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LA ACOMPAÑANTE...

LA ACOMPAÑANTE...

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Venderse para pagar una deuda / Reencuentro / Salvar al hijo enfermo / Amante arrepentido
Popularitas:140.4k
Nilai: 4.9
nombre de autor: JHOHANNA PEREZ

"¿Qué harías por salvar la vida de tu hijo? Mar Montiel, una madre desesperada, se enfrenta a esta pregunta cuando su hijo necesita un tratamiento costoso. Sin opciones, Mar toma una decisión desesperada: se convierte en la acompañante de un magnate.

Atrapada en un mundo de lujo y mentiras, Mar se enfrenta a sus propios sentimientos y deseos. El padre de su hijo reaparece, y Mar debe luchar contra los prejuicios y la hipocresía de la sociedad para encontrar el amor y la verdad.

Únete a mí en este viaje de emociones intensas, donde la madre más desesperada se convertirá en la mujer más fuerte. Una historia de amor prohibido, intriga y superación que te hará reflexionar sobre la fuerza de la maternidad y el poder del amor."

NovelToon tiene autorización de JHOHANNA PEREZ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Tormenta...

El pequeño Jhosuat, de cinco años, se encontraba en la escuela, jugando en la cancha de fútbol con sus amigos. Su risa infantil llenaba el aire, mezclada con los gritos alegres de los demás niños. De pronto, sintió que el aire le faltaba. Su pequeño pecho comenzó a agitarse, su visión se nubló, y antes de poder pedir ayuda, se desplomó sobre el suelo.

El maestro de deportes, alarmado, corrió hacia él.

—¡Jhosuat! —gritó mientras lo tomaba en brazos—. ¡Llamen a la enfermería, rápido!

La maestra titular de Jhosuat marcó apresuradamente el número de la enfermería. Pocos minutos después, la enfermera del colegio llegó corriendo.

—¿Qué pasó? —preguntó mientras colocaba su estetoscopio sobre el pecho del niño.

—Estaba practicando fútbol en la clase de deportes y de repente se desmayó —respondió el maestro, con el rostro pálido.

La enfermera examinó rápidamente al niño y decidió que debía ser trasladado al hospital más cercano.

Mientras tanto, Mar se encontraba organizando las copas y licores del gastrobar donde trabajaba. La jornada apenas comenzaba y ella tenía mucho trabajo por realizar antes de que las puertas del lugar fueran abiertas a la clientela. De pronto, su teléfono sonó de manera insistente.

—¿Aló? —contestó Mar, sin imaginar lo que estaba por escuchar.

—¡Señora Montiel! —dijo una voz angustiada al otro lado—. Soy la maestra de Jhosuat. Su hijo se desmayó en la clase de deportes y lo llevamos al hospital.

Mar se quedó helada. Sintió que el corazón se le paralizaba. Por un instante, el mundo dejó de girar. Luego, sin pensarlo, se quitó el delantal y salió corriendo hacia la calle.

—¡Por favor, conduzca rápido! —le rogó al taxista mientras subía—. ¡Mi hijo está en el hospital!

El trayecto se le hizo eterno. Las lágrimas caían sin control, y las manos le temblaban sobre su bolso. Rezaba en silencio, con el alma angustiada.

Al llegar al hospital, corrió hacia la sala de emergencias.

—¡Señora Montiel! —dijo la maestra, poniéndose de pie en cuanto la vio—. Jhosuat está con el doctor.

—¿Qué le pasó a mi hijo? —preguntó Mar, jadeando, con los ojos llenos de angustia.

—Estaba practicando fútbol y de repente se desmayó —explicó la maestra—. La enfermera dijo que debíamos traerlo con urgencia.

Mar se dirigió al consultorio donde el doctor la esperaba.

—Señora Montiel —dijo el médico con tono serio—, sospechamos que su hijo tiene una deficiencia coronaria. Lo más probable es que requiera un trasplante.

Las palabras golpearon a Mar como un puñal. Sintió que sus piernas cedían y el aire desaparecía de sus pulmones. Su pequeño, su razón de vivir, estaba en peligro.

—¿Qué debo hacer, doctor? —preguntó con la voz quebrada, sujetándose del escritorio para no caer.

—Haremos todo lo posible —respondió el médico con empatía—. Por ahora, su hijo deberá permanecer internado hasta que confirmemos el diagnóstico.

Entre tanto, en la mansión Lombardi, Fernanda Connors organizaba una cena especial. Las luces suaves, la vajilla de porcelana y los arreglos florales daban un aire elegante y calculado.

