Un Jefe Pervertido

Ya es jueves y como siempre, amaneciendo por obligación... Estando en pijama, voy en busca de mi hija para ducharla y luego me encargo de mí misma.

Las protagonistas de hoy serán estas maravillosas botas, ya que seguramente la chaqueta me la saqué en el trabajo.

Amanda sale de su habitación bastante alterada, pero al menos vestida...

- Mujer, estás preciosa. - La halagué

Amanda - Ay amiga, creí que me había dormido y me coloqué lo primero que encontré.

- Jajaaaja tranquila, hay tiempo.

Amanda- Es que estuve soñando tantas cosas- Suspiró

- ¿Cómo que?

Amanda- Cosas fogosas con mi hombre.- Dijo riendo

- Ah no, no digas más. Ya me imagino.

Amanda - ¿Puedo decirte un secretito?

- Claro, para eso somos amigas.

Amanda- Joaquín es un semental, casi no me suelta ayer.- Soltó una carcajada

- No me digas esas cosas, pervertida. Es tu privacidad y me haces tener envidia de tu actividad física.

Amanda- Amiga, debemos conseguir un hombre que te provoque miles de sensaciones con solo sentir su presencia- Automáticamente, pensé en mi jefe... Ese mano larga puede dejarme muda y a su merced en segundos. - Amigaaaaa - Pasó su mano por mi cara, llamando mi atención y sacándome de mis recuerdos.

- ¿Qué?

Amanda - Volaste a otro lugar cuando dije aquello, ¿Hay alguien que te deje con la respiración acelerada?

- Mi jefe - Pronuncie sin querer.

Amada- ¿Quééééé? ¿El señor Brandon Belmonte? ¿Qué te hizo? ¿Ya lo hicieron?

- No, mujer, digo porque me hace correr a veces...- Mentí descaradamente

Amanda- ¡Ay, amiga! pensé que algo había sucedido entre ustedes. Ya me había emocionado.

-¿Querías que algo pasará entre Brandon y yo?

Amanda- ¡Awwww! Que lindo cuando dices su nombre - Casi lo mismo que me dijo él en el Restaurante.

- Déjate de babosadas.

Amanda- bueno, cambiemos de tema. - Gracias a dios -Mañana es la fiesta en la Mansión Belmonte.

- Lo recuerdo, hay que comprar vestidos.

Amanda- Incluso para Bella, el señor Eduardo la invitó

- Sí, por suerte, sino no iría.

Amanda- Para no pagar niñera supongo.

- Exacto.

Amanda- Yo tampoco pensaba ir si todo seguía como antes y la pequeña no podía asistir.

- Pero, de igual manera, si Bella no pudiese ir y ahora estarías de novia con Joaquín, yo te obligaría a acompañarlo

Amanda- No sé, no me hubiese sentido cómoda, ya sabes, toda esa gente ricachona, altanera, y yo ahí, novia de..., hablarían mal de mí y no tengo "amigas" dentro de la empresa

- ¿Y el grupo de secretarias?

Amanda- Tú viste los mensajes, son unas brujas ofrecidas al mejor postor, donde haya dinero y belleza, ellas se postulan.

- ¡Qué horror!

Amanda- Lo sé. Mira, te agregaré al grupo y te darás cuenta.

Mi celular sonó y era por lo que hizo mi amiga, una notificación de que he sido integrada al grupo -Secretarias-

- Bien... ¿Qué piensas ponerte mañana?

Amanda- Un vestido, es obvio.

- Lo sé, pregunto el diseño o color.

Amanda - Todavía no sé, pero debe ser sexy para emparejar con el Vicepresidente.

- No digas así, es tu novio.

Amanda - Sí, pero también soy su secretaria y acompañante.

- ¿En serio? No me dijiste antes.

Amanda- Se me olvidó, pero fue cuando estábamos en la oficina con Bella.

- Entonces, debo ir sola, pero dime que al menos podemos estar juntas dentro de la fiesta.

Amanda- Jaja amiga, no te dejaré ir sola. Le dije a Joaquín que no y me pregunto por qué. Luego le explique y me dijo que Nos llevaría a las tres, que era para él un honor.

