos, las carteras, los zapatos y por supuestos las joyas, nunca son suficientes; las mujeres somos bellezas que debemos ser consentidas, sonrió arrogante. Extendió el vestido rojo a la vendedora- este también cárguelo a la cuenta.

-Claro- dijo la vendedora.

-Bueno muñequita, aun no me has dicho que decidiste, me acompañara a Italia. La modelo paso la tarjeta negra a la vendedora y volvió sus ojos cafés a los de Lizet.

-Aun no me decido- Lizet sonrío a la vendedora y ambas salieron del local.

-¡¡No puedo creer que aún lo pienses!!- grito Lorna.

-Shhh, nos miran – Lizet rio.

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Bebé mira esos zapatos, son hermosos- Nicol parecía una niña comprando todo a su paso.

-Pruébatelos, Cameron dejo escapar un suspiro cuando su novia entro a la tienda para comprar nuevamente.

Tres días pasaron de su vuelta a la ciudad, aquel viaje de negocios inventado fue su manera de huir de esos sentimientos que aún no podía o no quería entender,

Esta salida fue su primer intento de volver a ser el Cameron de antes, ese que no se conmovía por una mujer, ese que se dejaba llevar por una noche de pasión, pero al otro día era uno más de trabajo, ese que se había perdido, la noche del cumpleaños dieciocho de lulú.

Busco a Nicol y trato de borrar esos besos con la rubia que luego insistió en una salida de novios la que poco a poco se transformó en una de compras donde su billetera fue la principal víctima.

En esos días fuera trato de sacarse de la cabeza a Lulú, y erróneamente pensó que lo había echo, el desconectarse por completo lo ayudo a enfocarse en el trabajo, más de una vez se vio tentado a desbloquear ese bendito número, pero recordó a su amigo y decidió que era momento de avanzar, la mejor decisión tal vez sería comprometerse con Nicol, tal vez así frenaría cualquier sentimiento equivoco que cruzo por su corazón.

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Este lugar es precioso, Lizet observo el café desde afuera, el mismo se encontraba en medio del centro comercial,

-Si hace poco lo abrieron, espérame aquí te tengo una sorpresa- dijo Lorna para luego dejarla sola mirando alrededor

Sus ojos se posaron en preciosos cuadros de paisajes expuestos para que la gente pudiera apreciarlos la pasar, camino unos pasos hasta allí y quedo completamente hipnotizada en la imagen de una oruga en transformación, el óleo se deslizaba por la tela con suavidad, los tonos brillantes eran alegres, pero la belleza de algo tan simple transformándose en una criatura tan hermosa la conmovió tontamente.

Sacudió su cabeza riéndose de las emociones que se removieron en ella y volvió sobre sus pies, busco a Lorna, pero la sonrisa que traía se borró al instante, a lo lejos se encontraba Cameron tan perfecto como siempre, una camisa azul arremangada hasta sus codos y pantalones negros era outfits más que perfecto para su cuerpo.

Lizet no dejo verlo, sintió como un nudo se formó en su estómago cuando Nicol se aferró a él dejando un beso tierno que el correspondió acariciando el perfecto rostro con sus nudillos.

Cameron se sintió observado, y por un segundo alejo su mirada de Nicol para encontrase con esas grandes esmeraldas que lo veían perplejas-

“Es preciosa”- trago saliva y se armó de coraje

- Amor si terminaste\, volvamos al departamento- Tomo a Nicol de la cintura y camino alejándose del aquel lugar.

-Cameron hoy sí que estas goloso-Nicol se puso de puntillas y lo beso.