UN PACTÓ CON EL DIABLO

Mari se ríe carcajadas de Alex diciéndole. - No me puedo imaginar que el idiota de Dylan, sé haya atrevido a besarte así nada más porque sí. -

- Pues sí amiga no es para que te rías, yo no sé qué le pasa a ese idiota. Fíjate que estaba bien cuando de pronto tiró unos libros creo que está loco o más bien es bipolar. -

- No será que ya sabe que se va a casar contigo, por eso es que se comporta de esa manera. -

- No lo sé, el señor Rangel, quedó que me avisaría. - Y hasta ahora no me ha dicho nada.

Así pasan los siguientes días, Alejandra trata de evitar de no tener problemas con Dylan, que este está cada vez más insoportable, ahora le ha dado que Alejandra vaya con él a todos lados, Alex no entiende por qué ir con él a todos lados, si el señor Guillermo solo la contrato para limpiar su imagen, que no se vea afectado, pero no hay un solo día en que no sé meta en problemas.

 Alejandra no le queda más que obedecer, la última vez que ella no le hizo caso de ir con él, se metió en problemas, tal parece que eso es lo que le gusta a él.

Tal parece que Dylan adora, estar metido en problemas o más bien llamar la atención de los demás.

Esa mañana Alejandra llegó un poco más tarde al despacho porque se le hizo tarde en el colegio, hubo una reunión de padres cosa que tuvo qué asistir, cuando llegó al despacho Dylan la culpó por haber llegado tarde a la junta.

Los días, para Alex estando junto a Dylan, cada vez están siendo más agotadores, pues él siempre está de mal genio.

Ya ni las secretarias, quieren estar cerca de él por lo exigente y, por el mal genio de los mil diablos que sé carga.

Mientras ella está tratando de arreglar la última fechoría que él había hecho, este enseguida le dice. - Puedes venir aquí. -

- Dime qué es lo que quieres, te escucho. - Le dice a Alex sin quitar la vista de la computadora.

- Dije que vengas aquí, te sientes quiero hablar contigo. - Alex hace una mueca y se levanta y va hasta el escritorio de Dylan después se sentó quedando frente a él.

Dylan la queda viendo por algunos segundos fijamente, con arrogancia y, después le dice. - te voy a proponer un trato. -

- Qué trato es ese, para empezar, no me interesa tener ningún trato contigo. -

Dylan sin darle más explicaciones le dice. - Quiero que te cases conmigo. -

Alejandra voltea a ver para otro lado haciendo una mueca diciéndose para sí misma. - Si supieras que ese es el trato que tengo con tu padre. - Poco después ella le responde. - Y yo qué gano con casarme contigo. -

- Digamos que será un matrimonio de tres años, en el momento que yo decida terminar con el matrimonio, tú solo aceptas firmas el divorcio sin decir nada y, te vas de esta empresa.

Obtendrás beneficio, como casa, carro, dinero todo lo que tú quieras. -

- Así qué más. -

-Viviremos en la misma casa, pero no habrá nada entre nosotros, ninguno de los dos, debe meteremos en la vida del otro, que eso te quede claro. -

- En público seremos la pareja perfecta, la más feliz del mundo. Tienes la obligación, de acompañarme a todos lados eventos, fiestas, reuniones, viajes, cuando digo todo es todo.

* Me entiendes. *

Alejandra sé comienza a reír, por lo dicho por Dylan. - Ja, ja, ja, la pareja feliz, es eso nadie se lo creerá. -

- Pues lo crean, o no así será, no tienes por qué reírte. - Le dice Dylan enojado al ver que Alejandra se burla de lo que él le a dicho.

- Si usted lo dice pues así será. -

- Otra de las condiciones, es que no tengas nada que ver contigo, eso no quiere decir que puedes, andar saliendo de fiestas con tus amigos, o con mis hermanos. - *No quiero hacer la burla de nadie*

Así pues lo mismo le digo yo señor Dylan, usted también no puede salir con nadie, porque a mí nadie me va a andar diciendo que traigo cuernos.

Está bien durante el tiempo que estemos casados nos comportaremos, como un matrimonio ejemplar, pero donde nadie nos vea seremos como ahora. *jefe empleada*

- Por mí está bien, no te preocupes, así será señor Dylan. -

Solo recuerde algo abogada, no se enamore, aquí los sentimientos no existen todo es un negocio, no hay amor entre nosotros. *Que no se le olvide*

Alejandra se levanta con una sonrisa diciendo. - No tiene que decírmelo, no tengo la intención de enamorarme, de una persona como usted. Alejandra lo mira de arriba abajo con una mueca, y le dice. *Esto es solo un negocio*

- Donde no me pienso ir con las manos vacías, después de los malos tratos, que usted me ha dado, se le olvida. -

- Dylan levanta una ceja media sonriendo y le dice. - Qué malos tratos si tú me has abofeteado en público, que ha sido mucho peor. -

Alejandra voltea a verlo da un golpe sobre el escritorio le dice y yo por tu maldita culpa fui a dar a los separo, yo la mejor abogada de esta ciudad tuvo que estar detenida y pedirle ayuda a tu padre para que me sacará, te parece poco.

Dylan solo traga, seco sin responderle a Alejandra y, está le vuelve a decir señor Dylan. - Solo le pido que recuerde lo que acaba de decir.

Alex antes de salir del despacho le dice. - Recuerde muy bien que acaba de hacer. Un pactó con el diablo, si sabe que así me apodan, bueno espero que no lo olvide. - Alex termina de salir del despacho con una sonrisa burlona dedicada a Dylan.

Dylan se queda pensativo en lo que Alex le acaba de decir, un pactó con el diablo, dónde he escuchado, poco después recuerda que su padre le había dicho que había una abogada que la apodaban, el diablo pero no podía dejar de pensar que esa abogada fuera Alejandra.

Enseguida busca, un pacto con el diablo, enseguida le aparece todo un historial de Alejandra Maldonado.

La prestigiosa abogada Alejandra Maldonado, más conocida como el diablo. - Así que es ella, para qué diablos mi padre la contrató. - Pero recuerda que él le había mencionado a su padre que sobornara a la abogada esa.

Continúa buscando más información sobre ella, y su pasado pero no encuentra nada más que pueda ser de su ayuda.