Antonella, una mujer fuerte, luchadora y divertida. Desde muy joven comenzó su carrera como profesora. Siempre dispuesta, luchó durante años al lado de su esposo, solo para ser traicionada y reemplazada por otra mujer cuando él estaba en la cima de su carrera y con una vida cómoda. La única cosa buena que sacó de esa relación fue su hija, que ahora tiene 17 años.
Enrico, mafioso o mejor dicho, el Don o Capo de la Mafia, como la mayoría, no por elección, sino por herencia familiar. Vio a sus padres ser asesinados y, después de eso, se convirtió en un hombre frío, cruel y temido por todos. Dueño de una belleza poco común, es autoritario, peligroso y posesivo. No conoce el amor. Estuvo casado durante 10 años con Brigite, como muchos, por alianzas. Brigite fue asesinada en una emboscada, dejándolo con dos hijos pequeños.
Ella cree en el amor, aún sufre por haber amado demasiado, pero quiere empezar de nuevo, aunque con pocas expectativas. Él necesita a alguien que lo ayude con sus hijos y está considerando tener otra esposa.
El destino de Antonella se cruza con el de Don Enrico para salvar a su hija.
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Capítulo 19
Antonella
¡Estoy feliz! ¡Voy a ver a mi hija que me muero de saudades y a mi hermana!
En cuanto llegamos a casa veo a Rinaldo y voy con él.
Él es serio, pero voy conversando y acaba riéndose. Y el marido de Sofia, me gustó mucho de ella.
Sabía que las clases de Fiorella aún no habían comenzado, ¡así que decidí llegar de sorpresa!
Llegando a casa de Avelina
Toco el timbre y viene mi niña, cuando me ve abre una sonrisa enorme y corre a abrir.
Entro y pregunto si Rinaldo iba a entrar, pero dice que me esperaría allí.
Entro y beso y abrazo mucho a mi niña, me estaba muriendo de saudades.
Enseguida sale Avelina y la beso y abrazo también. Son las dos personas que más me importan.
Entramos y comenzamos a conversar
Avelina – Bella estaba tan preocupada por ti, mi querida.
Antonella – estoy bien, solo que me moría de saudades.
Avelina – ¡Qué bueno que volviste, que estás en casa!
Antonella – ¡No! necesito volver, él me dejó venir a verlas.
Avelina – ¡Y tú no vas a volver, no vamos a dejarte! Llamamos a la policía, huimos, no sé, no puedo dejarte en manos de un hombre tan peligroso así y mi única hermana.
Antonella- Ni pensarlo, ¡voy a volver! Hay dos ángeles en esa casa que me necesitan y además él es bueno conmigo, estoy hablando en serio, no le tengo miedo.
Y si no volviera ahí sí, podría ser mucho, pero mucho peor.
Prefiero y voy a volver.
Fiorella – Él es peligroso mamá, no puedo quedarme sin ti.
Antonella – Puede ser que sea peligroso, pero hasta ahora solo ha sido bueno conmigo. Claro que es serio, imponente y la gente realmente le teme, percibo que no le miran a los ojos.
Avelina – ¡Y tú tampoco le mires Antonella!
Antonella pensando quiero ver cuando le cuente que vi mucho más que sus ojos......
Antonella- Le miro sí, ¡y no me ha matado aún!
Fiorella - ¿Y si te mata? No es un hombre confiable.
Antonella – Puede ser que me mate, pero no creo que lo haga y es confiable hija, ¡quien no es confiable es tu padre!
Fiorella – ¿Otra vez con eso mamá? Él está preocupado también por ti.
Antonella riendo – Por favor hija.
Avelina – En eso estoy de acuerdo con tu madre Fiorella, él tiene más palabra que tu padre, ¡porque si tu madre está en esta situación el culpable es él!
¿Y qué hizo él? ¡¡¡Nada!!!
Fiorella – Está bien, tienen razón es que..... es mi padre.
Antonella- Vamos a cambiar de tema.
Avelina – ¿Y cómo va a ser? Hermana mía ¿qué vamos a hacer?