Santiago llegó acompañado de su eterna serenidad.

—Buenas noches, Nana —saludó, besando a la mujer que lo había criado—. ¿Dónde está mi madre?

—Buenas noches, mi niño —respondió la nana con ternura—. La señora lo espera en el despacho.

Santiago caminó hasta allí, sin saber que esa noche se enfrentaría a un intento de reconciliación que no deseaba.

—Buenas noches, madre —saludó—. ¿Cómo estás?

—Bien, hijo —respondió su madre con calma—. Como sabes, aprecio mucho a Fernandita. Esta cena es para que hables con ella y aclaren sus diferencias.

Santiago enarco una ceja. Una punzada de enojo le atravesó el pecho.

—¿Esto es una especie de cacería de brujas? —preguntó con ironía—. No hablaré con Fernanda, ni ahora ni después. Ella tomó su decisión, y yo solo respeto lo que eligió.

—Por Dios, Santiago —replicó su madre—. ¿Cómo querías que dejara su trabajo tirado sabiendo que debía pagar una multa millonaria? Deberías entenderlo.

Santiago rió con amargura.

—¿Entenderlo? Madre, si yo fuera inocente de algo y estuviera en juego mi reputación y el amor de la mujer que amo, saldría corriendo a aclararlo. Fernanda sabía que yo habría hecho lo que fuera necesario, pero eligió no hacerlo. Así que no pierdas tu tiempo: no hablaré con ella. Lo de la multa fue solo una estúpida excusa.

Al salir del despacho, la vio. Fernanda lo esperaba al final de la escalera. Llevaba un vestido rosa de seda que abrazaba su cuerpo perfecto, su cabello caía como una cascada oscura sobre los hombros, y sus ojos —grandes y brillantes— lo observaban con una mezcla de nostalgia y deseo. seguía siendo la bella modelo que lo había flechado.

—Santiago... —dijo con voz suave—. Me alegra verte.

Por un instante, Santiago se dejó atrapar por el magnetismo de su belleza, pero enseguida recuperó el control.

—Fernanda —respondió con voz fría—. Pensé que las cosas habían quedado claras entre tú y yo hace cuatro meses.

Ella se acercó con una mirada suplicante.

—Santiago, por favor. Déjame explicarte. Me equivoqué al no venir cuando lo pediste, lo sé. Pero te amo... te amo, y lo siento.

Santiago soltó una risa amarga.

—No me importa lo que sientas, Fernanda. Lo que me importa es que me mentiste. ¿O vas a negarme que tienes una relación con el actor francés?

Fernanda se detuvo, con lágrimas empañando sus ojos.

—Santiago, por favor... no me rechaces. Dame una oportunidad. Fue un error, la distancia me hizo tomar malas decisiones.

Santiago la miró con frialdad, aunque por dentro una parte de él aún dolía.

—¿Ahora le llaman error a acostarse con otro? —dijo con voz dura—. ¿A salir en yates, a pasear los fines de semana, a encerrarse en el apartamento del amante? Si crees que soy imbécil, te informo que no lo soy. Yo habría puesto el mundo a tus pies si me lo hubieras pedido, pero tú decidiste que mi amor no valía nada. Así que ahórrate tus dramas, porque nada me hará cambiar de opinión.

Santiago se dio la vuelta para irse.

—Santiago, por favor... por los años que compartimos... te lo suplico, te prometo que nunca más... —sollozó Fernanda.

—Conmigo no hay más oportunidades, Fernanda, deberías saberlo —dijo sin mirarla—. Lo que hay es un final. Y ese final es ahora.

Santiago se alejó, dejando atrás los sollozos de la mujer que alguna vez fue su todo...

Entre tanto, en el hospital...

Mar acariciaba la cabeza de su pequeño, que yacía en la cama con una mascarilla de oxígeno y los ojos entreabiertos.

—Hola, mi amor... ¿cómo te sientes? —preguntó con voz temblorosa.

—Mami, estoy bien... pero no me gusta este lugar. No quiero estar aquí —dijo Jhosuat, haciendo un tierno puchero.

Mar sonrió entre lágrimas.

—Lo sé, mi amor, pero es necesario. El doctor dijo que deben hacerte unos estudios. Te prometo que todo saldrá bien.

El niño la observó con esos ojitos llenos de inteligencia precoz.

—Mami, dime la verdad... ¿qué dijo el doctor que tengo? Soy un niño grande, puedo soportarlo.

