Diana es una chica de solo 20 años que, se ve comprometida con el que tiempo atrás fuera su novio, sin embargo ella se niega a casarse por que el es un mujeriego qué siempre le fue infiel durante su relación y es por eso que ella decidió terminar la relación. Sin embargo su padre debe una cuantiosa suma de dinero a causa de un negocio que salió mal y el se ve en la necesidad de comprometer a su hija con Roberto su ex novio a cambio de él pagar la deuda. Diana esta tan decepcionada y molesta que se va a un bar a beber y allí se encuentra con Mateo quien cambiara su vida por completo.
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Capítulo 24
Diana bajo sin hacer ruido, solo con la luz del celular, se sirvió un baso con agua y bebió hasta que sació su sed, ella puso el vaso en el fregador para subir nuevamente a la recámara.
Nunca imagino que al dar la vuelta se toparía con una figura alta y delgada frente a ella, Diana quiso gritar por la impresión, pero el hombre fue más hábil y rápidamente le tapo la boca evitando qué pudiera emitir cualquier sonido.
Diana forcejeó con el para que la soltara, pero le fue imposible pues el era fuerte, finalmente Diana lo reconoció al ver que era Leandro dejo de luchar, esperando qué la soltara y le dijera que carajos asía allí.
Leandro la soltó, Diana se sentía nerviosa, por las diferencias que había tenido con el.
Pero trato de mantener la calma, pues no quería armar un escándalo.
- ¿Qué haces aquí Leandro, es de madrugada no deberías estar durmiendo?.
Él solo la miraba recorriendo cada centimetro de su cuerpo y después de un momento le dijo
- Mejor dime tú que haces a estas horas deambulando por la casa, no deberías estar acostada enredada en los brazos de Mateo.
Leandro sonriendo burlonamente, dijo supongo que Mateo no es lo suficientemente bueno para ti, ya que él es de gustos exóticos.
Diana que estaba aturdida, lo escuchaba, pensando en volver rápidamente ala recámara y alejarse de él...
Pero al escuchar como insultaba a Mateo Diana sintió qué la sangre le hervía y sin pensarlo dos veces le acomodó tremenda cachetada, mientras le decía eres un idiota ya quisieras ser la mitad del hombre que es Mateo.
Leandro se masajeó la mejilla, mirando a Diana con una furia qué crecía cada vez más.
Diana se asustó y quiso huir, pero Leandro la inmovilizó, pegándola a la pared, se le acercó y le dijo déjame demostrarte lo que es un verdadero hombre y no un payaso como Mateo.
Diana sentía el resuello con aliento a licor cada vez más cerca de ella, lo que hizo que el corazón se acelerará tenía mucho miedo de lo que le pudiera hacer.
- Suéltame idiota ni se te ocurra tocarme o gritaré para que todos se enteren qué eres un bastardo.
- Ja, ja, ja, no te atrevas a gritar, o diré que tú fuiste la que viniste a seducirme, les diré que eres una zorra ofrecida. Y créeme que me van a creer a mí y conociendo a Mateo querrá echarte de inmediato de su vida, es un idiota prepotente y orgulloso qué no tolera las traiciones, ja es un idiota que se cree superior o todos y aun así, su novia lo traicionó.
Diana estaba realmente asustada, pues aunque pensó en gritar y pedir ayuda, no pudo hacerlo. Leandro tenía razón el era parte de la familia y ella tenía muy poco tiempo con Mateo y ni siquiera era por amor, sino por un contrato así; qué decidió qué era mejor no hacer escándalo pues si Mateo no le creía, sería difícil llevar una buena relación con él durante lo que restaba del año que todavía era mucho.
- Diana, se acercó al oído de Leandro fingiendo seducirlo, mientras se acomodó, cuando se sintió para firmemente, se le acercó un poco más y abriendo la boca le dijo, eres un bastardo mientras con la rodilla le daba un fuerte golpe en la entrepierna.
Leandro se dobló del dolor, y Diana aprovechó para salir corriendo, Leandro quiso alcanzarla, pero se tropezó y callo al suelo dándole tiempo suficiente a Diana para escapar.
