Thailor Brown es un joven omega que trabaja en la empresa del prestigioso CEO, Dimitrei Uvarov. Él es un alfa imponente que llevó a la cima a su empresa desde muy joven, pero su padre, al estar enfermo, exige que este contraiga matrimonio pronto.
Al conocer a Thailor, Dimitrei decide usarlo a él para que finja ser su pareja y si el joven no acepta amenaza con arruinar su carrera dentro de la empresa, así que Thailor no tiene más opción que aceptar el trato.
¿Podrá esta relación ir más allá de un contrato?
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6
A la mañana siguiente, el sol se filtraba a través de los ventanales de la lujosa mansión, iluminando con destellos dorados el interior decorado con opulencia. El ambiente tenía un aire tranquilo, pero para Thailor, la calma era solo superficial. Sentado en uno de los elegantes sillones de la sala de estar, su mente estaba llena de pensamientos inquietantes. Había dormido poco la noche anterior, incapaz de dejar de pensar en el insólito acuerdo que había hecho con Dimitrei. Cada minuto que pasaba parecía acercarlo más a un futuro incierto.
Sus dedos jugaban nerviosamente con los bordes de sus mangas mientras trataba de calmarse. Las paredes de mármol y los cuadros costosos que adornaban la sala solo hacían que el lugar pareciera aún más intimidante. Sabía que ese día marcaría el inicio de algo monumental, un nuevo capítulo que lo pondría en una situación que nunca había previsto ni imaginado.
El eco de los pasos de Dimitrei resonando por los pasillos hizo que Thailor se enderezara en su asiento, el corazón le dio un vuelco. El alfa entró en la habitación con su característico porte imponente, irradiando autoridad. Era como si la sala misma respondiera a su presencia, las sombras pareciendo retroceder mientras él avanzaba. La luz del sol se reflejaba en su impecable traje oscuro, cada movimiento calculado y preciso. No sonreía, pero no necesitaba hacerlo para transmitir poder.
Dimitrei era una figura fascinante e intimidante, alguien cuyo control de la situación era tan firme como el de su imperio empresarial. Con su mirada penetrante, observó a Thailor, quien no pudo evitar bajar la cabeza por instinto, como si el simple acto de sostener su mirada fuera una batalla que no podía ganar.
—Buenos días, señor —murmuró Thailor, intentando añadir un toque de cortesía a su saludo, aunque su voz traicionaba el nerviosismo que lo dominaba.
—Llámame Dimi —dijo Dimitrei, su tono tan directo que no dejaba lugar para cuestionamientos—. Acostúmbrate, porque si me llamas ‘señor’ frente a mi padre, sospechará.
La voz profunda de Dimitrei no era agresiva, pero tenía una autoridad implícita que Thailor no se atrevía a desobedecer. Asintió con rapidez, luchando por adaptar su mente al nuevo nombre.
—De acuerdo... Dimi —contestó, tratando de sonar más seguro de lo que se sentía, aunque su torpeza era evidente.
Dimitrei no perdió tiempo. Con un gesto firme, colocó un expediente en la mesa de caoba frente a Thailor. El sonido del papel al golpear la superficie pareció resonar en la habitación.
—Lee detenidamente —ordenó, y su tono sugería que Thailor no tenía más opción que obedecer.
Thailor tomó el expediente con manos ligeramente temblorosas. El documento parecía pesar más de lo que debería, como si cada palabra que contenía llevara consigo el peso del destino. A medida que sus ojos recorrían las líneas de texto, su respiración se volvió más pesada. Cada cláusula, cada estipulación del contrato lo sumía más en la realidad de lo que estaba por hacer.
El contrato era claro: no se trataba de un simple acuerdo laboral. El contenido detallaba los términos de una relación personal, un arreglo que lo convertía en la pareja exclusiva de Dimitrei, y lo que más le sorprendió fue la cantidad de dinero que recibiría por ello. El salario mencionado era astronómico, suficiente para cambiar su vida para siempre. Era más de lo que ganaba en todo un año, pero esa cifra mensual parecía casi absurda.
‘Esto no es solo un trabajo,' pensó Thailor, con el estómago apretado. 'Con este dinero, podría independizarme totalmente... ¿Es esto una oportunidad o una trampa?’ Sabía que aceptar el trato significaba más que dinero. Había implicaciones emocionales y personales de las que no podría escapar.
—¿Has terminado de leer? —La voz de Dimitrei lo sacó de sus pensamientos.
—Sí, señor... lo siento, quise decir Dimi —Su torpeza volvió a salir a la luz, pero no podía evitarlo. Tomó la pluma que Dimitrei le ofrecía y firmó el contrato con una mezcla de resolución y duda. Sus dedos trazaron su firma con firmeza, pero en su interior el caos continuaba. Sentía como si hubiera cruzado una línea invisible de la que no habría regreso.
Cuando Dimitrei volvió a sentarse frente a él, Thailor lo miró a los ojos. La atmósfera en la habitación se cargó de tensión, una expectativa pesada flotaba entre ellos.
—El contrato estipula que seremos pareja exclusiva por un tiempo indefinido —comenzó Dimitrei, su tono serio y calculado—. No podrás involucrarte con ningún otro alfa mientras estemos en este acuerdo. Debemos mantener nuestras reputaciones impecables, y mi padre estará observando cada detalle.
La mención del padre de Dimitrei solo añadió más presión. Thailor sabía lo que estaba en juego. Este hombre no solo controlaba una empresa, sino que también tenía vínculos profundos con el mundo de la mafia. La advertencia era clara: cualquier desliz podría tener consecuencias graves.
—Lo sé. Entiendo perfectamente lo que dices, Dimi —respondió Thailor, su voz más fuerte ahora, aunque su corazón seguía latiendo con fuerza. Sabía que estaba tomando un riesgo, uno que cambiaría su vida de una manera que no podía prever.
—Eso espero —contestó Dimitrei, inclinándose hacia él, sus ojos oscuros fijos en los de Thailor—. Porque si me defraudas... las consecuencias no serán solo para tu carrera.
La amenaza estaba clara, oculta tras una fachada de palabras medidas, y Thailor no podía hacer más que asentir con un nudo en la garganta, consciente de que estaba entrando en un juego peligroso.
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