Grace renació como la pobre chica extra que murió injustamente, pero ella no esta dispuesta a morir, por eso, no será como esa extra que murió, cambiará su destino y se vengara de quienes le causaron la muerte.
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capítulo 8- funeral
Pronto se supo sobre la accidental muerte de la Duquesa, el funeral se hizo en la sala principal de la mansión y el cortejo fúnebre fue de lo más hermoso, todos iban, incluyendo las concubinas y sus hijos, a excepción de Rachel, quien se negó a ir, pues esa mujer no era nadie que le importara. Quién más lloraba en ese funeral era Celia, aunque por supuesto no desaprovechaba para abrazar al príncipe en busca de consuelo, por otro lado, Rachel había aprovechado para salir de la mansión e ir a la ciudad, quería comprar un par de hiervas para crear posiciones curativas o para cualquier otro uso, Amy iba con ella, pero pudo notar que las personas la observaban, pues claro, era notorio a que familia pertenece, pero los murmullos eran que, esa niña se paseaba con el elegante vestido, mientras otros estaban asistiendo al funeral de la Duquesa. Rachel lo escuchaba, pero ignoraba los cuchicheos, por ahora solo tenía una misión.
Paso toda la tarde buscando lo que quería, al regresar a la mansión, ya todos estaban de regreso, pero cada uno se había ido a sus alcobas, solo los sirvientes se veían pasando por los pasillos, algunos llevando té o comida, tal parece que hoy nadie cenara en el comedor, Rachel sonríe y enseguida la pide a Amy que le lleve todas su compras en la habitación mientras que le pide a una mujer del servicio que le sirvan la cena en el comedor familiar, por supuesto las sirvientas dudan.
- si quieren acabar como la Duquesa, hagan lo que pido.
Ante esas palabras, las chicas van rápidamente a cumplir las órdenes, aunque una de ellas va con el archiduque para informar la situación; fueron solo unos minutos los que pasaron cuando empezaba a comer y su padre entra al comedor, furioso por verla comer ahí, lleva días mandando a llamarla para asistiera y la niña se negaba, pero ahora que no había nadie y que la Duquesa había muerto, estaba ahí comiendo como si nada.
- vaya descaro el tuyo, para tener diez años, eres...
- mala, cruel...diga lo que quiera señor, pero, no puedo estar triste por la mujer que se alegro de la muerte de mi madre.
- no sabes nada, la Duquesa se porto muy bien con tu madre.
- cuando usted miraba, pero cuando no, esa mujer la trato tan mal como a mi.
Deja su cubierto y se baja de la silla, ver a ese hombre ha arruinado su apetito, así que se apresura para salir de ese sitio pero al caminar a la puerta, el hombre le sostiene del hombro.
- si continuas con esa actitud, solo perderás tus privilegios.
- ¿he tenido alguno? Señor, tengo menos de lo que tienen mis hermanos y nunca le pedí nada, si quiere retirar a mis profesores, hágalo, me las arreglaré sola, como siempre lo he hecho.
Rachel mostró una expresión triste cuando dijo eso último, lo que hizo que su padre retirara su mano y la dejará ir, espera que eso le haga considerar un poco, debería darle las gracias, porque si de verdad quiso su madre, ella le ha hecho justicia por todos los males que le hizo pasar.
Mientras tanto, Celia se la ha pasado pegada al príncipe con la excusa de sentirse sola porque su padre no quedo con ella y su hermano, tan pronto volvió del funeral, se fue a seguir con su trabajo, el príncipe ya ha notado que esa familia es un tanto insensible, por ello debe ser que esa pequeña de diez años, actúa de esa manera desinteresada debido al ambiente en el que vive. Se aparta de Celia y le dice que debe irse, ya que tiene algo importante que atender, por supuesto Celia insiste en que se quede a su lado, pero ni así lo logra, Jasper se va de la sala, en realidad ya deseaba alejarse, es un pena lo que paso, pero no le agrada tener a esa chica pegada a él. Mientras caminaba de regreso a su alcoba vio salir a Rachel, así que la sigue, logrando alcanzarla y sujetar su mano.
- señorita Rachel ¿esta bien? No la vi durante el funeral.
- no fui, nunca iría al funeral de una persona que me hizo daño.
Rachel le aparta la mano.
- comprendo, en una familia numerosa, siempre hay quienes son discriminados.
- así es, pero una cosa es que me ignoren y otra que me hieran. Pero, usted no sabe de eso, su familia siempre ha sido pacífica.
- quizás no sepa por lo que ha pasado, pero la entiendo.
- no, no lo hace, solo, regrese a casa y no me moleste.
Ya no quiere hablar con ese chico, aunque se porte amable, sabe que pasará en el futuro y no piensa dejar que eso suceda.