Leandro no vio venir lo que Diana pretendía, ya que estaba ebrio, él realmente pensó que Diana lo seducía así que bajo la guardia y aflojo su agarre; Leandro se enfureció peri no podía hacer ningún escándalo, ya que estaba en la casa de sus suegros solo se relamió los labios penando en vengarse de Diana.
Diana logró seducirlo y hacer que bajara la guardia, para buscar la forma de zafarse y cundo lo vio más confiado aprovechó, después de golpearlo salió corriendo, Diana subió rápidamente las escaleras y no paro hasta llegar a la recámara finalmente antes de entrar respiro profundo para calmar su respiración.
Diana entró, en ese momento Mateo despertó.
- ¿Diana a donde andabas?.
- Hace un momento desperté y tenía mucha sed así que baje a beber agua a la cocina, tratando de hablar calmadamente para que Mateo no notará su respiración agitada.
- Y viste un fantasma otra vez o porque estás tan nerviosa y agitada.
Diana pasó saliva, sin saber qué decir.
- Ja, ja, ja, que gracioso hasta cuando dejaras de hacerme bulín por asustarme con unos gatos.
- Creo, que nunca lo olvidaré, pero ya no te enojes ven acuéstate qué aún es noche.
Diana obedeció y se acomodó ella trató de acomodarse en la orilla para mantenerse alejada de Mateo, pero él poco a poco se acercaba más, Diana casi podía sentir que aún le temblaban los pies y ya no sabía si era por el susto qué se llevó con Leandro o por sentir a Mateo cada vez más cerca.
- Mateo hazte para allá me vas a tumbar de la cama.
- mm, está Cama es muy pequeña, creo que estarías más cómoda sobre mí.
- Ya, Mateo no empieces recuerda que no puedes tocarme, nuestra relación solo es de besos y abrazos y nada mas.
- Está bien te dejaré de molestar si me dices por qué estabas tan agitada.
- estaba agitada porque subí las escaleras rápidamente, porque me pareció ver una silueta de una persona y no quería que me viera así que bebí el agua y regrese casi corriendo.
- Debería creerte, o te castigo por mentirosa.
- Es la verdad, pero si no me crees has lo que creas conveniente.
- Está bien te voy a creer, a cambio de que te acerques, un poco más a mí, y me abraces.
- Estás loco, si no me crees es tu problema yo no tengo por qué abrazarte.
Diana estaba cada vez más molesta, mientras Mateo sonreía complacido haciéndola enojar, Mateo se despertó en el momento en que Diana se movió para levantarse y aunque si le creyó todos lo que Diana le dijo, solo quería jugar un poco con ella y de alguna forma obligarla para tenerla cerca.
Diana se giró molesta dándole la espalda sin decir más, Mateo no se daba por vencido y acariciándole el cabello, le dijo que si le creía, en un tono de disculpa en ese momento Diana se volteó boca arriba y suspirando le dijo a Mateo, si en verdad creía en ella.
Mateo guardó silencio por un momento, y le dijo que si, Diana se volteó y se acercó un poco más, La tenue luz de la luna qué pasaba por la ventana hacía que el rostro de Mateo se iluminará, al mirarlo Diana no podía dejar de admirar sus encantadores rasgos.
Mateo, yo realmente no tengo mucho que ofrecer, sin embargo, para mí mi palabra es muy biliosa y créeme que si, yo acepte estar contigo por este año, yo te prometo que cumpliré al pie de la letra el contrato.
Y seré para ti como una esposa de verdad te respetaré y te ayudaré en lo que pueda.
- Estoy seguro de que así será Diana, discúlpame por obligarte a esto, pero créeme que lo hice por tu bien y por librarte de Roberto.
Y quiero que me tengas confianza y que cuentes conmigo como lo harías con tu verdadero esposo.
Al escuchar Diana a Mateo se le hizo un nudo en la garganta, pues era la primera vez que sentía que le importaba a alguien.
Diana siempre se había sentido sola y desprotegida con la única que podía contar era con su abuelita, cuando ella falleció Diana se sintió sola.
Pero desde qué conoció a Mateo todo había cambiado en poco tiempo. Diana se sentía segura y protegida con Mateo y aunque sabía que solo era por el contrato y que todo terminaría en un año, no le importaba pues lo que él le hacía sentir era una sensación muy bonita la llenaba de una calidez y ternura.
Así que Diana también sé esforzaría por hacer lo mejor posible su trabajo.