Selig pensó que Marisol lo abandonó cuando dejó de responder sus mensajes y llamadas. Se preguntaba qué habría hecho mal para que ella se alejara.
Marisol, por su parte, creía que Selig la había olvidado al no buscarla durante tantos años. Sentía un profundo dolor por haber perdido a quien consideraba el amor de su vida.
Sin embargo, el destino tenía preparada una sorpresa para ambos. Un encuentro inesperado los enfrentó y descubrieron la verdad detrás de su separación: un malentendido que los mantuvo alejados injustamente.
NovelToon tiene autorización de Taycreaciones. para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Dejarte ir.
Marisol.
No quería creer en esta realidad que me golpeaba, en la cual no solo tengo que soportar el dolor de haber perdido al fruto de nuestro amor en consecuencia del trágico accidente, sino que también aceptar que lo perdí a él.
Ese hombre dedicado al cual amaba y amo con locura ya no me pertenece. Él tiene un nuevo amor y... Pese a que quisiera correr y decirle que volví, dándole la razón de mi partida, contándole lo sucedido, ya no puede ser.
Lo perdí y esta vez es para siempre.
—Mar...
—Quiero irme, Chester —dije interrumpiendo cualquier cosa que estuviera por decir, envolviendo mi cuerpo con ambos brazos y soltando ese llanto retenido.
—¿A donde quieres irte? —preguntó.
—No lo se —contesté —Sólo llévame lejos de aquí antes de que cometa alguna estupidez y termine arruinando nuevamente su vida.
—California es un lindo lugar para empezar desde cero —propuso y solo lo observe —y lo bueno es que puedes retomar tus estudios allí y convertirte en esa gran psicóloga que siempre quisiste ser.
No dije nada a sus palabras, sólo acepté mi destino y bajé la mirada aguantando el fuerte dolor en mi pecho, aquel que me anunciaba que no era un hasta pronto, sino un claro adiós.
.....
Pocas horas más tarde, nuestro vuelo estaba a punto de partir.
Vi a Chester hablar con la recepcionista del aeropuerto, quien en parte se encargaba de supervisar que todo esté normal con el jet privado.
La verdad es que jamás le di las gracias por todo lo que hizo por mí, por quedarse a mi lado durante los 3 años que estube en coma y por siempre esperar que despertara.
"Fué el único que no se rindió conmigo."
Descuidó su propia vida por cuidar de alguien que no conocia y aún sintiéndose culpable por algo que ninguno de los dos pudo evitar, aunque todavía tengo dudas sobre la falla de los frenos.
“No podían haber fallado, Selig se encargaba de llevarlo a revisión varias veces y justo para evitar esto.”
—Todo está listo para marcharnos —informó al acercarse a mí y rapidamente me puse de pie tomando la maleta, siendo detenida por él —. Antes que nada, quiero informarte de un suceso importante que debemos hacer al llegar.
—¿De que se trata? —pregunté sorprendida, oyendolo suspirar.
—Mar, al llegar a California tendremos que casarnos para asegurar tu estancia allí —pronunció y mis ojos se abrieron con sorpresa —no quiero obligarte a hacerlo, pero es importante ya que no eres ciudadana allí y... Si nos casamos puedo brindarte la ciudadanía.
—Pero yo...
—Solo será por un tiempo, creeme.
—No se trata del tiempo, Chester, se trata de amor y yo...
—Tranquila, mi querida amiga —me interrumpió abrazandome por los hombros —creeme que tampoco siento amor de pareja por ti, te quiero como a una hermana, pero mi enfoque va del lado contrario.
—¿L-lado... Contrario? —pregunté confundida — ¿quieres decir que tú..?
—Justo lo que esa cabecita loca piensa —respondió con una sonrisa —. Solo nos casaremos para asegurar tu residencia, nada más.
—Haces tanto por mí y yo aún no tengo forma de pagarte por ello —dije bajando mi cabeza.
—Mm digamos que tendrás que cuidarme por un tiempo, así que no te adelantes —finalizó y antes de que pudiera preguntar más, se alejó.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
Selig Cuddyer.
La primer noche de bodas pasó y pese a que me sentí una bestia despiadada y sin corazón, ver el rechazo de mi ahora esposa me hizo sentir el mismo dolor de aquellas noches.
Decidí dejarla en paz, que hiciera lo que quisiera con su vida y yo seguir con la mía, lamentandome cada día un poco más por los tres años que se cumplieron desde su partida.
Quisiera volver a verla y exigirle una respuesta, saber por que es que se marchó de esa manera. Conocer el momento exacto en el cual dejó de amarme y de ser posible, obligarla a que sintiera nuevamente lo mismo.
¡YO NO ERA ASÍ, CARAJO!
Pero cada vez que veo a una hermosa mujer, siento que va a abandonarme, que me dejará sólo y desconsolado y... ¡NO LO QUIERO!
—¡SELIG! —el grito de Zachary, resonó por toda mi oficina y seguido de eso terminé en el piso —¿Como fuiste capaz? —añadió mientras me sujetaba de mi abrigo —¡ERES UN CERDO!
—¿De que estas hablando precisamente?
—¿Encima eres imbécil también? —preguntó, dandome otro golpe —¡Como pudiste hacerle eso a Megan! —gritó.
—Es mi mujer ahora, Zachary. Y aunque te duela tendrás que mantenerte en tus propios asuntos y no involucrarte en lo que no te incumbe.
Sus ojos se tornaron sorprendidos y se porque.
Aunque no éramos los mejores hermanos del mundo, nuestra relación siempre fué amistosa.
—¿Que carajos pasa contigo? —cuestionó mientras me soltaba —tu no era así.
—Yo mori, Zachary —contesté mientras limpiaba mi labio —el día que ella se fué, se llevó consigo toda mi vida.
—Eres un animal insensible que solo piensa en si mismo —dijo y sólo reí por sus palabras.
Es cierto, soy un monstruo que ya no quiere ser lastimado por otros y lo mejor es ser el odiado y repudiado por todos.
—Mirame bien, hermanito. Porqué a partir de ahora esto es lo que soy y estoy dispuesto a ir contra todos sin importar quien sea.
—Papá sabrá de esto.
—Veamos a quien le creen, después de todo tú eres quien tiene record criminal para él —respondí, señalandole la puerta —. Ahora vete, tengo mucho trabajo por hacer y no quiero perder el tiempo contigo.
Señalandolo, así di por terminada nuestra charla y de esa manera volver a mi solitaria vida.
—Lo siento Megan, se que tú no tienes que ver en mi dolor pero... Desgraciadamente el destino te puso en mi camino —pensé.
Una vez Zachary abandonó mi oficina, todo lo que había sobre mi escritorio terminó esparcido por el piso y mi rabia estalló aún más.
No importaba cuantos años pasaran, aún no puedo olvidarla y eso me está volviendo loco.