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LA ACOMPAÑANTE...

LA ACOMPAÑANTE...

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Venderse para pagar una deuda / Reencuentro / Salvar al hijo enfermo / Amante arrepentido
Popularitas:40.8k
Nilai: 5
nombre de autor: JHOHANNA PEREZ

"¿Qué harías por salvar la vida de tu hijo? Mar Montiel, una madre desesperada, se enfrenta a esta pregunta cuando su hijo necesita un tratamiento costoso. Sin opciones, Mar toma una decisión desesperada: se convierte en la acompañante de un magnate.

Atrapada en un mundo de lujo y mentiras, Mar se enfrenta a sus propios sentimientos y deseos. El padre de su hijo reaparece, y Mar debe luchar contra los prejuicios y la hipocresía de la sociedad para encontrar el amor y la verdad.

Únete a mí en este viaje de emociones intensas, donde la madre más desesperada se convertirá en la mujer más fuerte. Una historia de amor prohibido, intriga y superación que te hará reflexionar sobre la fuerza de la maternidad y el poder del amor."

NovelToon tiene autorización de JHOHANNA PEREZ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Tormenta...

El pequeño Jhosuat, de cinco años, se encontraba en la escuela, jugando en la cancha de fútbol con sus amigos. Su risa infantil llenaba el aire, mezclada con los gritos alegres de los demás niños. De pronto, sintió que el aire le faltaba. Su pequeño pecho comenzó a agitarse, su visión se nubló, y antes de poder pedir ayuda, se desplomó sobre el suelo.

El maestro de deportes, alarmado, corrió hacia él.

—¡Jhosuat! —gritó mientras lo tomaba en brazos—. ¡Llamen a la enfermería, rápido!

La maestra titular de Jhosuat marcó apresuradamente el número de la enfermería. Pocos minutos después, la enfermera del colegio llegó corriendo.

—¿Qué pasó? —preguntó mientras colocaba su estetoscopio sobre el pecho del niño.

—Estaba practicando fútbol en la clase de deportes y de repente se desmayó —respondió el maestro, con el rostro pálido.

La enfermera examinó rápidamente al niño y decidió que debía ser trasladado al hospital más cercano.

Mientras tanto, Mar se encontraba organizando las copas y licores del gastrobar donde trabajaba. La jornada apenas comenzaba y ella tenía mucho trabajo por realizar antes de que las puertas del lugar fueran abiertas a la clientela. De pronto, su teléfono sonó de manera insistente.

—¿Aló? —contestó Mar, sin imaginar lo que estaba por escuchar.

—¡Señora Montiel! —dijo una voz angustiada al otro lado—. Soy la maestra de Jhosuat. Su hijo se desmayó en la clase de deportes y lo llevamos al hospital.

Mar se quedó helada. Sintió que el corazón se le paralizaba. Por un instante, el mundo dejó de girar. Luego, sin pensarlo, se quitó el delantal y salió corriendo hacia la calle.

—¡Por favor, conduzca rápido! —le rogó al taxista mientras subía—. ¡Mi hijo está en el hospital!

El trayecto se le hizo eterno. Las lágrimas caían sin control, y las manos le temblaban sobre su bolso. Rezaba en silencio, con el alma angustiada.

Al llegar al hospital, corrió hacia la sala de emergencias.

—¡Señora Montiel! —dijo la maestra, poniéndose de pie en cuanto la vio—. Jhosuat está con el doctor.

—¿Qué le pasó a mi hijo? —preguntó Mar, jadeando, con los ojos llenos de angustia.

—Estaba practicando fútbol y de repente se desmayó —explicó la maestra—. La enfermera dijo que debíamos traerlo con urgencia.

Mar se dirigió al consultorio donde el doctor la esperaba.

—Señora Montiel —dijo el médico con tono serio—, sospechamos que su hijo tiene una deficiencia coronaria. Lo más probable es que requiera un trasplante.

Las palabras golpearon a Mar como un puñal. Sintió que sus piernas cedían y el aire desaparecía de sus pulmones. Su pequeño, su razón de vivir, estaba en peligro.

—¿Qué debo hacer, doctor? —preguntó con la voz quebrada, sujetándose del escritorio para no caer.

—Haremos todo lo posible —respondió el médico con empatía—. Por ahora, su hijo deberá permanecer internado hasta que confirmemos el diagnóstico.

Entre tanto, en la mansión Lombardi, Fernanda Connors organizaba una cena especial. Las luces suaves, la vajilla de porcelana y los arreglos florales daban un aire elegante y calculado.

Santiago llegó acompañado de su eterna serenidad.

—Buenas noches, Nana —saludó, besando a la mujer que lo había criado—. ¿Dónde está mi madre?

