Una pareja misteriosa, ambos no saben nada del otro, solo se ven por temporadas para estar juntos, ella entrena con la Fuerza elite de la emperatriz de Thaslis, el entrena con los caballeros del Ducado del Oeste de Terán, podrán ellos estar juntos, o se tendrán que separar.
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Principe heredero
Diana ha dispuesto todo para que los ducados conozcan a Edward, sobre todo para el ritual de la espada.
Los he reunido a todos porque quiero que conozcan a alguien, algunos ya lo han visto estas semanas en el palacio.
Dina hace que abran las puertas y Edward entra con sus caballeros y su escudo en la capa.
Los nobles de más alto rango lo reconocen y saben quién es las pinturas de la familia real lo delata.
Aun así hay algo que falta, el ritual consiste en que la sacerdotisa pone la sangre contenida en la espada en una copa y también una muestra de Edward, para esto los emperadores de Thaslis están presentes, incluyendo los barones, quienes están orgullosos de Edward.
-El es Edward de Tera legítimo heredero al trono, en esta espada está la sangre de su padre ahora se hará el ritual -Decía la sacerdotisa -
Ella dice un hechizo y puede liberar la piedra roja, deposita la sangre en la copa y Edward con una daga deposita la suya, una luz blanca les revela a todos que es hijo de su padre, la sacerdotisa con otra piedra sagrada pone sangre de Edward y la pone en la espalda.
-Majestad se ha comprometido que es el príncipe, está espada le pertenece y su sangre se ha depositado en ella.
La sacerdotisa pone la espada en sus manos, el rubí en ella brilla intensamente demostrando que está con su verdadero dueño.
Diana jamás uso ninguna de las dos espadas, ni siquiera el de la reina, esas espadas solo las usan los herederos.
-Y la espada de la reina?
-Esa se queda ahí, solo se le dará a su esposa, una vez que estén casados.
-Entiendo.
Edward se pone de pie y todos los nobles se arrodillan ante él
-Larga vida al principio heredero!!
-Larga vida al verdadero Rey!
El corazón de Edward late muy rápido está nervioso, más al ver a Lisa entrar con la elegancia que la caracteriza, lleva en sus manos una pequeña corona, Luciel se levanta del trono y la toma entre sus manos.
-Yo Luciel de Thaslis, Rey de Terán, te coronó a ti, Edward de Terán, legítimo heredero al trono, principe heredero, por la gracia de Dios y de su pueblo, para que lleves con honor el título, crezcas con sabiduría y respeto ante él pueblo, aprendas a ser un buen rey, para así llegado el momento seas coronado rey.
-Yo Edward juro llevar con honor mi título, honrare la memoria de mi padre y mi madre, mi deber es ser un buen rey y que Teran este seguro dentro de sus fronteras.
Diana se levantó del trono para agradecerle a todos por asistir.
-Se realizará un baile para celebrar, se les mandará la invitación a sus casas, pueden retirarse a excepción de los cuatro ducados.
Todos se levantan de su lugar y salen, que el príncipe esté aquí es un buen momento para que se presenten, Pero los guardias hacen que todos salgan, muchos nobles se molestan, tendrían que esperar al baile.
En la sala solo se quedan los representantes de los cuatro ducados entre ellos sale un niño de la edad de Edward y va con Diana.
-Hermana! Me da gusto verte.
-Joseph, no te vi.
-Llegamos en la madrugada, mi madre se sentía mal y no podíamos salir.
-lo siento, pero se pondrá mejor no te preocupes.
-Gracias -Joseph volteó a ver a Edward, sobre todo a Lisa de quién no tiene buenos recuerdos-.
No pensé que los príncipes llegaran.
-Son hermanos de Luciel, ellos vinieron a conocer a mi hijo, te lo presento luego ahora vamos, debes conocer a Edward.
Lisa sale junto con su familia, los duques deben estar a solas
Diana lleva de la mano a Joseph quien está nervioso.
-Edward, ven un momento, él es mi hermano, Joseph heredero del Ducado del Oeste
-Majestad -Joseph hace su reverencia- Me da gusto conocerte.
Diana ve con alegría que su hermano, no guarda rencor, espera que todo siga así, algunos nobles lo siguen apoyando.
-Gracias Joseph, espero que nos llevemos bien.
-Así será majestad.
Ambos niños conversan un rato, los Cuatro duques están reunidos entre ellos el gran duque del norte.
-Mi Reina, que la princesa de Thaslis entrara con la corona es casualidad?
-No, Lisa es la candidata a Reina, ella es una princesa y una alianza de sangre es más importante que nada.
-La princesa está de acuerdo, les recuerdo que es mi hermana - Decía William -
-Eso solo el tiempo lo dirá hermano -le contesta Luciel- Pero así como la Reina dice, Lisa es la candidata más viable. **No podemos dejar que los nobles empiecen a pelear porque sus hijas son candidatas, usaremos un poco a Lisa, espero que mi madre no se moleste**
-Bien, la reina tiene razón una alianza de sangre es más importante, sobre todo con Thaslis, ya es hora que la paz sea una realidad -Dice Andrew, representante del ducado del Este-.
Diana veía al duque del norte un poco pensativo.
-Pasa algo Duque Alexander?
-No, bueno estoy más tranquilo, ninguna de mis hijas desea un matrimonio arreglado, una de ellas quien sería la prometida de Edward, está con la esposa del duque Andrew, quiso llevar un entrenamiento y acepté.
-Eso es bueno, duque Lisa y Edward siguen siendo niños, eso se hablará dentro de algunos años.
Los Duques conocen a Edward uno a uno, y la reunión está terminada.
-Duque pasa algo?
-Majestad me concedería unos minutos en su despacho.
-Bien vamos
Diana va con el duque del norte, al llegar ordena que el té sea servido.
-Dime, que sucede.
-Es Lemira, majestad ella es hija del segundo principe, majestad... Hay manera de limpiar su nombre, el era una persona amable y bondadoso, mi reina, no merece seguir como un traidor, Lemira merece tener su apellido, merece su vida de vuelta.
-La has adoptado, no está feliz así, Alexander, no hay pruebas sólidas, mi padre planeo eso por años, todo está en contra del Segundo príncipe.
-Si usted...
-Si se sabe, entonces yo y Joseph estaremos condenados, yo puedo ir a Thaslis y jamás podrían tocarme, pero Joseph, el es el próximo duque, no podemos perder un ducado
-Majestad, Lemira recuerda esa noche, recuerda y eso ha hecho que ella sea un poco retraída, muy fría y seria
-Mi esposa ha intentado acercarse a ella pero es imposible, ella se resiste a creer que su padre fue un traidor, entiende que si se sabe de su existencia puede ser condenada.
-Como tu hija puede tener otra vida.
-Usted puede hablar con ella?
-La has traído?
-Si, está en mi palacio.
Muy lejos de lo que piensa el duque, Lemira está en el bosque, estar en el castillo le trae malos recuerdos.
-Que hago aquí, no debí venir, quiero salir corriendo.

-Eres hija de algún noble, en el bosque no estés con vestido o te puedes caer, -Le decía Hunter que estaba arriba de un árbol -.
-Tú quien eres?
-Yo?
Hunter de un brinco llega a ella quien solo abre los ojos por la sorpresa, aun así no deja de verlo feo, pero verle el cabello blanco le recuerda que su padre le dijo que el rey tenía el cabello blanco y tenía hermanos
-Soy Hunter de Thaslis, y tú?
-Majestad! Perdóneme no fue mi intención gritarle, soy Lemira, hija del duque del Norte.