LA ESPOSA DE LA BESTIA.

Darrell logró encontrar un sitio más cómodo, pero insistió en ver a Aleksander, pues no piensa permitir que este le niegue la estadía en el castillo. Ciel permitió que lo dejarán pasar llevándolo a una sala privada, aunque Kael y Cian estarían presentes, para evitar malos entendidos. Al llegar Ciel a la sala, Darrell se sorprendió de verla a ella acompañada de ambos caballeros.

— saludos alteza, su excelencia esta fuera, pero estoy al tanto de todo.— explica Ciel mientras toma asiento.

Darrell sonríe ladino al verla, ya que lo ve como una gran oportunidad, aunque era molesto tener a los dos caballeros de pie en la puerta.

— esta bien, no me molesta ser recibido por una dama tan hermosa, no se como Aleksander puede dejarla sola.— comenta con un tono coqueto.

— su excelencia tiene sus deberes, es un hombre responsable y me encanta que lo sea.— deja salir un leve suspiro.

Frunce los labios.— claro. Bueno señorita Levallois, he venido aquí por orden del rey, para observar lo que el gran Duque y mi hermano hacen y es necesario mi estadía en este castillo.

— por supuesto, supongo que su majestad le ha entregado un documento donde solicita que le demos hospedaje.— sonríe.— si es tan amable de mostrármelo mandaré a preparar la residencia de invitados.

Darrell se sobresalta al escuchar lo que Ciel le pide, había creído que ella pediría algo así y le daría el permiso de entrar al palacio con su gente. Ciel lo observa manteniendo una sonrisa amable, seguramente él cree que ella es tan tonta como Avery, pero, esta muy lejos de la realidad.

— mi padre no me dijo que necesitaba algo así, pero la señorita no pensará que miento, ¿verdad?, soy el príncipe de Khalix.— responde con calma.

— no pienso que mienta, pero dejarlo pasar sin dicho documento, sería verme en problemas con mi esposo.— pone una expresión de tristeza.— y no quiero que él piense que no puedo con el cargo de gran Duquesa.

— e-entiendo, pero el lugar donde me estoy quedando no es adecuado y menos en este invierno. Puede dejarme pasar, yo hablaré con Aleksander para que no se enoje con usted.— trata de mantener la calma hablando con amabilidad.

— entonces hable con él, llegará en al anochecer, puede regresar en ese momento.— responde.

— Duquesa, por favor, estoy seguro que Aleksander no se enojara con usted, yo creo que se enojaría más si no me deja pasar siendo una orden del rey.— presiona.

— lo lamento alteza, no me es posible dejarle pasar, por favor, regrese más tarde para hablar con mi esposo.—

Ciel llama a un mayordomo para que escolte a Darrell a la salida, este acepta retirarse, pero estaba bastante molesto, si tan solo hubiera sabido antes que esa mujer sería la esposa de Aleksander, la tendría ahora en la palma de su mano, tal y como hizo con Avery. Pero no esta dispuesto a rendirse, de alguna manera debe ingresar al castillo y estar cerca de Dylan y Aleksander.

Ciel se regresa a la biblioteca, sabe que Darrell no se piensa rendir, así que deben de encontrar una forma de deshacerse de él. Si lo piensa mejor, quizás tenerlo en el castillo sea ventajoso, hasta podrían acusarlo de intentar envenenar a Aleksander o a Dylan. Tendrá que hablar con Aleksander al respecto antes de tomar una decisión.

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Más tarde Aleksander había regresado y tras darse un baño bajo en busca de su esposa. Ciel estaba en el jardín, aunque la nieve había cubierto todo, ella decidió salir a caminar, para que su cuerpo se acostumbre a ese clima, aunque el mayordomo le había sugerido salir con un paraguas, para que su ropa no humedezca con las ligeras gotitas de neblina que suele caer durante la tarde.

Aleksander la vio caminando tranquilamente, y claro Kael y Cian la vigilan desde el pasillo. Estos al ver al Duque le hacen saber que Darrell fue recibido por Ciel en la mañana, aunque ella no le dio el permiso de entrar al palacio.

— ella supo como manejar al segundon ese.— comenta Cian.

— el idiota no supo ni que más inventarse para persuadirla.— ríe Kael.

— parece que ella les agrada.—

Para Aleksander era bueno que la prometida anterior haya sido cambiada, pues por lo que vio, la hermana mayor ya estaba en manos de Darrell y habría sido un problema. Aleksander camina hacía Ciel quien al verlo hace una leve reverencia, dándole la bienvenida, aunque Aleksander rápidamente la toma de la cintura y se inclina para darle un apasionante beso tras quitarse la máscara. Ciel se sobresalta ante esto, pero no tarda en corresponder el beso, aunque, apenas se esta acostumbrando a lo impulsivo que es el gran Duque.

Ciel sentía la leng*a de este presionar contra la suya, el beso se estaba volviendo más intenso y al parecer a Aleksander no le importaba que les vieran. Ella se aparta dejando salir un suspiro.

— creo que debería dejar lo demás para la alcoba, excelencia.— sonríe ladina.

— es difícil esperar, si por mi fuera, lo haría aquí mismo.— respondió con total descaro.

Ciel le da un golpe en el pecho para después apartarlo, ese hombre era un sinvergüenza y le gustaba, aunque eso no lo tiene porque saber él. Ambos caminan hacía el pasillo, mientras Ciel le comenta de la visita de Darrell y que, si antes dijo que no deben dejarlo entrar al palacio, ahora ella cree que deberían dejarlo quedarse, porque será más fácil mantenerlo vigilado de ese modo y quizás puedan ponerle una trampa, para eliminarlo de una vez.

— me gusta como piensas, cariño. Eliminarlo, me fascina esa palabra.— sonríe dejando ver sus caninos.

Esa sonrisa maliciosa, para Ciel era fascinante, ya que sabe perfectamente que ese hombre disfruta las batallas y eliminar a sus enemigos, tal y como era descrito en la historia que leyó, por algo le iba bien el apodo, aunque claro, esa no era la única razón y ella lo sabía perfectamente, su esposo, era en verdad una bestia, un lobo de sombras, y no era cualquier lobo de sombras, era el alfa, por lo cual tenía a su servicio una legión de sombras dispuestas a matar y hacer lo que sea por su amo.

— daré la orden para que lo dejen instalarse en la residencia de invitados. Aunque ha Dylan no le hará gracia.— se encoge de hombros.

— es cuestión de decirle el plan. Además creo que a su alteza también le urge deshacerse de él porque tiene una obsesión por la señorita Ramont.— responde Ciel.

— veo que estas bien informada, desde que Dylan conoció a la señorita Lilianna, Darrell se encapricho con ella. Él quiere todo lo que su hermano tiene.—

— que lamentable, su madre solo crío a un hijo lleno de envidia, la reina aprenderá que debió conformarse con lo que ya tiene.— Ciel deja ver una sonrisa maliciosa.

La reina es la cabecilla en toda esa trama de traición, así que tendrá que enseñarle a esa mujer que, no debió desear lo que no es suyo, en nombre de la verdadera Ciel, destruirá a esa mujer y al segundo príncipe, por haberle hecho daño a una familia inocente.

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