—Buenas noches, mi niño —respondió la nana con ternura—. La señora lo espera en el despacho.

Santiago caminó hasta allí, sin saber que esa noche se enfrentaría a un intento de reconciliación que no deseaba.

—Buenas noches, madre —saludó—. ¿Cómo estás?

—Bien, hijo —respondió su madre con calma—. Como sabes, aprecio mucho a Fernandita. Esta cena es para que hables con ella y aclaren sus diferencias.

Santiago enarco una ceja. Una punzada de enojo le atravesó el pecho.

—¿Esto es una especie de cacería de brujas? —preguntó con ironía—. No hablaré con Fernanda, ni ahora ni después. Ella tomó su decisión, y yo solo respeto lo que eligió.

—Por Dios, Santiago —replicó su madre—. ¿Cómo querías que dejara su trabajo tirado sabiendo que debía pagar una multa millonaria? Deberías entenderlo.

Santiago rió con amargura.

—¿Entenderlo? Madre, si yo fuera inocente de algo y estuviera en juego mi reputación y el amor de la mujer que amo, saldría corriendo a aclararlo. Fernanda sabía que yo habría hecho lo que fuera necesario, pero eligió no hacerlo. Así que no pierdas tu tiempo: no hablaré con ella. Lo de la multa fue solo una estúpida excusa.

Al salir del despacho, la vio. Fernanda lo esperaba al final de la escalera. Llevaba un vestido rosa de seda que abrazaba su cuerpo perfecto, su cabello caía como una cascada oscura sobre los hombros, y sus ojos —grandes y brillantes— lo observaban con una mezcla de nostalgia y deseo. seguía siendo la bella modelo que lo había flechado.

—Santiago... —dijo con voz suave—. Me alegra verte.

Por un instante, Santiago se dejó atrapar por el magnetismo de su belleza, pero enseguida recuperó el control.

—Fernanda —respondió con voz fría—. Pensé que las cosas habían quedado claras entre tú y yo hace cuatro meses.

Ella se acercó con una mirada suplicante.

—Santiago, por favor. Déjame explicarte. Me equivoqué al no venir cuando lo pediste, lo sé. Pero te amo... te amo, y lo siento.

Santiago soltó una risa amarga.

—No me importa lo que sientas, Fernanda. Lo que me importa es que me mentiste. ¿O vas a negarme que tienes una relación con el actor francés?

Fernanda se detuvo, con lágrimas empañando sus ojos.

—Santiago, por favor... no me rechaces. Dame una oportunidad. Fue un error, la distancia me hizo tomar malas decisiones.

Santiago la miró con frialdad, aunque por dentro una parte de él aún dolía.

—¿Ahora le llaman error a acostarse con otro? —dijo con voz dura—. ¿A salir en yates, a pasear los fines de semana, a encerrarse en el apartamento del amante? Si crees que soy imbécil, te informo que no lo soy. Yo habría puesto el mundo a tus pies si me lo hubieras pedido, pero tú decidiste que mi amor no valía nada. Así que ahórrate tus dramas, porque nada me hará cambiar de opinión.

Santiago se dio la vuelta para irse.

—Santiago, por favor... por los años que compartimos... te lo suplico, te prometo que nunca más... —sollozó Fernanda.

—Conmigo no hay más oportunidades, Fernanda, deberías saberlo —dijo sin mirarla—. Lo que hay es un final. Y ese final es ahora.

Santiago se alejó, dejando atrás los sollozos de la mujer que alguna vez fue su todo...

Entre tanto, en el hospital...

Mar acariciaba la cabeza de su pequeño, que yacía en la cama con una mascarilla de oxígeno y los ojos entreabiertos.

—Hola, mi amor... ¿cómo te sientes? —preguntó con voz temblorosa.

—Mami, estoy bien... pero no me gusta este lugar. No quiero estar aquí —dijo Jhosuat, haciendo un tierno puchero.

Mar sonrió entre lágrimas.

—Lo sé, mi amor, pero es necesario. El doctor dijo que deben hacerte unos estudios. Te prometo que todo saldrá bien.

El niño la observó con esos ojitos llenos de inteligencia precoz.

—Mami, dime la verdad... ¿qué dijo el doctor que tengo? Soy un niño grande, puedo soportarlo.

Mar tragó saliva. Su alma se quebró al verlo tan valiente.

—Mi algodón de azúcar... aún no sabemos exactamente qué tienes, pero no te preocupes. Todo estará bien, te lo prometo. Solo debes quedarte unos días más, aunque no te guste, ¿sí? —dijo acariciando su mejilla.

—Está bien, mami... —dijo el pequeño, sonriendo débilmente—. Me portaré bien para salir pronto.

