Lilith, que trabaja en un club exclusivo como mesera, un día llama la atención de un cliente muy importante, ¿qué pasará ahora?
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Capitulo 15
Cuando desperté, los rayos del sol, se estaban ocultando, parecía que era media tarde, desde la cama a través de la ventana, podía ver cómo el sol se estaba apagando, así me sentí con solo abrir los ojos, apagada.
Me quedé inmóvil, mirando por la ventana, por un largo rato, hasta que me comenzó a doler ligeramente el estómago, la cabeza me comenzó a martillar, me moví un poco, y sentí como si mi cuerpo se fuera a partir en dos.
Tocaron la puerta, ¿quién puede ser?, pensé de inmediato, si está tocando es que puede estar aquí, así que me cubrí, bien con la sabana, y dije con voz débil.
— Adelante.
La puerta se abrió, y la señora Laura entro, se puso frente a mí, traiga cosas en las manos.
— Señorita, aquí le traje, una bata, y ropa para que se cambie después del baño, después que termine, baje a comer, por favor.
— Gracias... Y él...
La mujer me miró, hasta con pena, antes no me miró para nada, ahora me mira como si fuera un animalito malherido que encontró en algún lugar, nunca nadie me iba dado esa mirada de lástima.
— El señor se ha ido, después que se bañe y coma, también partiremos de este lugar, tome su tiempo. Dijo la mujer mientras abría la puerta para salir de la habitación.
El sonido de la puerta fue suave al ser cerrada, está sola otra vez en la habitación, él se fue, no sé si sentirme aliviada, me levanté de la cama, con dificultad pude ponerme en pie, no podía decir que parte de mi cuerpo dolía más.
Ya de pie, me acerqué a un espejo que había en la habitación, solo lo cara no tenía huella de lo que pasó la noche anterior, marcas de dientes, moretones, me di la vuelta y mis glúteos estaban rojos, incluso en uno se quedó impresa, la mano de ese hombre, se podía distinguir los dedos y la maldita como si fuera un tatuaje de color rojo.
Camine hacia la ropa, que la señora Laura, puso sobre un mueble, tome la bata, era de color gris, era el color que podía definirme en este momento, me la puse, y camine lentamente hacia una puerta, que supuse era el baño.
Abrí la puerta, si era el baño, entre, me mire en el espejo del lavamanos, y lo que me devolvió el espejo, era alguien que a pena conocía, no me había fijado antes de mis ojeras, mi cara pálida, y hasta mi cuello llenado de moretones.
Camine hacia la ducha, abrí la llave, y con el agua, comenzaron a caer mis lágrimas, me entre a la ducha con la bata puesta, mis rodillas cedieron y caí al suelo.
El agua podía lavar mi cuerpo, pero no podía limpiar mi alma, todo lo que sucedió comenzó a volver a mí, y las lágrimas seguían saliendo, quería ahogar mis sollozos, pero no pude.
Me sentía tan sucia, quería que el agua me lavara, no solo el cuerpo, pero sabía que ya estaba manchada, las marcas de mi cuerpo son un recordatorio de eso.
Intenté levantarme del suelo, pero no pude, no era mi cuerpo que fallaba, era mi alma, entonces a mi mente llegó eso que la abuela siempre me dice.
— Lilith, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir.
Era como si la abuela estuviera en el baño conmigo, mirándome, en este estado, me imaginé, su mirada de decepción, y me quedé paralizada, como si un nudo se hubiera desatado en mi garganta, comencé a gritar en voz alta.
— ¡No me arrepiento!, ¡Abuela!, ¡No me arrepiento de nada!
Me quería convencer a mi misma, de que no me arrepentía de ser una prostituta, de venderme por dinero, sin embargo, no funcionó, por qué no paraba de llorar, ni de gritar, todos los gritos que me guarde en la noche, salieron en este baño.
Después de un largo rato, me levanté, me quite la bata, tome el jabón, y estregué meticulosamente todo mi cuerpo, estaba desesperada por limpiarme, por no sentirme tan sucia, incluso, me daba asco mírame a mi misma.
Por más que me bañé, no pude borrar nada, ni las mordidas, ni los moretones, ni el hecho de haber decepcionado a la abuela, sin embargo, no volvería hacia atrás, por qué todo esto va a valer la pena, por qué todo esto tiene una finalidad, por qué esto es para sus volvamos hacer felices como antes.
— ¡No me arrepiento!
Está vez, lo grite convencida, no necesito sentirme mal, solo necesito seguir adelante, me dije a mi misma, termine por sin mi baño, salí de la ducha, me envolví en una toalla, cepille mis dientes, y salí del baño.
Me senté en la cama, y mire el atardecer a través de los grandes ventanales de cristal, mis últimas lágrimas cayeron, y decidí ser tan fuerte, que nadie pueda ver mi dolor, si en el pasado, pude soportar, todos los maltratos de mi madre, si ninguno de sus novios pudo tocarme, aunque muchos intentaron dañarme, ahora no puedo ser débil.
Está fue mi decisión, no tome la salida fácil, solo tome la única opción que tenía, no lo hice por gusto, lo hice por necesidad, no me tengo que culpar, no tengo que sentirme sucia, por qué lo que hice lo hice por voluntad propia.
— Solo puedo ser débil en este momento, solo ahora, nunca más.
Declare con mi propia boca, que no seré débil, no seré destruida en las manos de un hombre egoísta, no lo amo, solo es un negocio, no soy una flor como él piensa, soy un cactus en el desierto, nada puede acabarme, no me secaré, no pereceré, viviré, y cuando el tiempo de la sequía pase, voy a florecer, a pesar de todo.
Deje caer todas las lágrimas que había guardado por muchos años, y salir toda mi fragilidad, está habitación y el atardecer son los únicos testigos de mi rotura, no dejaré ver mis grietas a nadie, por qué sé que la debilidad de unos es la oportunidad de otros, este es el final de mis días inocentes, y el comienzo de mis días como una mujer.
Escriba 30, 40 o más capítulos y concluya la novela Después uno no encuentra esa segunda parte y es muy desagradable. Particularmente no vuelvo a leer novelas de esa autora ya que se su táctica