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El Calabozo De Moff.

El Calabozo De Moff.

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Comedia / Ángeles / Mundo mágico / Mitos y leyendas / Fantasía LGBT
Popularitas:1.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Xie Lian.

BL.

⚠️ Para mayores de 18, la novela puede contener escenas no aptas para menores. ⚠️

Alfred es un hombre que se dedica a desmentir leyendas junto con su hermano. Toda su vida ha sido relativamente tranquila o así lo cree él, en realidad no tiene casi ningún recuerdo. Estos parecen estar tapados con una espesa niebla blanca.
Jamás sintió demasiada intriga sobre el por qué sus recuerdos habían desaparecido, hasta que una extraña leyenda llega a sus manos, de hecho, fue muy conveniente para poder solucionar también el desastre en el cual su hermano se había metido.

Esta leyenda trataba sobre un Ángel y ofrecía una muy buena recompensa, junto con su hermano se embarca en su nueva aventura, que sin que Alfred lo supiera, se convertirá en el camino para desenvolver su pasado y encontrar a alguien que lo ha estado esperando en secreto.

Pd: La imagen de la portada NO me pertenece.
Newt y Thomas son solo una representación.

NovelToon tiene autorización de Xie Lian. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 10: Las manos pequeñas también ayudan a superar miedos.

Cuando Holgón termino de narrar la mesa ya estaba casi vacía, a medida que los tripulantes habían ido terminando de cenar habían vuelto a sus puestos, quizá demasiados aburridos por haber escuchado esta historia una docena de veces.

Alfred miro al anciano frente a él con una mezcla de fascinación y escepticismo, el hombre mayor le devolvió la mirada con su radiante ojo bueno y le regalo una pequeña sonrisa dejando al descubierto una fila de dientes podridos y torcidos.

— ¿Qué tal?

—Es una historia interesante, pero tengo una pregunta...— Antes de poder terminar de hablar, Hugo se apoyó en su hombro, la cabeza de su hermano era algo pesada, pero aun así no la aparto. —¿Bebiste de más?— Le pregunto solo para ser deliberadamente ignorado.

—No creas ni una palabra de ese ridículo relato, ¿un ataúd de cristal que podía flotar?, ¿qué clase de estupidez es esa?

Alfred secretamente le dio el crédito de lo último a su hermano, sin embargo creía que lo que había contado Holgón era un cuento, un relato infantil, por lo cual carecía de una verdadera coherencia.

—Claramente ese ataúd era un artefacto mágico, como artefacto mágico tenía sus propiedades—. Se defendió el mayor de los tres al escuchar las palabras de Hugo.

—Por favor, viejo. Estas ante dos seres razonables con todas sus capacidades intactas.

— ¿Me estas llamando loco?

— ¿No todos te llaman así en este barco?, ¿por qué te molestas?

— ¿Qué sabes?— El anciano señalo al moreno con su dedo tembloroso mientras se incorporaba. —Eh visto más cosas que tú, cosas increíbles, cosas inexplicables. He escuchado relatos extraordinarios.

—Inexplicable mi trasero.

Alfred analizo la situación y sintió que antes que la charla se volviera más acalorada debía de intervenir, así que se puso de pie y sostuvo a su hermano.

—Holgón, gracias por relatar la historia. Es muy buena, disculpa a mi hermano, el alcohol subió a su cabeza eh impide que piense con claridad—. Aunque en realidad estando desintoxicado no pensaba mucho.

El anciano sacudió su decrépita mano.

—Está bien, estaba bien. Lo perdonare porque tú me agradaste y eres el tripulante más cortes de esta nave. Alfred, gracias.

Sus palabras habían sido inusualmente suaves, sintió que se colaban de una manera extrañamente cálida hasta su corazón, el toque de irritación había desaparecido por completo, Alf miro al hombre mayor que se ponía de pie y se alejaba cojeando con la ayuda de un bastón y no pudo evitar sentir una sensación de pesar. Esta escena se le hacía familiar, pero a la vez tan desconocida.

Con un suspiro llevo a su hermano hasta el camarote y lo acostó en la cama, el muy idiota estaba borracho hasta no dar más, apestaba a alcohol. Para su suerte, Alfred se había concentrado más en el relato del hombre que en la bebida, por lo cual estaba muy sobrio.

Decidido a dejar a su hermano dormir, salió del pequeño camarote compartido, después de todo él ya había dormido casi toda la tarde.

El mar estaba en calma, reflejando la luz plateada de las estrellas en sus suaves ondas. El barco se mecia de manera lenta y constante, como la cuna de un bebé.

Miro las estrellas que colgaban en lo alto y un pensamiento asalto su mente cuando su vista se desvió hasta la puerta de la bóveda que estaba bajo cubierta.

¿Y si...?