Mar tragó saliva. Su alma se quebró al verlo tan valiente.

—Mi algodón de azúcar... aún no sabemos exactamente qué tienes, pero no te preocupes. Todo estará bien, te lo prometo. Solo debes quedarte unos días más, aunque no te guste, ¿sí? —dijo acariciando su mejilla.

—Está bien, mami... —dijo el pequeño, sonriendo débilmente—. Me portaré bien para salir pronto.

Esa noche, Kayla, su mejor amiga, llegó al hospital para relevar a Mar, pues ella no podía perder su trabajo.

Tres días pasaron entre exámenes, llantos y oraciones. Finalmente, el diagnóstico llegó.

El doctor se acercó a Mar con semblante serio.

—Señora Montiel... no le voy a mentir. La condición de su hijo es grave. Tiene una cardiomiopatía dilatada. Es una enfermedad del corazón que debilita el músculo cardíaco y le impide bombear sangre de forma eficiente. Si no se actúa pronto, puede derivar en una falla cardíaca. Él necesita un trasplante urgente.

Mar sintió que el alma se le escapaba. Las lágrimas brotaron sin control.

—¿Qué debo hacer, doctor? —preguntó con voz desgarrada.

—Además de la lista de espera, puede acudir a fundaciones que ayudan a conseguir donantes —explicó el médico—. Podría contactar a la fundación "Helping Hands Foundation Wilson" Es dirigida por una de las familias más poderosas del país y se dedica a casos como el de su hijo.

—Haré lo que sea necesario —dijo Mar, con determinación en la mirada—. Buscaré esa ayuda, cueste lo que cueste.

—Yo puedo ayudarla a hacer el contacto —añadió el médico—. Pero debe saber que, aunque se consiga el corazón, usted deberá cubrir el cincuenta por ciento del costo total de la cirugía y el tratamiento postoperatorio.

Mar bajó la mirada. Sus manos temblaban. No tenía dinero, ni influencias, pero tenía algo más poderoso: el amor por su hijo.

Y estaba dispuesta a hacer cualquier sacrificio por salvarlo.

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Ana Elena Jiménez
jum nanita se pasa con ella así que puedes darle sus buenos sartenazos
Ana Elena Jiménez
jajajaja jajajajajaja eso es histórico
Carmen Palencia
te felicito por excelente novela está novela me tiene atrapada por qué es muy hermosa por favor denos más capitulos seguidos que estoy ansiosa de seguir leyendo más de esta hermosa novela
Rafaela Fernandez
No tarde en actualizar por favor 🙏.
Gracias 🌹!!!
Rafaela Fernandez
Elizabeth como te vas a arrepentir de lo que acabas de hacer ella es madre de tú adorado nieto y tanto defende a Fernandita que es una zorra 🤷 y también querida tú hijo ya es grande para elegir con quien esta.
Yohanni
me encantó ésa última frase por estúpido siempre la caga es Santi
Anonymous
Hay Elizabeth es muy horrible, súper
Clasista
Yolimar Pop
Autora estás muy perdida 😭😭😭😭 quiero seguir leyendo tus historias q son muy buenas por favor por favor
Yasbely Piña
por favor mi querida Johanna,nos tienes ansiosas 🤭
Anonymous
No
XIOMARA CHAURIO
Hola Johanna esperando capitulos nuevos 😭🥰
Mary Mejía
que pena que Santiago no se acuerde de Mar😭😭😭 eran más jóvenes creo que se enamoraron pero el la olvidot
Yolima Leon
no soy mucho de comentar pero porqué no completan la novela no nos deje9n así 😭
Hector ricardo Appiolaza
☺️
Hector ricardo Appiolaza
te e nseña qué es cierto que los caminos de la vida se cruzan siempre por ello hay que saber esperar los tiempos del señor son perfectos.
Mary Mejía
Santiago ese pequeño es tu hijo tiene que salvarlo que se encuentre Santiago con Mar
Haydee Neyra
exelente mas capitulos por favor???/Drool//Drool//Drool//Drool/
Martha Alvarado
no entiendo porque tiene que repetir todo el capítulo es que no tienen mucha imaginación para desarrollar la novela
Arcelia Medina jaime
más capítulos 😭😭 no tardes mucho en subirlos 😱😱
Arcelia Medina jaime
viejo 😡😡😡😭 desgraciado le va hacer la vida imposible a mar con que no conosca 🐍🐍🐍 ala Fernanda porque se va a unir para destruiirla😭😭
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