Esa noche, Kayla, su mejor amiga, llegó al hospital para relevar a Mar, pues ella no podía perder su trabajo.

Tres días pasaron entre exámenes, llantos y oraciones. Finalmente, el diagnóstico llegó.

El doctor se acercó a Mar con semblante serio.

—Señora Montiel... no le voy a mentir. La condición de su hijo es grave. Tiene una cardiomiopatía dilatada. Es una enfermedad del corazón que debilita el músculo cardíaco y le impide bombear sangre de forma eficiente. Si no se actúa pronto, puede derivar en una falla cardíaca. Él necesita un trasplante urgente.

Mar sintió que el alma se le escapaba. Las lágrimas brotaron sin control.

—¿Qué debo hacer, doctor? —preguntó con voz desgarrada.

—Además de la lista de espera, puede acudir a fundaciones que ayudan a conseguir donantes —explicó el médico—. Podría contactar a la fundación "Helping Hands Foundation Wilson" Es dirigida por una de las familias más poderosas del país y se dedica a casos como el de su hijo.

—Haré lo que sea necesario —dijo Mar, con determinación en la mirada—. Buscaré esa ayuda, cueste lo que cueste.

—Yo puedo ayudarla a hacer el contacto —añadió el médico—. Pero debe saber que, aunque se consiga el corazón, usted deberá cubrir el cincuenta por ciento del costo total de la cirugía y el tratamiento postoperatorio.

Mar bajó la mirada. Sus manos temblaban. No tenía dinero, ni influencias, pero tenía algo más poderoso: el amor por su hijo.

Y estaba dispuesta a hacer cualquier sacrificio por salvarlo.

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Carmen Palencia
mi escritora que ha pasado con esta hermosa novela que no has vuelto a actualizar estoy ansiosa por qué actualices desde el primer capítulo quedé enganchada con esta hermosa novela
Eli
que paso con la novela mi jhoqna
Yasbely Piña
excelente novela Johanna es una autora con una narración y creatividad maravillosa, éxito y muchas bendiciones
Gina Perez
hasta el momento me a encantado tu novela Jhoana y soy tu súper fans
Carmen Palencia
estoy ansiosa por qué actualicen varios capitulos de esta hermosa novela
Gisela Salinas
Eso pasa cuando escribis varias novelas a la vez, no podes atender a todas! una pena, pero es una falta de respt al lector!
Gabriela Aleman
cada vez se pone mejor ....solo espero que Santiago no se arrepienta de como trataba Mar y también se den la oportunidad de hablar cuando llegue el momento de estar cara a cara y Mar por fin pueda decirle quien es
Marcelina Chamorro Orrego
👏👏👏👏felicitaciones autora gracias, espectacular como todas tus obras, hay Santi como te dice Mar, tu hijo te ama solo falta que descubran, mejor dicho que recapacites un poco tu pasado, bueno la abuela ya se ocupó del ADN, cuando tiene el resultado estalla la bomba 💣 🙌🤗🙏
Anonymous
Siii, cuando será q Santiago se da cuenta q ella es la mamá de su hijo y q todo lo está haciendo por el
Rosalba Perez
Me encanta esta historia quiero leer el final
Carmen Palencia
escritora estoy ansiosa esperando que actualice varios capitulos de esta hermosa novela
PATRICIA MANEIRO
Santiago sintió que ya no era tan mentira lo de la novia ❤️. Ese corazón ya desde hace mucho tenía dueña y se llama Mar Montiel.... o Luna Harrison como más les guste..🤭🤭🤭
Anita Briones
Holi autora me gustaría saber si terminará la novela contigo si ya k tiene tiempo k ko actualiza ,y esta muy buena la trama para k se kede inconclusa x fa actualiza pronto cada una de sus novelas yo se k no es fácil una y ahora 3
Anita Briones
Johana x fa no tardes en publicar las demas novelas me dejaste picada con la Bruja ,Contigo si😭
Stefania Baez
No me acuerdo, pero quien era Massimo?
Nancy Hernandez
eso es Mar no te dejes de esta mujer cita q cree q porque tiene Posición y "clase" pueda venir a humillarte
Kathee Perezz
Maratón
Kathee Perezz
Muy buena novela la felicito
Carolina Veronica
cómo me molesta cuando las madres se creen con el derecho de intervenir en la vida de sus hijos y forzarlos a ver y hablar con una mujer que los engaño vilmente ,el sabrá que hacer por algo es adulto no un niño que necesite que le digan con quién hablar y con quién no
Dorme Morelo
me encanta esta buenísima pero ojalá que ya Santiago se entere que Josué es su hijo
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