Miro a su alrededor, muchos marineros se habían quedado dormidos apoyados en los palos del barco o simplemente desplomados en el suelo, signo de que también habían bebido más de lo que deberían. Alfred sintió que esta era una oportunidad de oro, así que con cautela se acercó a la puerta de madera y la levanto con facilidad, para su sorpresa no estaba con llave, todo estaba realmente oscuro ahí abajo, la luz de las estrellas iluminaba tenuemente el comienzo de las escaleras. Su curiosidad en ese momento era más fuerte que su uso de razón y comenzó a descender escalón por escalón. Con cada paso crujían levemente, inmediatamente un olor nauseabundo asalto sus fosas nasales, arrugo su nariz mientras se la cubría con una mano y trataba de que sus ojos se acostumbraran a la densa oscuridad con la ayuda de algunos rayos de luz que se colaban desde las rendijas arriba de la madera.

Se acercó a una lona y dudo en quitarla, originalmente cuando aquel chico, que había dicho que contrabandeaban amigos, se imaginó una situación horrible de personas detrás de jaulas, pero al quitar la lona lo que se encontró fue mucho peor de lo que se hubiera imaginado. Cayó hacia atrás mientras sus ojos miraban esa bola grande de pelos.

¿¡No era eso un perro!?

Los perros despertaban un absurdo miedo en él, de inmediato se arrastró un poco hacia atrás mientras los ojos del animal destellaban en la oscuridad, su espalda dio contra una jaula y un graznido lo hizo ponerse de pie mientras su corazón latía como un tambor.

¿Mairy contrabandeaban animales?

Eso no se lo esperaba en lo absoluto.

Respiro hondo para calmar su desbocado corazón y lentamente se puso de pie, sabía que el perro no le haría daño, pues estaba encerrado. Quito la lona de la jaula a la cual había golpeado por accidente y se encontró con un gran loro molesto de colores brillantes. El animal se sintió sorprendido al notar que un idiota lo había descubierto, miro a su alrededor mientras batía sus alas y con sus garras se sostuvo de uno de los barrotes de su jaula, solo para después agarrarlo con el pico en un intento desesperado por escapar de ella.

Alfred al ver esto temía que se lastimara, así que levanto ambas manos, el loro lo miro, quizá esperando a que le diera comida, pues de repente estiro su pata fuera de la jaula.

—Lo siento, no tengo nada—. Murmuro mirando al animal tenuemente iluminado, hecho un vistazo a su alrededor solo para contar más de una docena de jaulas de diversos tamaños, todas cubiertas con lona a excepción de la jaula del ave y del perro que se encontraba durmiendo como si nada. De repente se sintió mal. ¿Cuándo había sido la última vez que les habían dado de comer a todos los animales?, aunque este loro se veía bastante bien era obvio que quería algo, Alfred jamás había tratado con aves, así que no sabía realmente si le estaba pidiendo comida o algo más, probablemente que lo soltara. Después de todos los loros eran bastante inteligentes.

De repente la pata del loro se vio envuelta por algo rosa, para después inmediatamente desaparecer dentro de la boca del gran perro gris que anteriormente había estado en la jaula.

Alfred sintió que un dolor de cabeza comenzaba a atacarlo.

Palideció casi dejando escapar un grito, sus ojos se abrieron y se preparó para ver la peor escena de su vida, en cambio el perro solo mordisqueo la pata del loro, antes de lamerla y soltarla, el ave rápidamente voló a otra esquina de la jaula. Alfred podría ver como el plumaje de este subía y bajaba agitado en la zona de su pecho. Su corazón también latía con fuerza, hizo contacto visual con el gran perro el cual lo miraba tontamente con la lengua hacia afuera, dio un paso hacia el humano.

—Quieto—. Retrocedió y su espalda golpeo la jaula vacía, ¿cómo había salido?

Su mente prácticamente corría a gran velocidad mientras se ideaba como salir de allí, si corría no estaba seguro si el perro lo atacaría o lo seguiría, da igual, si cualquiera de las dos cosas pasaban se enterarían que él había estado aquí.

El gran perro movió su peluda cola, feliz de por fin poder ver a un adulto después de horas. Olfateo el aire y se acercó más, su gran lengua dio un lambetazo en la mano temblorosa de Alfred, el corazón de este dio un vuelco y se congelo, quería emitir algún ruido, pero de repente no pudo decir ni mu. (1)

—No te hará nada—. Una voz suave eh infantil dijo, tratando de tranquilizarlo, el perro finalmente se alejó de él y se acercó a la figura pequeña que comenzaba a emerger desde el costado de su jaula vacía. Alfred finalmente pudo respirar algo aliviado cuando el animal se alejó unos centímetros, pero antes de siguiera hablar el perro corrió hacia él y salto, con esto lamiendo su mejilla. —Te quiere—. Rio el niño, Alf sabía que era el hijo de Mairy, ese niño que lo había despertado antes.

— ¿M...me quiere?— Habló tartamudeando, no tenía ni la menor pizca de vergüenza al mostrar lo asustado que estaba ante un niño.

—Si—. El infante finalmente se acercó y acaricio al gran perro que casi lo pasaba en altura. —Es muy bueno, Vic, sabes elegir—. Elogio sinceramente al perro.

Alfred se sintió más calmado y hasta se animó a estirar su mano para acariciar a la bola de pelos, sus dedos se hundieron en el sedoso cabello de su cabecita, el miedo anterior se había disipado un poco.

— ¿Qué haces aquí?— Pregunto.