Antonella- Vamos a esperar y ver qué piensa hacer conmigo.
¿Cuándo empiezan tus clases?
Fiorella – La semana que viene.
Antonella- ¿Tienes el material?
Fiorella – Sí, tengo. Falta ver los libros que van a pedir.
Antonella – Tengo un dinero guardado y voy a transferir un poco a tu cuenta,
tu padre que te haga el favor de pagarte lo que necesites, de todas formas úsalo si lo necesitas.
No quiero que te falte nada Fiorella, eres mi única hija.
Fiorella abrazando y besando a su madre – Quiero que te quedes, te amo tanto mamá y se suponía que fuera yo y no tú.
Antonella- De ninguna manera, me está encantando estar allí, estoy disfrutando mucho mis vacaciones, por favor solo unos días más y después pienso...
Ellas acaban riendo de Antonella.
Avelina – ¡Tú estás loca de verdad....!
Antonella
Le pido a Fiorella que traiga un jugo, sacándola de allí.
Tenía que contarle a mi hermana sobre la noche caliente que tuve con Enrico.
En cuanto ella sale, ya se lo cuento, sabía que volvería pronto.
Avelina con cara de admirada- ¡¡¡Antonella!!! ¿¿¿A él le gustas???
Antonella- No, creo que no, ¡¡¡pero qué tiene una pegada!!!!
¡Lina del cielo qué hombre! Guapo y tenía razón, hasta dan ganas de morir en sus brazos.
Nunca sentí tanta excitación y nunca tuve tantos orgasmos.....
Con Fillipo era una vez solo y el orgasmo no siempre.
Avelina riendo – ¿¿¿Estás enamorada del terrible Don???
Antonella – ¡No! Solo estoy aprovechando lo que nunca tuve y además es bueno conmigo, mucho mejor que el infeliz de Fillipo, que solo me usó y no quiero hablar de él, ¡plaga!
Avelina riendo – Ay, ay, ay Bella estoy viendo un libro de romance en vivo y en directo...
Sí que estás enamorada como nunca te vi, no le tienes miedo, tus ojos brillan cuando hablas de él y sin mencionar que quieres volver.
Antonella – ¡No! Solo que Lina.
Avelina riendo – Te quedaste sin argumentos....
En eso vuelve Fiorella con los vasos de jugo.
Fiorella- ¿De qué se ríen?
Avelina – Ya sabes que no hay forma de estar seria cerca de tu madre.
Fiorella – Sí, es verdad.
Ellas se quedan conversando y luego van a hacer el almuerzo, las tres juntas y
Antonella – Voy a llamar a Rinaldo para almorzar.
Avelina – ¡Es un asesino Bella!
Antonella- Por favor, ¡incluso siendo un asesino tienen que comer! Y para los tres seguridad voy a ponerles para que coman allí en el garaje.
Avelina- ¡No va a servir de nada que te diga que no!
Antonella – De ninguna manera.
Rinaldo
Antonella viene y me llama para almorzar, me quedo un poco sin saber si debo o no y cuando me doy cuenta ya me había hecho entrar y estaba almorzando con ellas.
Ella al contrario que las otras mujeres, se da a respetar y me trata como un hermano, amigo o primo.
No veo nada malicioso en ella, ni en la hermana y la niña es una niña para mí.
Ahora entiendo por qué a Sofia le gustó tanto Antonella y por qué mi amigo Enrico está enamorado,
sí que lo está y ni siquiera necesita decírmelo, lo conozco desde hace años,
me alegro por él, nunca imaginé que lo vería así.
Antonella
Almorzamos, conversamos, sé que es un hombre peligroso, mucho menos que Enrico, pero aún así lo es.
Solo que me parece buena gente y no me asusta. Vi que Avelina y Fiorella estaban tensas, pero enseguida se relajaron y se convirtió en un almuerzo muy agradable.
Luego decidí volver, si Enrico me dejó ver a mi hija y a mi hermana mejor no abusar. Sé hasta dónde llegar.