Entre Deber Y Deseo

El sol apenas se ocultaba cuando Olivia salió del coche, sus tacones resonando en el pavimento mientras caminaba hacia la mansión. El aire de la tarde parecía más pesado de lo habitual, como si algo estuviera al acecho, esperando romper la frágil paz que habían logrado construir entre ellos. Lo había sentido desde la mañana, esa sensación persistente de que algo no iba bien, pero había preferido ignorarla… hasta que lo vio.

Una figura alta, elegante, estaba de pie en la puerta de la mansión, con una sonrisa fría que le provocó un nudo en el estómago. Olivia se detuvo en seco, sus ojos se clavaron en la mujer, y en un instante lo supo. No necesitaba que nadie se lo explicara; esa mujer no era solo alguien del pasado de Ethan. Era el pasado.

Cuando Ethan apareció detrás de la mujer, su expresión tensa confirmó las peores sospechas de Olivia. Se acercó con pasos firmes, su mirada fija en Ethan, buscando respuestas antes de que sus peores temores se materializaran en palabras.

—Olivia, ella es... —comenzó Ethan, pero su voz sonaba atrapada en la garganta. Los nervios eran inusuales en él, y esa vacilación encendió aún más la chispa de preocupación en Olivia.

—Samantha —la mujer interrumpió, su tono suave pero cargado de suficiencia—. Samantha Grant.

El nombre cayó como una bomba. El aire pareció salir de los pulmones de Olivia. Había oído hablar de ella, de la mujer que había estado en la vida de Ethan mucho antes de que Olivia siquiera apareciera. Aquella que, según los rumores, había destrozado a Ethan de formas que él nunca había querido revelar. Y ahora estaba allí, frente a ellos, trayendo consigo el peso de una historia que Olivia jamás habría imaginado enfrentar.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Olivia intentó mantener la calma, pero su voz temblaba de forma casi imperceptible.

Samantha sonrió con una dulzura calculada. —Vine a ver a Ethan. Parece que tiene algunos asuntos sin resolver... con ambos.

Ethan se tensó, sus ojos oscuros centelleando de rabia contenida, pero había algo más allí, algo que Olivia no pudo ignorar. Un vestigio de emoción que él claramente trataba de controlar.

—Esto no es el momento —gruñó Ethan, su tono decidido, pero no lo suficientemente fuerte como para ocultar el conflicto que hervía dentro de él.

—Oh, pero creo que sí lo es —respondió Samantha, su mirada fija en Olivia ahora—. Verás, lo que ustedes tienen... es encantador. Pero hay cosas de Ethan que aún no conoces, Olivia. Cosas que podrían cambiar la manera en que lo ves... para siempre.

El corazón de Olivia dio un vuelco. Sabía que Ethan guardaba secretos, partes de su vida que mantenía encerradas, pero nunca había esperado que esos secretos fueran tan profundos, tan oscuros, que amenazaran con destruir todo lo que habían comenzado a construir juntos. Miró a Ethan, buscando una señal, una explicación, pero él seguía con el rostro endurecido, como si estuviera atrapado en una batalla interna.

—No tienes que escucharla —murmuró Ethan, acercándose a Olivia—. Lo que pasó con Samantha es parte de un pasado que no tiene nada que ver con nosotros.

—¿De verdad, Ethan? —Samantha rió suavemente, con un toque de burla en su voz—. Porque yo recuerdo las cosas de manera diferente. Y me pregunto qué pensaría Olivia si supiera... todo.

El mundo de Olivia comenzó a tambalearse. ¿Qué estaba ocultando Ethan? ¿Qué tan profundo era ese pasado que él trataba desesperadamente de esconder? Sabía que no era perfecto, pero jamás había considerado que sus sombras fueran tan peligrosas, tan devastadoras.

—¿Qué es lo que no me has contado? —preguntó Olivia, su voz un hilo de vulnerabilidad. Sabía que si no enfrentaba esto ahora, siempre quedaría una grieta entre ellos, un espacio lleno de dudas y mentiras.

Ethan bajó la cabeza, su mandíbula apretada, luchando con las palabras. Finalmente, levantó la mirada y sostuvo la de Olivia.

—Es complicado —dijo en voz baja—. Pero te lo diré todo, Olivia. Te prometo que te contaré todo...

—Espero que estés lista para escuchar la verdad —susurró Samantha, su sonrisa venenosa llenando el aire con una amenaza implícita.

Y en ese momento, Olivia supo que lo que estaba por descubrir no solo pondría a prueba su relación con Ethan, sino que también podría destruirlo todo.