-No sé, déjame pensarlo, creo que me sentiré incómoda de esa forma, quitándoles la privacidad.

Amanda- Privacidad habría solo en el auto, luego no, dios, ya te dije, sé que él se alejará de mí por cuestiones laborales, con socios y esos hombres idiotas.

- En eso tienes razón.

Amanda- Lo sé, como siempre.

- Ay, ya vámonos a trabajar, antes de llegar tarde.

Cada una agarró sus cosas y salimos. Subimos al transporte público, dejamos a Bella y caminamos a la empresa.

- Buenos días - Saludamos al entrar.

Amanda- Al menos ya no está mi ex en la puerta.- me susurra

- Es cierto, no lo vi más desde el lunes.

Amanda- Ahora que lo dices, yo tampoco.

Subimos en ascensor hasta nuestros puestos de trabajo y dejamos las cosas.

Una hora más tarde, llegaron Presidente y Vice, juntos.

Brandon- Buenos días, Señoritas, necesitamos ir urgente a la reunión, recojan las carpetas y preparen bebidas.

Amanda- Sí, señor. - Yo solo asentí y entré a la oficina de mi jefe para sacar lo necesario e ir hasta la sala donde se haría todo.

Como buenas secretarias y por obligación, entramos, preguntamos qué deseaban beber los invitados, les llevamos sus bebidas y nos quedamos por si alguien necesitaba algo.

Al finalizar la reunión, Brandon me miró e hizo seña para qué me quedará mientras todos salían.

-Señor, ¿Qué necesita?

Brandon- Nada, solo quería halagarla.

- ¿Por qué?

Brandon- ¡Está muy bella el día de hoy!

- Gracias, señor - Dije un poco sonrojada, nunca imagine tal atrevimiento. Pero, ¿Qué se puede esperar de él?

Brandon- El vestido blanco le queda perfecto.

-Gracias, otra vez, señor. - Me puse nerviosa de repente

Él se acercó y arregló un mechón de mi cabello para luego agacharse un poco y acomodar mi bota, tocándome la piel.

- ¿Qué haces?- Pregunté sorprendida y deseosa de más.

Brandon- Solo me aseguro de que no se corra esta bota, no es conveniente que muestre demasiado sus piernas.

-¿Por qué no?

Brandon- Porque hay muchos hombres atrevidos deseándola. - volvió a pasar un dedo por mi muslo casi hasta mi glúteo

- ¿Cómo quién? - No entendía de quién me hablaba, pero podía jurar que él es uno de ellos que menciona.

Brandon - Tú sabes Marisol. - Se acercó aún más a mí hasta acorralarme entre la mesa y su cuerpo.

- No lo sé, Brandon.

Brandon - Me encanta mi nombre en tus labios - Susurró a milímetros.

- Ah - No soné convencida, sino más parecido a un gemido y él miró mi cuello.

Brandon - Permiso - Dijo para luego besarme allí y succionar un poco.

Se alejó unos minutos después y podía sentir la falta de su calor. Mi piel estaba húmeda gracias a sus besos y no hablo solo por mi cuello.

Brandon- Tengo que salir, volveré más tarde. Cualquier cosa puede retirarse a las seis.

- Sí, señor. - No dije más, ¿Para qué? Volví a ser muda cuando se acercó.

Me dejó sola en la sala y se fue, recogí todo y lo guardé en la caja fuerte.

Pasaban las horas y él nada de aparecer nuevamente.

-¿Le habrá pasado algo? - Dije en voz alta hablando conmigo misma.

Amanda- No, amiga, debe estar ocupado con la fiesta que mañana dará su padre.

- Puede ser.

Seguí normalmente, hasta las 14 hs. Fui en busca de Bella y seguí hasta las 18 hs.

Cuando nos retiramos, no lo hicimos hasta casa, sino que debíamos ir a comprar nuestros vestidos.

Una, dos, tres tiendas y la única con vestido ideal era Bella.

Ya en el último momento y a punto de rendirnos, encontramos uno bordo con un sexy tajo en la pierna para mí, mientras que la preciosa y sensual Amanda eligió uno al cuerpo color azul.