Hecha A Mi Medida

Cuando llegamos a su departamento, descendimos del auto y en el ascensor nos besamos y acariciamos, entrando al departamento me tomo delicadamente por la cintura y me llevó a conocer cada rincón de su hogar, terminando por su habitación. Ya en ella nos comenzamos a besar, el me acariciaba con mucha ternura, nunca me habían tratado así, y con calma pero mucho deseo, recorrió todo mi cuerpo, yo estaba extasiada, sintiendo arder mi sangre y a punto de gritarle qué me penetrara, pero decidí esperar y disfrutar de sus caricias sin pensar en nada más, de repente se arrodilló y levanto la minifalda qué traía puesta, hizo a un lado mi tanga dejando expuesta mi zona privada y comenzó a lamer y succionar con una maestría que me hizo tener el mejor orgasmo de mi vida, cuando recobre el aliento se separó un poco y comenzó a desvestirme suavemente, acariciando cada zona que iba dejando desnuda, mientras sus besos eran más y más demandantes, su lengua recorrió mi boca sin contemplación es y yo estaba nuevamente a punto de estallar, cuando lo notó se separó bruscamente para quitarse la ropa y yo me retorci como para que se diera cuenta de que quería más y se apresurara, pero no lo hizo, se tomó su tiempo y cuando se acercó de nuevo me dijo, si quieres algo lo tienes que pedir, yo me incorpore un poco y le suplique con una voz tan sexy como pude, por favor Gael, hazme tuya, penetrarme, dame placer y haz lo que quieras conmigo, que no vez como me tienes ardiendo? Parecía que exactamente eso quería escuchar, porque me embistio como un toro de lidia, acarició mis senos con fuerza y yo gemia mientras le murmuraba al oído como me gustaba y que quería más, terminamos juntos y me abrazó un rato susurrandome cuanto le gustaba, yo también me porte muy cachonda y le decía como me encantaba todo lo que me hacía, nos encendimos de, nuevo pero esta, vez Gael me alzó en sus brazos y me acomodó en su miembro muestras me subía y bajaba para penetrarme completamente, mis piernas al rededor de su cintura temblaban con cada estocada, y tuve un orgasmo espectacular, temble y gemí en sus brazos, como el no había terminado me deposito en la cama y me volteó, me puse a, gatas y me penetro tan duro que pensé que no podría más, pero estaba tan exitada que le pedí a gritos que me mojara toda, así que cuando terminó lo hizo en mi espalda y mi trasero. Fue genial. Nunca lo había hecho asi, era una de mis fantasías pero nunca me atreví a pedírselo a Martín. No se que hice bien en la otra vida que recibo como recompensa a este sexy bombón dispuesto a complacerá todos mis deseos eroticos. Me hubiera gustado seguir gozando de este adonis un poco más pero me quedé profundamente dormida.

Narra Gael.

Tengo a Perla donde y como quería, esta en mis brazos, en mi cama y dormida después de un sexo genial. Cada vez me convenzo más de que ella es la indicada, cualquier trauma o inseguridad que Sara me hizo tener al solo estar con Perlita se me olvida, me encanta la, manera en como me pide que la complazca, y ver que realmente disfruta todo lo que le hago, me enciende y me hace feliz. No es como antes, que me sentía un pervertido abusador, me siento deseado y aceptado por esta hermosa niña, No quiero espantar la, pero tampoco quiero que se me escape, ya no puedo estar sin ella, si me vuelve a rechazar no se que voy a hacer. Pero hoy voy a dormir con ella, en mis brazos y en mi corazón.

Desperté y vi a mi hermosa mujer, porque es mía, los dos desnudos y entrelazados como si nos conociéramos de toda la vida, bueno tal vez nos conocemos de otra vida. Me levante tratando de no despertarla y fui al baño, me duche rápido y salí con una bata para no espantarla. Ella abrió sus hermosos ojos verdes y me saludo con una sonrisa pícara, por que no me esperaste para ducharnos juntos? Me pregunto, y sin más me encendió completamente, me acerque a riéndome la bata para sentir su cuerpo desnudos y me sorprendió sentándose al borde de la cama y tomando mi miembro en su boca, esta niña me tiene al borde de la locura, estaba tan ardiente qué no pude aguantar mucho y me separé para penetrarla mientras ella gemia y me pedía más, llegamos al clímax y entonces si nos duchamos juntos, tuve que controlarme para no poseerla también ahí, pero esta pequeña demonio me tentó restregando su cuerpo contra el mio y ni modo, terminé haciéndola mía nuevamente.

La invité a almorzar, ya que era muy tarde, tenía que poner las cosas en claro.