Obsesión, Maltrato Y Sufrimiento

Al llegar al auto, la acuesto con cuidado en los asientos de atrás, me subo y conduzco lejos de la ciudad, lejos de todos, no voy a volver a la casa para que me la arrebaten

En el camino pase por un cajero y retire demasiado efectivo antes de que congelen mis cuentas, por suerte tengo una cuenta aparte que nadie sabe dónde venía metiendo plata durante años , tengo miles de millones de dólares en esa cuenta, con eso nos alcanza para vivir por muchos años

Conduje por dos horas más o menos hasta que Samara despertó asustada

— Que haces Mateo, a dónde me llevas? — pregunta desesperada al ver por la ventana solo campos

— Nos iremos lejos mi amor, dónde nadie te quiera separar de mi, dónde solo seremos tu y yo y formaremos una familia juntos y viviremos felices — le digo sonriendo sin dejar de conducir

— Que estás diciendo Mateo, te volviste loco? devuélveme a la ciudad, yo no quiero estar contigo, porque no lo puedes entender? — dice enojada y eso me molesta

— CÁLLATE — digo golpeando el volante — TU ERES MIA SAMARA, SOLO MIA, GRABATELO EN LA CABEZA, SEREMOS UNA FAMILIA Y TENDREMOS MUCHOS HIJOS — le digo enojado

— Mateo por favor, te has vuelto completamente loco, no hagas esto, quiero estar con mi familia, con mi padre, mis hermanos y no contigo, por favor vuelve — sigue suplicando y yo ya estoy perdiendo la cabeza

Me estaciono a un costado de la carretera y luego me giro para hablarle

— Tu eres mía Samara, mi esposa y no te dejare por nada, nadie nos separara estaremos juntos hasta la muerte mi amor, por las buenas o por las malas, tu decides — le digo para que entienda y continúo con el viaje

Después de eso ya no dijo más nada y solo se dedicó a llorar en silencio. Me molestaba que llorara por esto, pero no quería comenzar nuestra nueva vida juntos de mala manera, por lo que la dejé que se desahogara ...

... Me sentía cansado, había conducido por 11 horas, pero al fin habíamos llegado a Córdoba Argentina, estaríamos unos días acá y luego seguiríamos viaje hasta Buenos Aires, mientras más lejos estemos de Chile mejor

— Vamos debemos descansar, mañana iremos a comprar ropa y todo lo que necesitamos — le digo cuando me estaciono en la puerta de un hotel

— Mateo dónde estamos? — me pregunta asustada y no queriendo bajar del auto

— estamos en Argentina mi amor, aquí empezaremos nuestra nueva vida juntos — le digo tomándola de la mano para que baje

— Argentina? te has vuelto loco Mateo, quiero volver a Chile, quiero estar cerca de mi familia — dice comenzando a llorar

— Baja Samara o quieres verme enojado? — le digo ya cansado de sus lloriqueos — comportate y no digas nada fuera de lugar sino quieres que me enoje

Samara se baja del auto y yo la tomó de la mano para entrar al hotel, solicito una habitación con una documentación falsa que usaba cuando iba a la universidad y luego subimos a nuestra habitación

Al llegar a la habitación Samara comienza a llorar de nuevo

— Ya princesa deja de llorar, todo irá bien de ahora en adelante, ya verás, todo será diferente, vamos a comenzar desde cero — le digo abrazandola para que se tranquilice

— Mateo me duele mucho la cabeza y estoy toda manchada, estoy teniendo hemorragia por la perdida del bebé y no tengo nada para ponerme — me dice ella con vergüenza y al bajar la mirada a su entrepierna la veo manchada con sangre de nuevo, le tocó la frente y está muy caliente, está comenzando a levantar fiebre, eso es porque la saqué de la clínica enseguida y no terminaron de tratarla

— Lo siento mi amor, ven acuéstate, que yo iré al baño a ver si hay algún botiquín de primeros auxilios y ver si hay algún analgésico para que te baje la fiebre — le digo tomándola de la mano y acercándola a la cama

— No Mateo, manchare la cama si me acuesto así — me dice y tiene razón

— Está bien, ven, vamos a darte un baño y luego te quedas con la bata de baño acostada hasta que yo vaya a buscar ropa de acuerdo ? — le digo llevándola al baño

