Anne Williams es una chica de 26 años amable, sencilla e inocente, cuida de su pequeña hermana Gracie de 9 años desde hace unos meses cuando murió su madre de cáncer... Ahora está perdida en su rutina trabajando en esa cafetería, hasta que la desgracia llama a su puerta, abusos, policías y contratos.
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CAPITULO 15
Anne se subió al coche con la mente hecha un lío, no sabía lo que le pasaba ni tampoco lo que sentía, decepción, tristeza, irá... ¿Pero por qué demonios se sentía así?
Con el corazón latiendo al mil por hora encendió el coche y fue a casa, el día anterior había nevado mucho y sumando que tenía la vista borrosa por las lágrimas casi no podía ver, así que optó por detenerse en el estacionamiento de un supermercado, golpeó el volante mientras maldecia.
-¡Tienes un mes conociendolo, Anne por Dios! -Se decía a ella misma mientras se tallaba la cara con repudió. -Tengo que limitarme a cumplir el contrato, solo eso.
Estuvo un par de horas ahí estacionada mientras mil pensamientos rondaban por su mente, la boda sería el día de mañana y no podía mostrar debilidad ante aquel mal hombre y su familia, tampoco podía permitir que Gracie la viera así.
Ya había dejado de llorar, pues estaba mentalizada a concretarse a cumplir el contrato para después desaparecer junto a su hermana, solo faltan deicisiete meses, pensaba.
Arrancó el auto y al cabo de unos minutos llegó a la casa del hombre que le estaba haciendo añicos su vida, al llegar bajo el coche y se dirigió hacia la puerta principal en dónde lo esperabam Isaac y la señora Sofía con una cara de susto.
-¿Dónde estabas, mi niña? ¡Estábamos preocupados por ti! -dijo la señora mientras se acercaba a ella cerciorandose de que no estuviera lastimada. Anne frunció el ceño confundida. -Isaac llamo a todos los hospitales y no estabas.
-¿Dónde estabas Anne? -Cuestionó Isaac mientras se acercaba, Anne dió un paso atrás.
-Estoy bien Señora Sofía, gracias. -Musito ella y comenzó a subir las escaleras ignorando el comentario de Isaac.
Entro a su habitación y fue al baño a lavarse la cara, sus ojos le dolían debido a las lágrimas que había derramado, Isaac se posicionó detrás de ella.
-Pregunte algo, Anny. -El chico la miró con cara de pocos amigos. -¿Dónde demonios estabas y con quién?
-¡Ese no es asunto tuyo, Isaac! -Anne volteó y lo encaró. -Me estoy limitando a cumplir con este asqueroso contrario, no debe interesarte en dónde y con quién estaba, soy libre de hacer lo que yo quiera, ¿lo entiendes? Yo...
Y con eso Isaac sin importarle nada se acercó a ella y le dió un beso apresurado, Anne se resistía pero momentos después se dejó llevar juntando sus labios, Isaac la envolvió en sus brazos y Anne subió sus manos al cuello envolviendo sus dedos en aquella cabellera rubia. Cuando se separaron ambos se miraron a los ojos y la chica negó.
-¡No, no, no! -Le gritó ella. -¡Esto no está bien!
-¿Y si no esta bien, porque me seguiste? -Ella levanto los hombros golpeando sus piernas.
-No lo sé, lo único que si sé es que jamás me voy a enamorar de ti. -Dijo con repudió.
-Nadie te está pidiendo amor, Anne. -el chico la miró con desprecio. -Me vas a dar un hijo quieras o no y después no te quiero volver a ver.
-¿Y qué? Se lo vas a entregar a tu amante Kate. -La chica se rió con ironía e Isaac se acercó a ella ferozmente.
-No vuelvas a mencionar a esa mujer en esta casa. -le dijo furioso.
-¿O qué, me vas a golpear? ¡Adelante, cobarde! -Anne se alejó de él y camino hacia los sofá que estaban en la habitación. -¡Es lo único que te falta!
Isaac apretó los puños y se dirigió a ella, levanto la mano y una vez en el aire la cerró maldiciendose. -Yo jamás golpearía a una mujer.
-¿A si? Pero si serías infiel, que ironia. -Anne se rió de forma sarcástica mientras lágrimas salían de sus ojos. -Eres un hipócrita Isaac Harris, maldita sea la hora en la que te conocí. -le dijo ella a centímetros de su cara. -Desearía jamás haberlo hecho.
