Es Mi Decisión

Evangeline no sabia que hacer, estaba allí sentada mientras sus pensamientos peleaban entre sí, ya él le había dicho que no debían volver a ver y sus palabras no fueron para nada agradables, ahora quería que fuera a su casa para devolverle algo ¿Qué tendría le en su poder que le perteneciera a ella?

Sentía que él se contradecía en sus palabras y lo hacia parecer como si fuera una decisión de ella, era ella quien debía decidir si iba allí o no, pensar en todo eso solo hacía que se enojara cada vez más, pero con ella misma ¿no se suponía que ya había decidido dejarlo a él atrás? Se suponía que ya no se verían más y que ella se alejaría de él todo lo que pudiera.

Salió del hospital y aún no había tomado una decisión, además su casa quedaba hacia un lado y la de Joshua al lado opuesto, así que decidió arriesgarse y llamó a Lizy para informarle que llegaría un poco más tarde.

Tomó un taxi que la dejó en la entrada del edificio y cuando se bajó aún tenía dudas de si estaba haciendo lo correcto y aun recordaba esa noche en la que le había dicho todas esas cosas tan horribles, cada palabra era más hiriente que la otra y luego la protegió del ácido, lo que hacia que con cada acción se contradijera más y más.

En ese momento su teléfono sonó y era Joshua quien la llamaba, dejó pasar algunos repiques respiró profundo y contestó.

-Hola, ¿Cuánto tiempo vas a quedarte allí parada? – ella miró hacia arriba y el estaba en la ventana mirándola

Ella colgó el teléfono preguntándose cuanto tiempo habrá estado allí pensando en si entrar o no, entró al ascensor y al llegar al piso salió, se dirigió al departamento notando que la puerta estaba entreabierta.

Él aun se encontraba frente a la ventana mirando quien sabe qué.

-Señor Allen ¿Qué es lo que quiere entregarme? – preguntó directamente

Joshua volteó hacia donde ella estaba y tenía los aretes en la mano, pensaba en lo poco que había cambiado físicamente y en lo mucho que su carácter se había transformado, aunque algunas cosas seguían de la misma manera, ella solía ser bastante insistente y terca, lo cual había conservado y por esa razón el sentía que ella lo había perseguido hasta llegar al momento en que estaban ahora.

Ella solo lo miraba, quería saber que era lo que pasaba por su mente, sentía que estaba ocultando algo y no podía adivinar que era.

-Tengo hambre, que te parece si primero comemos, me gustaría que cocinaras – él no quería alejarse de ella tan rápido

-¿Qué? – ella no entendía que estaba sucediendo

-¿Estoy hablando en otro idioma? No creo que sea tan difícil entenderme – Joshua se estaba comportando de manera bastante impredecible y ella no sabía que hacer

Así que le siguió la corriente, dejó su bolso en uno de los muebles y se fue directo a la cocina, recordando como habían sido en el pasado y el lo parecido que era esta situación con lo sucedido anteriormente.

La madre de Joshua nunca aprobó que estuvieran juntos y por esa razón él siempre estaba en su departamento, intentaba en lo posible no ir a la casa familiar, por lo que solían pasar mucho tiempo juntos y ella le cocinaba frecuentemente, aunque no era muy buena, cada vez que ella cocinaba él se quejaba, pero siempre terminaba comiéndose todo.

Evangeline revisó la nevera y los anaqueles para decidir que hacer, casi le da un infarto al ver la nevera llena de comida congelada y entendió porque Joshua tenía tantos problemas estomacales, si consumía esa comida con frecuencia no se curaría nunca.

-¿Cindy también come esto? ¿Ella sabe que todo eso es poco saludable? Como te deja comer esas cosas – le preguntó Evangeline

-Ella no vive aquí – respondió el con total tranquilidad mientras se servía un vaso con agua

-Este tipo de comida te hace daño en el estómago, necesitas un aproximado de 30 días para sacar de tu cuerpo todo el veneno de estos alimentos, tu estómago no se encuentra saludable y todo eso lo empeora – le seguía diciendo

-¿Ustedes dos no viven juntos? ¿no son una pareja? – preguntó cuando procesó la respuesta de él

-¿Quién te dijo que ella y yo éramos marido y mujer? – la miraba con curiosidad

-¿Tu no estas casado? Hay un montón de rumores en la prensa internacional que dice que ustedes dos están casados desde hace mucho – él la miró con tristeza

-Doctora Allen no sabía que usted creía en los chismes que inventan los periódicos – ahora la miraba serio

-¿No me estas mintiendo? – había una parte de ella que no creía lo que escuchaba

Por alguna razón su corazón estaba que explotaba de la emisión y una sonrisa iluminó su rostro, era una alegría que no podía ocultarse fácilmente.

-¿Estas feliz porque no me he casado? – él tenia una sonrisa burlona

-Sólo me sorprende – dijo mientras tomaba unos vegetales e iba preparando la cena

-De todos modos, me casare pronto y le avisaré cuando lo haga – ella solo asintió y siguió en lo que estaba haciendo

Mientras preparaba la cena pensaba en lo tonta que era creándose falsas esperanzas con él, ya que tenía novia y ella ya había tenido su oportunidad en la vida de Joshua. Además, si la madre de él supiera de la existencia de Emma definitivamente haría lo que fuera por quitarla de en medio y mientras él estuviera con otra persona la niña estaría segura.

-¿Por qué tienes esa cara de decepción? – a pesar de que ella no decía nada su cara mostraba todo lo que sentía

-No estoy decepcionada, estaría feliz de que te casaras, me parece que tu y la señorita Terrás hacen una linda pareja, en realidad cuando están juntos se ve que están hechos el uno para el otro y a ella se le nota que te ama, así que me sentiría agradecida si me invitaras a tu boda – el rostro de Joshua cambió drásticamente

-No te preocupes, definitivamente te invitaré