Estando ya en el baño, preparo la tina con agua tibia y luego la ayudó a descambiarse y la ayudo a entrar en ella para que se relaje a ver si le baja un poco la fiebre

— Relájate, llamaré a recepción para preguntar si tienen boutique en el hotel para que nos suban ropa y toallas femeninas — le digo mientras salgo del baño y tomo el teléfono

20 minutos más tarde tocan la puerta y era la mucama que me traía las cosas que había solicitado y también había pedido la cena ya que no habíamos comido en todo el día

— Ven princesa aquí nos trajeron ropa, vamos a si te ayudo a vestirte y luego comemos algo antes de acostarnos

Samara no decía nada, solo se dejó vestir sin poner resistencia, creí que iba a estar un poco más rebelde o será lo que está con fiebre que no pone resistencia?

Después de ayudarla a vestirse la lleve a la cama y la obligue a comer un poco, ya que no quería comer

Una vez que terminamos de comer, me quito la ropa quedando solo en boxer y me acuesto a su lado abrazandola por la espalda

Al día siguiente me despierto y la observo a Samara dormir, es tan hermosa y es mía, solo mía, no me la van a quitar, no lo permitiré

Me levanto sin hacer ruido y voy al baño a hacer mis necesidades, luego salgo y llamo para que nos suban el desayuno a la habitación

Pensaba descansar bien en la noche y hoy continuar con el viaje, pero con Samara enferma será mejor que nos quedemos unos días hasta que ella se recupere y luego continuar con el viaje

Volví a tomar el teléfono y pregunté si había algún médico que trabajará para el hotel y si lo podían enviar y me dijeron que en un rato estaría

El desayuno llegó y me acerque a la cama para despertar a Samara

— Mi amor, despierta princesa, vamos a desayunar — le digo dándole un beso en los labios y otra vez la noto muy caliente, de seguro la fiebre le volvió, espero el médico no tarde en llegar

— Mateo no me siento bien, tengo mucho frío — me dice ella aún sin abrir los ojos

— Lo sé preciosa y ya llamé por un médico, en un rato llegará a verte, mientras tanto desayuna aunque sea un poco princesa — le digo para que coma algo, eso le hará bien

— Está bien — dice desanimada intentando sentarse en la cama y yo la ayudo, le colocó la bandeja sobre sus piernas y ella con pocas ganas come un poco

Un rato más tarde tocan la puerta y me levanto a abrir, ya que de seguro es el médico que solicite

Al abrir la puerta veo a un joven de más o menos mi edad y atractivo, mis celos enfermizos se hicieron presente y lo tomé del cuello de la camisa

— Tu eres el médico? — pregunté molesto

— Si señor, soy Mariano del Monte — dice él joven asustado

— TU NO... — lo iba a echar pero Samara habló

— Mateo, por favor — dice decaída y verla así me hizo tragar mis celos y dejarlo pasar

El médico pregunto que le andaba pasando y yo le expliqué lo que había sucedido el día anterior y que desde la noche estaba con fiebre

— Bien, déjame revisarte Samara para ver si continúas con la hemorragia — le dice y veo que Samara comienza a levantarse el vestido del pijama y la detengo

— Que haces? tápate — le digo molesto ardiendo por los celos

— Señor necesito revisarla para ver cómo sigue con el sangrado — me dice y siento que lo voy a matar

— Tu no le miraras su intimidad a mi mujer, ni se te ocurra querer ponerle una mano encima porque te mato — le digo sacado por los celos

— Mateo solo es un médico, déjalo hacer su trabajo — dice Samara y se le olvida que es hombre

— No hay problema, le recetare unos antibióticos porque de seguro es una infección vaginal lo que le está provocando la fiebre, que se higienice la zona con jabón neutro y analgésicos cada 8 horas para bajar la fiebre de acuerdo ? — dice el médico prescribiendo una orden — por ahora solo le puedo inyectar un calmante para que la fiebre le baje, pero debe comenzar con los antibióticos cuánto antes

— De acuerdo, muchas gracias — le digo, el médico le inyecta un calmante y luego lo acompaño hasta la puerta

Después de que el médico se fue vuelvo a la cama con Samara.