Olivia sintió como si el suelo bajo sus pies se hubiera desvanecido, dejando solo un vacío lleno de incertidumbre. Ethan se había vuelto tan importante para ella, más de lo que estaba dispuesta a admitir. Pero la presencia de Samantha y sus insinuaciones eran como cuchillos afilados que amenazaban con rasgar lo que quedaba de su frágil vínculo. La duda se había instalado entre ellos, y por primera vez, Olivia no estaba segura de poder manejar lo que venía.

—Dímelo ahora, Ethan —susurró, su voz apenas contenida. No quería un espectáculo frente a Samantha, pero necesitaba respuestas, y las necesitaba de inmediato.

Ethan, claramente en conflicto, lanzó una mirada a Samantha que parecía cargada de advertencia. Luego, clavó sus ojos en Olivia, llenos de una mezcla de arrepentimiento y lucha interna. Era como si su silencio hablara más que cualquier palabra que pudiera pronunciar.

—Olivia —empezó, pero Samantha no le dio la oportunidad de continuar.

—¿Sabes lo que Ethan hizo para llegar donde está ahora? —intervino Samantha, con un aire de suficiencia—. ¿Lo que sacrificó? ¿O mejor dicho, a quién sacrificó?

Ethan se tensó, su respiración acelerada. Sabía que Samantha estaba dispuesta a usar cualquier arma para destruirlo, y Olivia podía ver que este no era solo un juego de celos. Había una verdad oculta, enterrada en algún rincón oscuro del pasado de Ethan, que amenazaba con salir a la luz.

—Ya basta, Samantha —gruñó Ethan, su tono bajo y cargado de furia contenida—. Este no es tu problema.

—Oh, pero lo es. Lo fue siempre —replicó ella, acercándose con pasos deliberados hacia Olivia, como si quisiera sembrar aún más veneno—. Porque mientras tú la distraías con promesas vacías y falsas emociones, la realidad es que siempre me has pertenecido a mí, Ethan.

Olivia sintió una punzada de celos que la sorprendió por su intensidad. Pero más que eso, era la sensación de estar atrapada entre dos versiones de la verdad: la que Ethan había construido y la que Samantha ahora trataba de desvelar. ¿A quién debería creer?

—Ethan... ¿es cierto? —preguntó, temerosa de escuchar la respuesta.

Ethan respiró profundamente, como si estuviera a punto de sumergirse en un abismo del que tal vez no pudiera salir. Finalmente, habló, su voz más baja, más honesta de lo que Olivia jamás lo había oído antes.

—Hubo un tiempo en el que Samantha y yo compartimos algo... oscuro. Algo que me ha seguido desde entonces —admitió, sin apartar los ojos de Olivia—. Pero ya no soy ese hombre. Lo que teníamos terminó hace mucho, y lo que siento por ti no tiene nada que ver con ese pasado.

Olivia retrocedió un paso, confundida, su mente intentando asimilar cada palabra. Sabía que Ethan no era un hombre fácil, que había secretos y sombras que siempre había sospechado, pero no estaba preparada para la intensidad de todo aquello. Y ahora, con Samantha presente, esas sombras se alargaban aún más.

—Pero... —intentó hablar Olivia, pero Samantha la interrumpió con una risa cargada de malicia.

—¿De verdad crees que es tan simple? Ethan no puede escapar de lo que hizo, Olivia. Y cuando lo descubras todo, te darás cuenta de que no hay futuro para ustedes.

Olivia tembló, no solo por el frío repentino que parecía invadir el ambiente, sino por la verdad incómoda que empezaba a entrever. ¿Podría realmente seguir adelante con Ethan después de todo lo que estaba a punto de salir a la luz? ¿O el peso de su pasado sería demasiado para soportar?

Ethan dio un paso hacia ella, sus ojos llenos de desesperación. —Olivia, déjame explicártelo. No es lo que Samantha está diciendo. Yo... haré cualquier cosa para que lo entiendas. Para que veas que no hay nada más importante que tú.

Pero las palabras de Samantha seguían resonando en su mente. "¿A quién sacrificó?"

—No puedo —murmuró Olivia, casi para sí misma. Y antes de que pudiera procesarlo completamente, dio media vuelta y comenzó a alejarse, su corazón latiendo con fuerza mientras las lágrimas amenazaban con caer.

Ethan la llamó, pero sus palabras se desvanecieron con la distancia. Olivia sabía que enfrentarse a esa verdad sería el mayor reto que había enfrentado. Y no estaba segura de estar lista para descubrir lo que Ethan había ocultado, ni de las consecuencias que tendría en su relación.