—Mamá se fue a dormir y baje a jugar con Vic, pero escuche pasos y me asuste. Pensé que era mamá—. Luego le indico a Alfred que se agachara un poco y eso hizo, el niño se acercó a su oreja para susurrarle. —No querrás que mamá te rezongué.

Asintió comprensivo, y entendió por qué la puerta había estado abierta antes. Este niño travieso deliberadamente había tomado la llave y bajado aquí cuando los adultos que se suponían que debían de cuidarlo estaban durmiendo o ebrios.

Irresponsables.

— ¿Ya no te asusta?

Alfred miro al perro y negó.

— ¿Cómo te llamas?

—Johnny.

Alfred alboroto los cabellos del niño y le sonrió soltando un "buen nombre", Vic, al ver que lo dejaban por fuera, tiro de la ropa de Alfred, sobresaltándolo, antes de que una gran lengua rosa babeara su mano.

—Es celoso—. Comento el chico. —Siempre quiere toda la atención.

No pudo evitar reír al ver el puchero del menor, en verdad era un niño bastante divertido y se notaba que tenía un buen corazón con solo mirarlo, Alfred se puso en cuclillas frente a él y le sonrió con ternura.

Por alguna razón los niños siempre habían sido su debilidad, quizá porque en su tiempo tuvo que cuidar a un pequeño Hugo.

Cómo le encantaría recordarlo todo...

Sacudió sus pensamientos cuando estos comenzaban a irse de manera peligrosa hacia el lado en dónde sus emociones podían volverse inestables.

—No te preocupes, el tío tiene suficientes mimos para los dos—. Los ojos almendrados del niño se abrieron con sorpresa y sonrió ampliamente cuando Alfred se confirió el título de "tío" como si nada.

— ¿Eres mi tío?

— ¿Tú quieres que lo sea?

— ¡Si!

— ¿¡Qué está pasando aquí!?

Inmediatamente el niño se largó a llorar cuando escucho la fuerte voz de Mairy.

— ¡Mamá, yo no fui!, fue todo idea del tío. Wuaaa.

Alfred tomo impotente al niño entre sus brazos mientras se ponía de pie, que rápido que este chico lo mandaba en cana. (2)

— ¿Tío?—La mujer miro al Alfred con una ceja levantada, él solo sonrió algo avergonzado y le paso al niño. — ¿Cuántas veces te dije que no bajaras aquí?, ¿qué pasa si algún animal te lastima?

—Solo quería jugar con Vic.

— ¿A estas horas?— El niño no hablo y solo se hundió entre el cuello y el hombro de su madre mientras lloraba.

—Sí que te tiene miedo—. Comento Alfred.

—Sabe que si hace algo mal lo pongo a hacer cálculos matemáticos.

Alfred parpadeo, incrédulo mientras el perro gris se restregaba contra la pierna de Mairy.

— ¿Qué haces aquí?— Su tono tenía un leve reproche.

—Tenía curiosidad.

— ¿Acaso eres un niño?

Inmediatamente sus mejillas ardieron por la vergüenza, la tenue luz de las estrellas iluminaba su tez enrojecida, dejándolo aún más expuesto.

—Vuelve a tu camarote, tú—. Miro a su hijo. —Devuélveme la llave.

Alfred ya no se atrevía a quedarse más tiempo, realmente se sentía como un niño al ser atrapado haciendo alguna travesura.

Estaba realmente avergonzado.

Subió las escaleras lo más rápido que pudo, el viento salado vatio sus cabellos mientras se apresuraba a ir a su camerino, al entrar los profundos ronquidos de su hermano le dieron la bienvenida, suspiro y se acostó en la cama.

Frente a Jhonny había disimulado su dolor de cabeza, pero ahora, con tanto ruido, está le palpitaba. Cerro sus ojos, sintiéndose algo irritado por los ronquidos de Hugo.

Bueno, este había sido el resultado...

Por lo menos ya había saciado su curiosidad.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

1: No pudo decir ni mu: No pudo decir nada o emitir sonido.

2: Mandaba en cana: Ponerlo en una situación difícil.

1
𝑳𝒖 𝑮𝒖𝒂𝒏𝒈
Elast y Alfred logran interponerse en el camino del Príncipe y así evitar que este fuera a un destino atroz.
¿Esto solo logro facilitar o dificultar más las cosas?
¡Te invito a seguir leyendo para descubrirlo! 💗
𝑳𝒖 𝑮𝒖𝒂𝒏𝒈
Finalmente Elast y Alfred se embarcaron en la verdadera aventura. ¿Sus lazos se fortalecerán o se volverán aún más flojos?
¡Te invito a leer para descubrirlo!
Annx
Me encanta me está cautivando mucho está historia🥰
𝑳𝒖 𝑮𝒖𝒂𝒏𝒈
Alfred está a nada de encontrarse con el amor de su vida, aunque nada asegura que después de eso las cosas sean más fáciles. 🕺
🥦🐞chatbug💥🐈‍⬛
amooo hermoso
𝑳𝒖 𝑮𝒖𝒂𝒏𝒈: Muchas gracias. 💗
total 1 replies
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