La Amante Del CEO

Osvaldo se remueve en la cama, no queriendo levantarse, pero el sonido de su celular sonando por tercera vez, lo hizo y sin ninguna paciencia contestó.

Osvaldo- quien es, que no deja dormir_ enojado

Andrés- dormir, todavía estás durmiendo, son las 9 de la mañana, que te pusiste a tomar tanto que has perdido la noción del tiempo, ven rápido a la empresa, a las 11 tenemos una reunión.

Osvaldo- cómo que son las 9 de la mañana_ al abrir los ojos de golpe, se encontró en la habitación del hotel, los recuerdos vividos de ayer vinieron en su mente, una gran sonrisa se formó en sus labios.

Giró su cuerpo y no encontró a nadie en la cama, revisó con sus ojos toda la habitación y no vio a la pequeña hormiga.

Osvaldo- sí, me quedé dormido ya salgo para allá_ colgo sin decir más.

Llamó a su chofer para que le enviara ropa.

Mientras se duchaba, pensaba que era la primera vez que dormía tanto, y se quedaba a dormir con una mujer, de seguro las noches sin dormir por estar trabajando le hicieron estragos, al lavar su miembro pudo notar que tenía sangre, rastro de la pureza de su secretaria, en sus labios se formó una gran sonrisa.

El chofer llegó con una parada de ropa, se arregló y salieron para la oficina, pero una intriga le daba vueltas en su cabeza.

Osvaldo- viste a que hora se fue mi secretaria.

(chofer)Marlo- Sí señor, la señorita Emma se fue a las 10 de la noche, un joven vino por ella, ella me dijo que usted estaba cansado y de seguro dormiría toda la noche.

Osvaldo- se fue, como que se fue a las 10 de la noche.

Marlo- Sí, señor se fue, me extrañó que usted se quedara a dormir, nunca lo hace.

Osvaldo ya no dijo nada más, en todo el transcurso del camino hasta llegar a su oficina, el buen humor se le había acabado, como era posible que lo habían dejado después de tener intimidad, lo había utilizado y ya, además quién era ese, que fue a verla, si tenia a alguien porque no se entregó a él, cada vez más, su rostro se desfiguraba mediante la ira aumentaba, si pudiera botar fuego por su boca, ya hubiera incendiado todo el auto.

Él llegó a su oficina y se dio cuenta que Emma no estaba en su puesto, así que entró a su oficina y la vio arreglando algunos papeles.

Emma- Buenos días jefe, la agenda del día de hoy está encima de su escritorio, con permiso_ sin ninguna expresión.

Ver la reacción por parte de Emma le molesto al punto de apretar su manos en forma de puños, dejándolos blancos de tanta presión que hacia, ella lo trataba normal, como que entre ellos dos no había pasado nada, como es posible, ella le entrego su virginidad, él la hizo su mujer, como es posible, que ella esté tratando lo normal y sobretodo lo había abandonado.

Toda la mañana trabajo con un humor de mil demonios, en la reunión no le dió tregua a nadie, Andres estaba en la puerta de la oficina de Osvaldo y no quería entrar, ver a su amigo casi hermano, hecho un ogro.

Andrés- pensé que dormir más te haría un hombre feliz, pero parece que te hizo todo lo contrario.

Osvaldo- si solo vienes a molestar no vengas, además porque no fuiste anunciado, dónde está Emma.

Andrés halso una ceja, su amigo en toda su vida, nunca nombra a sus secretarias por su nombre, en algunas ocasiones, ni siquiera sabían cómo se llamaban.

Andrés- debe estar almorzando, ya son las una de la tarde.

Osvaldo vio su reloj y su amigo tenía razón, había trabajado toda la mañana, como loco, para quitar esa sensación de haber sido dejado en una habitación de hotel, como una vil prostituta_ su rostro se desfiguraba cada vez más, por el enojo que sentía.

Andrés- quita esa cara, me vas a contar que te paso.

Osvaldo respiró, antes de decir algo tocaron la puerta, era su chef que había llegado con su comida, se arreglaron en el comedor y comenzaron a comer, mientras comían Osvaldo comenzó a contar todo lo que le había pasado.

Andrés no aguanto y comenzó a reír muy fuerte, parecía que Osvaldo era la muchacha inocente, que le habían quitado la virginidad y lo habían abandonado.

Osvaldo- si te vas a reír de mi, no te hubiera contado nada_ enojado

Andrés- disculpa, es que no pude contener_ sin dejar de reír.