-¡Ya hasta Anne, no voy a soportar un insulto más de tu parte! -Le gritó el hombre exaltado. -Hazte a la idea que mañana te vas a casar conmigo, porque así será.
Isaac se marchó de la habitación dando un portazo dejando a una Anne destrozada.
§§§§
El día de la boda había llegado, Anne se despertó a causa de que su cuñada tocó la puerta de su habitació y entró.
-¡Buenos días dormilona! -Anne se tallo los ojos y la miró.
-Buenos días, Eva.
-¡Es hora, el maquillista y peinador están por llegar! -dijo emocionada. -Mi nana Sofía te envía esto.
Le tendió una bandeja con huevos, pan y un jugo de naranja. -Gracias. -dijo mientras se sentaba a degustar el desayuno. -¿Dónde está Isaac?
-Se fue con Joshua, el se arreglará en su casa... Digo, ustedes no se pueden ver si no hasta el altar. -Anne asintió.
Apenas y comió un poco, la ansiedad y el desespero la invadían, su madre siempre le había dicho que un matrimonio era construido a base de amor, cariño, confianza, lealtad y en esta ocasión no había nada de eso, solo había un estúpido contrato que seguía arrepintiendose de firmar.
-¡Nos arreglaremos todas juntas, mamá está charlando con mi nana pero ahorita viene! -Eva se notaba tan contenta, que al darse cuenta de la cara de Anne frunció el ceño. -Anne hemos convivido todo este mes y creo que te he aprendido a conocer un poco, ¿me vas a contar que sucede?
La chica suspiró y miró a su cuñada negando. -No puedo.
-¿Isaac te hizo algo? ¡Porque si es así, ya se las vera conmigo! -Anne volvió a negar.
-No, bueno si... -dejo las palabras en el aire y prosiguió. -Pero no puedes hacer nada Eva, solamente me casaré y ya.
-Anne, quiero que me digas que está sucediendo, confía en mí. -Anne la miró y bajo la mirada.
-Te lo voy a confiar pero por favor, no puedes decirle a nadie. -Eva asintió. -Claro, claro, dime qué pasa.
-Como sabes no tengo padres y he cuidado de mi hermana estos nueve meses desde que mamá falleció... -Anne prosiguió a contarle toda la historia con detalles a Eva quien solo la miraba sin poderlo creer, no podía creer de todo lo que su hermano era capaz, se llevó la mano a la boca en señal de asombro cuando Anne termino de relatar, era increíble, no sabía cómo reaccionar.
-Anne, por Dios. -murmuro la chica y la abrazo. -No puedo creerlo... No te puedes casar.
-Tengo que hacerlo Eva, en una semana tenemos que ir a la fiscalía para adoptar a Gracie o me la van a quitar, tengo que hacer esto por mi hermana y por tu papá que le he tomado tanto cariño. -Eva limpió la lágrima que rodaba en la mejilla de Anne y la abrazó.
-Tienes un gran corazón y mi hermano no merece tenerte a su lado. -dijo mientras la abrazaba, la soltó y la miro a los ojos. -Lo que tú quieras hacer, lo haremos, puedo ayudarte a escapar si así lo quieres. -Anne negó.
-No puedo vivir mi vida huyendo, no puedo darle esa vida a mi hermana. -Eva bajo la mirada. -Tengo que casarme, solo serán unos meses y después podré hacer mi vida.
-¡Pero sin tu hijo, eso no puede ser! -Anne suspiró.
-Es algo que he pensado mucho y aunque me duele, tengo que hacerlo. -dijo la chica levantándose de la cama. -Me casaré, no hay vuelta atrás.
Y así fue como comenzaron a maquillarla, peinarla, Eva lanzaba miradas a Anne quien estaba perdida en sus pensamientos mientras la arreglaban, Judith también estaba ahí sin percatarse de que algo estuviera pasando, dadas la una de la tarde las tres estaban listas, a decir verdad Anne se veía preciosa con el vestido de novia que su suegra y cuñada la habían ayudado a elegir en esa tienda tan costosa del centro de la ciudad.
-Anne te ves como una princesa. -dijo Judith mientras la observaba maravillada.
-Isaac dice que yo soy la princesa y que mi hermana es la reina. -dijo Gracie, Eva y Judith rieron.
-¿Lista para casarte? -dijo su suegra. La chica asintió y se dirigió al auto que la esperaba.